miércoles, 24 de febrero de 2010

LA CRISIS DE LA MODERNIDAD
AUTO SACRAMENTAL

Armando Luigi Castaneda

armandoluigi@hotmail.com










Y porque la historia no canse tanto

hablando siempre de una misma cosa,
será bien entretejer las vidas de
los reyes, algunas de sus costumbres,
que serán más agradables de oír que
no las guerras y conquistas, hechas
casi todas de una misma suerte.

Garcilaso de la Vega.














Para los críticos, antes del inicio de sus labores:


Cada novela es un género por sí.

Cada novela es un individuo por sí mismo y es allí donde
  reside la esencia de la novela

Schlegel afirmaba en otro lugar, como lo hacía Bakhtine, que la novela resulta de la mezcla de todos los otros géneros que han existido antes de ella.


La idea de una novela, tal como está establecida desde

  Bocaccio y Cervantes, es la idea de un libro romántico,
  de una composición romántica, donde todas las formas y
  todos los géneros están mezclados y entrelazados. Dentro
  de la novela la masa principal es de la prosa, más
diversa que en cualquiera de los géneros establecidos por
  los antiguos. Hay aquí partes históricas, retóricas,
  dialogadas, todos los estilos se alternan, están
  entrelazados y unidos de la forma más ingeniosa y
  artificial. Poemas en todos los géneros, líricos, épicos,
  didácticos, las novelas están eparpillés [no sé cuál es
  la traducción] a todo lo largo, y ornamentadas con una
  profusión y una diversidad exuberante y variada de la
  manera más rica y brillante. La novela es un poema
  de poemas, todo teñido de poemas. Es evidente que una
  composición poética de este género, producida a partir de
  elementos y formas tan variadas, y donde ningún criterio
  estrecho limita las condiciones externas, permite un
  entrelazamiento poético bastante más artificial que la
  epopeya o el drama, teniendo en cuenta que la primera
  debe mantener la unidad de tono, mientras que el drama
  debe poder ser resumido y abarcado fácilmente, por estar
  destinado a la intuición.

Tzvetan Todorov. "Mikhail Bakhtine. Le príncipe dialogique". Editions du seuil. 1981. p. 133.























PERSONAJES:


EL PROLOGISTA [máquina de escribir manual] EL PUBLICO [familiares ociosos] EL NARRADOR [mujer chismosa, carrete de hilos viejos] EL POETA [mesa con florero] MAQUIAVELO [amante de Cesar Borgia, tierra con bosta] MANDELA [amante de su esposa] CALDERÓN [amante de Carlos V, cuerda de arpa] UN CHISTOSO [hijo de un petulante, y a su vez, padre de otro igual] UN SUICIDA [príncipe de Dinamarca] SACERDOTE [monja transformada, hostia sin bendecir] DIOS [causa primera, ser necesario pero no contingente, azulejos] CORO [padres y madres de los actores]  LA MANO DE DIOS [segunda y última hermana de la mano de Dios, órgano artificioso, guante]  ALGUIEN [cabeza en una cola de gente] EL CIRCULO [Dios, compás, moneda] EL ENCUESTADO [ama de casa, motorizado, estudiante de liceo] EL FANTASMA POSMODERNO [revista literaria] EL FUTURO [espíritu burlón] LOS ECOLOGISTAS [payasos pintados de verde, arbolitos creciendo alrededor de un cartelito aleccionador que pide no pisar la grama, cartelito aleccionador que pide no pisar la grama] EL FINAL DE LOS TIEMPOS  [trompetas del Arcángel Gabriel, cuarteto para instrumentos de cuerda] etc.










Amantes, damas, caballeros,

Clérigos, músicos, autores,
Todos los sofistas, todos los poetas,
Todos aquellos que tienen melodiosa voz,
Y quienes alguna vez han cantado al organillo,
Y quienes alguna vez han amado el dulce arte de la música;
Comiencen el duelo, lloren, es justo,
La muerte de Modernidad, la noble retórica.

Laúdes, violines, violas,

Salteriones, todos los instrumentos,
Guitarras, flautas dulces,
Transversales, y ustedes, las ninfas del bosque,
Tímpanos también, hagan trabajar los dedos,
Y el coro, que no replique,
¡Hagan sus deberes, celebren, gentiles compañeros!
La muerte de Modernidad, la noble retórica.

¡La reina ha muerto,

Viva la reina!

¡Viva la reina,

La reina ha muerto!





ACTO PRIMERO


FIESTA SEGUNDA


(El escenario, de abajo hacia arriba de derecha a izquierda:

Un cerdo de sexo mujer con disfraz de monja besa a la fuerza a un pobre hombre; fisgonea una criatura de quien sólo se conoce una pierna flechada y el pico que sale, porque el resto está guardado dentro de un yelmo de donde pende, de una puya que parte de la parte anterior de la cabeza del yelmo, un pie humano; además fisgonea un seminarista.
Un crucificado en una tabla que no es una cruz hace salir de su estómago una ratona grande de cola gruesa y punteada; ella sostiene en la espalda un plato azul donde ha sido clavada por un cuchillo de cocina la mano de Jesús (Dios) que lleva, en la punta de sus dedos índice y medio, un trozo de queso Roquefor importado; un pequeño animalito golpea con una cucharilla de madera las nalgas del entablado, quien sostenía en su mano derecha un juego de naipes hasta el atravesamiento del muy largo puñal.
Detrás de la espalda del entablado muchos se han matado ya por estar allí, pero destaca una mujer que lleva un inmenso dado en la cabeza, un degollado de ojos vendados, un monstruo negro que quiere jugar al Backgamon y no encuentra compañía, uno que muestra en las manos un corazón atravesado, y a mi persona escribiendo sobre todos ellos, aunque dentro del grupo. Desgraciadamente para alguno, ha sido acuchillado por la espalda.
Un fraile-conejo sostiene de cabezas en una vara el casi cuerpo entero de una desnuda mujer para olerle los pies mientras toca una corneta de cacería... pero aunque no lo digamos, todos queremos vivir aquí.




(Entran los personajes, que todos son uno, y EL NARRADOR lee aquello que lo ha traído adonde está, dando comienzo a una representación que de esta forma se da por comenzada)


EL AUTOR.- Cualquier idea debes tener de lo que vas a encontrar aquí, aunque muy probablemente no sea eso lo que encuentres. Puedes buscar y encontrar algo, pero nunca lo que has buscado. Eso que buscas debe salir de tu mano, no de la mía, y mejor, que no salga de ninguna mano. Puede salir de tu pie, si caminas bastante. Puedes salir tu, si quieres, pero no de tu mano. Salir de tu mano y acabar manco son el mismo acto. Porque aunque se persevere, nunca se encuentra. Por ejemplo: Felicidad alcanza el bondadoso, alegría el feliz; y ninguno sabe lo que ha buscado. Sabiduría el sabio, sólo cuando cree serlo. Bondad, el malo, cuando actúa en contra de su corazón. Diversión, los vecinos del payaso, porque el payaso nunca se divierte consigo mismo. Y tontería cualquiera, que no hay que buscar las cosas que llegan solas. Como se ve, todos encuentran lo que buscan, porque no lo han buscado. Grandilocuencia encontramos quienes nos creemos artistas. Sobre todo, cuando nos creemos artistas. Y pérdida de tiempo cualquiera que está buscando algo en una obra de arte, porque, como dije, nunca se encuentra lo buscado, y menos, en las obras de arte. De cualquier forma, el tiempo se pierde de cualquier forma, unas más felices que otras, pero se pierde igual... al final,  sólo importa el tiempo que se pierde, y no cómo se ha perdido...

-callado el narrador, entra serio
EL PROLOGISTA.- En tiempos de cambio no es raro ver que lo nacido como una cosa a los pocos días se transforme en otra. Esto ha ocurrido con el ensayo que en las páginas siguientes se desarrolla: porque fue originalmente una investigación, o pretendió serlo: buscando guardar toda la apariencia científica que debía mantener para parecer una investigación y no otra cosa.
Tanta arbitrariedad podría ser molesta, pero tenemos nuestras razones para proceder así (distintas a las exigencias de las bases de un concurso):
El tema: encontrar un tema más abierto, relativizable, discutible, atacable, etc. que el tratado aquí, sería difícil, porque ¿existe algo menos sujeto a reglas que la manera que cada uno se ha buscado para mirar el mundo?; creemos que no, y como de ese tema fue hecha la investigación, nos vemos con el derecho de deshacerla.
El método: que nunca fue sustento de la obra, sino esquema según el cual ir paso a paso (un poco al estilo de Descartes, lo que nos recuerda el aire {de pedantería que puede tomar cualquier cosa con citas y reflexiones. La intención de evitar la pedantería y la pedantería llegando siempre. Estos son hechos comunes en mi trabajo, en especial, cuando está lleno el trabajo de citas  y reflexiones. Como  ratones, entra la pedantería por donde sea. Distinta a los ratones, la pedantería se queda.

1. LAS DISCULPAS

No es mi pedantería mía. Llega de la UNESCO, de los sitios adonde he enviado solicitud de empleo sin frutos. Y mis frutos cayendo en esta ciudad donde siempre he vivido, y así, no he visto el mundo que de otra forma estaría viendo, y no he probado lo que jamás he probado, ni he comido lo que no he comido, ni tocado lo que no he tocado, ni olido, etc. Por lo que, naturalmente, estoy obligado a vivir en esta ciudad donde, siguiendo las normas de la naturaleza, he nacido. Viajo ahora poco: por la moneda devaluada, porque estoy sin dinero desde que recién ahora he terminado de  estudiar y me han quitado la “pensión de sobreviviente”, que por ella, muy bien sobrevivía desde la muerte de mi papá; porque, además,  no me ha llegado suficiente trabajo, y porque no quiero emplearme, desde que sin empleo he comenzado a trabajar. Graduarme para vivir mal, acompañado por una crisis económica de estas que, por habituales en Latinoamérica, ya no cumplen el nombre de crisis, sino de economía regular. A mano, vivir entre libros, música, escritura, un posgrado, y alguna que otra salida con mi novia o con algún amigo. Pedantería natural, así, creo. La comodidad, la falta de necesidades, la suavidad de los deseos... todo facilita. Disculpado. Pedantería, ¿qué más mostrar?}
La muestra: nada representativa, solamente ilustrativa.
Las conclusiones: que por la no-representatividad de la muestra carecen de validez inductiva, desvirtuando prácticamente todo el valor "científico" de la investigación (que usaba el método hipotético-deductivo) y acentuando su carácter de experimento, de ensayo.
Llevándonos todo esto a pensar: "¿Por qué no darle versatilidad a la investigación, si conocemos los defectos de tema, método, muestra, y conclusiones?"
Por supuesto, por respeto al lector, quien sólo quiere leer ensayos, hemos amputado del texto los aspectos puramente "metodológicos" del texto original, colocando prótesis en otros lugares, buscando que el muñeco no resulte tan feo o, por lo menos, guarde un aspecto más agradable. Así, hemos: cambiado títulos; anexado apreciaciones expresamente personales (que el resto del trabajo también lo es, pero, por razones de apariencia de objetividad, debíamos disfrazarlo); y utilizado cuantos recursos nos parecieran convenientes para darle un carácter más literario a lo que nació sin la idea de tenerlo, aunque con un defecto heredado: porque el autor (antes llamado el investigador) se dedica por lo general a escribir literatura, siendo las investigaciones la ocasional excepción que (como dice un principio que nunca he compartido porque jamás he podido entender bien) "confirma la regla".
-excesivo- Esperando no se molesten con el parapeto resultante, sólo pido de ustedes deseos de diversión sana.
EL PUBLICO (enamorado de su propia forma de ser, a coro).- ¡Vulgar, vulgar, lo que queremos es algo vulgar! Nos aburren estas voces decentes.
EL NARRADOR (pedigüeño).- ¿Les sirve: me pican mucho los pelos de tu culo?
EL PUBLICO (extrañado).- ¿Cómo puede picarle lo que no es suyo?
EL PUBLICO (más extrañado).- ¿Cómo puede, siquiera, decirnos que algo le puede picar?
EL PUBLICO (escéptico).- ¿Cómo hacernos creer que algo pudo haberle picado?
EL PUBLICO (más escéptico).- ¿Cómo saber que algo le picó, le pica, o le picará?
EL PUBLICO (casi incrédulo).- ¿O cómo saber que algo picó o picará?
EL PUBLICO (incrédulo).- ¿Cómo saber cualquier cosa, al final?
EL POETA (poético).- ¿Es la vida sueño?
MAQUIAVELO (florentino).- Para quien, encarcelado desde siempre, el mejor día despierta gobernando a su carcelero y a su mujer.
EL PUBLICO (ignorante, como debe ser).- ¿A cuál mujer?
EL ENTREVISTADOR (seductor).- Señor Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA (cansado de la vida).- En África no tenemos quien diga así.
EL ENTREVISTADOR.- Señor Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA.- Tanto como usted aquí.
EL ENTREVISTADOR.- Sr. Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA.- ¿Y entonces para qué soñar?
EL ENTREVISTADOR.- Señor Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA.- Sólo si duermes.
EL ENTREVISTADOR.- Señor  Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA.- ¿Y me deja sin él?
EL ENTREVISTADOR.- Señor Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA.- Ayer estuve mirando cómo amanecía, hoy no tuve necesidad.
EL ENTREVISTADOR.- Señor Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA.- ¿Y ya despertó Ud.?
EL ENTREVISTADOR.- Señor Mandela, ¿es la vida sueño?
MANDELA.- Cuando veo a la gente caminando...
EL POETA (poético otra vez, en tono un poco ridículo).- Tengo un poema que es también una lección:

BALADA DEL MAL MARIDO


Agachado junto al río,

sacando de mi vientre el peso podrido
que duro e inflado me mantenía,
llegó una damita tan bella,
que parecía hecha a la medida de mis dedos.

Blanca como la lana,

a los comerciantes cantaba:
"¡Desgraciada!, me han entregado a un cualquiera,
¡Preferiría divertirme a tener dinero y llorar luego!."

Agachado, la saludé en voz alta,

Llamándome hijo de María,
Por ser ésto lo que soy;
Ella me respondió, como convenía:

"¡Jesús, Bienvenido seas!

Mi amigo dulcemente te pido ser,
Y escucha cómo mi marido me bate abajo,
Plop plop así así,
Para luego decirme: Te amo.
¡Preferiría divertirme a tener dinero y llorar luego!"

Me animé, preguntando: ¿Eres de París?


"Muy ciertamente, señor;

El hermano de un puente es mi marido,
Sobre él las vacas y los perros,
Los carros con joyerías,
Mis nobles hermanos.
Pero es mi marido de los malos el peor,
Y con él el oro es marrano.
¡Así, nunca será mi dueño!
Fiel, risueño, bondadoso, caballero,
Habla siempre simple y suave,
Y quiere joder cuando no quiero.
¡Preferiría divertirme a tener dinero y llorar luego!."

Malos aires me llegaron,

Desde el suelo, el cielo, y la mujer,
Y por no saber más, supe mi tarea cumplida.

"¡Desgraciada, me han entregado a un cualquiera!"


Y yo quise salir.


"¡Ay, si Dios me amara (suspiro)!

Yo sabría amarlo bien,
Y así el desgraciado de mi marido,
Perdería sus noches buscándome,
En el bosque y en sus ramas,
Y entre las putas de París,
Sin encontrarme jamás,
Estando yo con Dios en la cama"
Así, ¿es la vida sueño?..
EL PUBLICO (adormitado).- ¿sueño?
EL PUBLICO (mirando a los demás, buscando compañía).- El poema es bueno, pero no entendí lo del marido como un puente.
EL PUBLICO (sin querer oír razones).- El poema podría ser bueno si dijera otra cosa.
EL PUBLICO (FEMENINO).- El poema no es bueno, es excelente.
EL PUBLICO (FEMENINO).- Fiel retrato psicológico.
EL PUBLICO (FEMENINO).- De gran pureza formal.
EL PUBLICO (FEMENINO).- Desarrolla su anécdota.
EL PUBLICO (mirando a los demás, buscando compañía).- Aunque un poco difícil de entender.
EL PUBLICO (consensuando).- ¿Alguien entendió lo de que el marido es un puente?
EL PUBLICO (que se entusiasma).- ¿Y lo de que pueda estar con Dios en la cama?
EL PUBLICO (consumista).- ¿Es que tiene Dios una cama?
EL PUBLICO (fisiológico).- ¿Duerme, acaso, Dios?
EL PUBLICO (teológico).- Dios descansa, pero no duerme.
EL PUBLICO (filológico).- Deberías hacer el poema otra vez, con cuidado, para que se entienda todo.
EL PUBLICO (estudiantil).- Porque yo lo del sueño todavía no lo entiendo.
EL PUBLICO (convencido).- La vida es sueño.
CALDERÓN (enfático).-
 Es verdad, pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos;
y sí haremos, pues estamos
un mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la  experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta dispertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado en el viento escriba;
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¿qué hay quien intente reinar
viendo que ha de dispertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidado le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí,
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
EL INTRODUCTOR (convencido).- ¿Para qué buscar otras cosas, habiendo éstas?
EL PROLOGISTA (apoyando).- ¿Es necesario hacer más?
EL INTRODUCTOR.- ¿Es, aunque sea, conveniente escribir otras cosas?
EL PROLOGISTA.- ¿No te avergüenzas, poeta o narrador?
EL NARRADOR (autojustificador).- De algo hay que vivir.
EL INTRODUCTOR.- ¿Que los demás pierdan el tiempo leyendo tus cosas?
EL PROLOGISTA.- ¿Haciéndoles creer que es preferible leerte y dejar  a los clásicos?
EL NARRADOR.- Soy más divertido.
EL PROLOGISTA.- ¿Dónde?
EL NARRADOR.- Además, hay que avanzar.
EL INTRODUCTOR.- ¿Hacia dónde?
-panfleto-
EL PUBLICO (interrumpiendo interrogador).- ¿Qué le pasa a éste?
EL INTRODUCTOR.- Quiere engañar.
EL PUBLICO (interrumpiendo, interrogador).- ¿Qué le pasa a quién?
EL PUBLICO (molesto).- Al de allá, al que hablaba en poesía.
EL PUBLICO (hiperreal).- Se drogó.
EL INTRODUCTOR.- Es posible que se haya drogado, sí, pero...
EL PUBLICO (ético).- ¿Para qué drogarse y decir lo que dijo?
EL PUBLICO (estético).- ¿Por qué no escribir algo bonito?
EL PUBLICO (apologético).- Ya los poetas no saben decir nada bonito, fíjate eso de que "el mayor bien es pequeño", creo que eso fue lo que dijo, ¿no?.
EL PUBLICO (de la izquierda).- Es un resentido, reaccionario.
EL PUBLICO (de la derecha).- Con seguridad era comunista.
EL PUBLICO (todo).- Ya el arte no sirve para nada.
EL PUBLICO (de nuevo, hiperreal).- Está hecho un desastre.
EL NARRADOR (más que hiperreal).- Una mierda.
EL PUBLICO (cronológico).- Son los tiempos modernos.
EL PUBLICO (necrológico).- ¿Puede alguien explicar qué le está pasando a los tiempos modernos?
-ideológico- EL INTRODUCTOR (grandilocuente).- La definición de esta investigación corre entre dos extremos: uno, la síntesis última que significa su título, y el otro, el desarrollo del trabajo en sí.
  Como muchas veces, llegar a un punto medio de unas pocas páginas, que es lo utilizado habitualmente en las introducciones, puede ser incómodo, principalmente por el tema tratado; por ello, para evitar un resumen-mutilación que muestre de manera errada lo que el texto que sigue plantea, preferimos realizar aquí una especie de anuncio con explicaciones, moviéndonos en este texto tratando de no repetir lo que en sus partes se explica, sino definiendo nuestra posición mientras se efectuaba el trabajo.
{trabajando y pensando, ejemplificando-.

2. LA CELEBRACIÓN

Pensaba: cuánto puede durar una celebración cuando los invitados están cansados. O cómo pueden cansarse los invitados, cuando se está celebrando. O si es que no hay respeto por la celebración. O qué es más importante, si celebrar, o divertirse. O si es mejor no celebrar nada y divertirse gastando el dinero que iba a ser usado en los demás, en la compra de vino para uno mismo. O para qué voy a celebrar algo que me da igual, y recordando aquello que lo motivó siento desagrado. O si es mejor gastarse todo en vino para uno mismo. O de cuál marca es el vino que voy a tomar. O cómo se ven los platos más bonitos, si unos arriba de los otros, o en círculo. O si la casa debe estar limpia para que los invitados se lleven una buena impresión de ella, o la buena impresión se la llevan de cualquier modo y de cualquier casa. O si es agradable el anfitrión porque invita, o porque es agradable. O si se puede ser agradable como invitado. Tanto  pensamiento. Por un lado una cosa y por el otro otra. Por el medio, por supuesto, otra más. Un problema sucede a otro, generalmente. Una situación problemática igual. Por ejemplo, ayer, después de la celebración  mía -que al final fue hecha- quise continuar celebrando en la celebración de un amigo. Terminada mi celebración me fui a la suya, que también estaba terminada pero yo no sabía.

3. EL BAÑO

Llegué con dos urgentes necesidades, la primera, un cigarrillo, la segunda, cagar. Encontré el cigarrillo y encontré el baño, y me dispuse a satisfacer mis necesidades. Acabé el cigarrillo y al poco tiempo dejé de cagar. Querer limpiarme y ver que no había papel fue una misma cosa. Pensar y decidir, otra cosa. Agarrar del basurero los papeles no tan  usados -por lo menos, los que no tenían mierda- y limpiarme el culo fue la tercera cosa. Y reírme sólo y comprender que la necesidad lo lleva a uno a hacer lo que sea, fue la última cosa. Un poco feo el método -además, porque puede uno contagiar hongos, gonorrea, sífilis, quién sabe más-, pero aprendí algo, como todos los días, porque todos los días se aprende algo nuevo, que lo viejo no se aprende sino que se recuerda: un culo sucio vale tanto como un papel usado, o al revés}
-la situación- Al desarrollar la situación problemática encontramos que la idea original, aparentemente no muy compleja, de efectuar una sintomatología de la crisis de la modernidad, se abría de tal forma que, ni aún reduciéndonos a dos o tres puntos de estudio (en este caso, actitudes y conductas hacia lo que se considera la modernidad y su crisis según lo manejado en particular aquí) se podría hacer una investigación corta, ni siquiera {nada de interés... ejercicio de la censura sobre lo que fue la investigación, mejor. Censura de la censura. Y en algún momento censurar todo y no investigar nada. Investigar cualquier cosa, pero preferir lo indiferente. Objetividad de la investigación, dicen. Escribir lo que sea y mucho. Ejercicio de la censura. Acostarse a dormir y masturbarse pensando en la heroína creada, e inyectada en la vena del narrador. Manosearle el culo a la novela y seguir trabajando bien. Amar lo escrito. Amar lo que se va a escribir. Amarlo todo. Ejercicio de la censura. La falta de la imaginación y la censura de la censura. Después la censura. Mejor, comentar que en nuestro mundo está ausente la censura: Alegría sin censura; placer sin censura; poder sin censura; diversión sin censura; televisión sin censura; censura para la censura.

4. LA SEMANA SANTA

Pero la Semana Santa estuvo aquí. Y las Pascuas se fueron. Y yo no tuve dinero sino para quedarme. La única censura es la del dinero -ya me lo había gastado, no sé dónde ni por qué, ni cuándo, ni en qué, ¿sabe Ud., estimado lector, cómo ha gastado su dinero en los últimos cinco años? en un libro (seguramente recibido como regalo) parte de los gastos-, por lo que veo y hago notar, inteligentemente, que no puedo hacer notar las cosas de forma distinta, siendo inteligente o, aunque no siéndolo, haciéndome parecer, aunque sin saber cómo. ¿Censura de la censura? -vengar la censura- Ojo por ojo, mano por mano, y diente por diente. Y lo demás, según queda, según se quiera creer, porque]
(...)Creemos adecuado aquí (para satisfacer a quien busca en las introducciones el dato que le permita saber si quiere o no leer lo que luego se trata) transcribir textualmente la formulación del problema:

5. EL PROBLEMA INVESTIGADO

Entendiendo la existencia de una modernidad en crisis planteada por distintas teorías y posturas, cómo se manifiesta este fenómeno en las conductas y actitudes cotidianas de un grupo de jóvenes con edades comprendidas entre dieciocho y treinta años.
EL GRUPO DE JÓVENES (con edades comprendidas entre dieciocho y treinta años atraviesa corriendo el escenario; todos, más sinceros, se aburren estando aquí; alguien pregunta: ¿adónde van?
ALGUIEN (preguntando).- ¿A dónde van?
EL GRUPO DE JÓVENES (más sinceros, le responde: ¿a dónde se puede ir?
EL GRUPO DE JÓVENES (respondiendo, aunque preguntando).- ¿A dónde se puede ir?
EL GRUPO DE JÓVENES (encontrando estúpido el preguntar y responder estupideces, continúa saliendo, porque son más sinceros; alguien, alarmado por la falta de método, les pregunta: ¿ya cobraron?
ALGUIEN (alarmado).- ¿Ya cobraron?
EL GRUPO DE JÓVENES (deteniéndose incontinenti, pregunta -porque no sabían y son más sinceros-: ¿se puede cobrar aquí?
EL GRUPO DE JÓVENES (detenido).- ¿Se puede cobrar aquí?
EL GRUPO DE JÓVENES (Quédase).-
-serio- Es importante recordar que, según algunas posiciones de la filosofía de la cultura, este tipo de investigaciones no es posible, porque [¿aburrido? -aunque lo deseen, no se lee diferente; desear mejor, antes que la novela, un pavo real, una iguana chillando, un café negro, un negro declamando como un pavo real aunque pareciendo una iguana chillando-. Mejor: Una conversación telefónica es argumento bueno para una historia corta, una historia valiosa, pero no es  investigación. Un asesinato para una historia larga, argumento mejor. Un asesinato con una conversación telefónica crea ya un género: el de la novela policial. Un asesinato sin conversación telefónica es pelea de borrachos, atraco acabando en homicidio. Resistencia del ofendido, quizá. De asesinatos, jamás supe nada. Nunca asesiné, no he visto asesinar. Atracos y robos. De llamadas telefónicas, un poco. Una vez me llamó una mujer de quien esperaba llamada. Ahora, desde hace seis años, es cosa frecuente, telefonean las mujeres esperadas con naturalidad. Todo viene ahora con naturalidad. También los asesinatos, con y sin llamadas telefónicas.

6. LA VECINA

Puedes escuchar a una mujer gritando pidiendo socorro, y mirar a su marido intentando ahorcarla con un paño, en la casa de al lado. Escuchar al padre de tu novia, desde la segunda planta, gritando también: no pidiendo socorro, sino que la suelte. Dos disparos al aire desde el suegro. La suegra está llamando por teléfono a la policía. Todos suponemos que le policía llegará pronto porque ésta es una urbanización bien. Los vecinos calman sus deseos homicidas y de socorro, respectivamente. El apagarse de las luces. Silencio de los primeros, alborotadores. Pienso: "extraña escena, qué falta de educación, no me molesta el sadomasoquismo, me molesta el escándalo, joder, si quieren gritar que usen corcho, tapizando"].

7. LA INVESTIGACIÓN

Por supuesto, entendemos que pasar directamente de la discusión sobre la crisis de la modernidad a lo que alguien piensa sobre el cine de Almodóvar, por ejemplo, es exagerado; pero sí creemos que, cumpliendo una serie de etapas, la conexión puede lograrse. Estas etapas podrían ser graficadas en nuestro caso más o menos así:
De las teorías sobre la crisis de la modernidad
a
lo que estas teorías dicen sobre
cómo se manifiesta el fenómeno en la sociedad
a
una perspectiva histórica del asunto
a
una enumeración de las conductas y actitudes
que se mencionan en las etapas anteriores
a
una enumeración de conductas y actitudes
típicas de cada una de las partes del fenómeno estudiado
a
la elaboración de una entrevista que permita ubicar
estas conductas y actitudes en la muestra estudiada
a
la aplicación de la entrevista en la muestra
a
el análisis de las entrevistas enumerando
las conductas y actitudes del entrevistado
a
la identificación de estas conductas y actitudes
con las que antes consideramos típicas
a
las conclusiones generales, basadas en el paso anterior
recordando las dos primeras etapas de la investigación

o, de manera más corta, cerrar el círculo:

EL CIRCULO (por cerrar).- Todo queda entendido en nuestra relación, tú hablas, yo entiendo, tu crees haber entendido, yo simulo entender, lo entendido no sabe de quién están hablando ni por qué, ninguno de los dos habla igual ni de lo mismo, todos hablamos aunque ninguno entienda, cerrando el círculo:

explicaciones teóricas del fenómeno > estudio de campo del fenómeno > explicaciones teóricas del fenómeno


creemos entonces que esto es perfectamente posible, siempre y cuando el investigador logre mantener el esquema (en nuestro caso, el planteado antes) y se escape de teorizar olvidando que el interés principal está en las entrevistas, o se dedique a poner atención en las entrevistas olvidando que el interés principal está en las teorías.

Otro punto importante relacionado con los análisis de las entrevistas está en la ocasional apariencia de arbitrariedad (si por arbitrario se entiende todo lo que no aparezca en el texto anterior de la investigación) {o en el posterior, eso no importa. Cualquier arbitrariedad es válida si se sabe cómo llevarla. Inclusive la mía, la de hoy, la de la excitación que me produjo un desacostumbrado (por nuevo) día de trabajo.

8. EL TRABAJO DIARIO

Comenzando con un cliente (el único habitual) que me pasó buscando para extorsionar a un portugués que...
Es más fácil comenzar desde el principio:
11 a.m. L* llama para preguntarme qué puede hacer con un minipandejamón que compró y tenía gusanos.
- Protección al consumidor -mi voz ingenua.
- A mí no me interesa protección al consumidor, a mí lo que me interesa es real.
- Déjame pensar... tú sabes que el derecho más que tener la razón es pruebas.
- Pruebas tengo todas las que te de la gana, denuncia en la policía, fotos, denuncia en protección al consumidor, que me mandaron a Sanidad, denuncia en Sanidad, una vaina de un médico...
Daños Morales (Morales es el apellido del cliente). Los daños morales y la extorsión de un portugués. Aunque los tribunales están cerrados, están de huelga.
- ¿Cuánto le pido?
- La legislación venezolana no tiene estipulados los daños morales, solamente en algunos casos de derecho laboral, pero para los vulgares no hay estipulación, puedes pedir lo que quieras, siempre que lo pueda pagar el portugués.
- Hay que ver cuánto le sale a él que le cierren la panadería, y la multa... ¿un millón?
- Más, pídele tres para que te de uno.
- Necesito un abogado con las esféricas... ¿Te vienes?
- ¿En la oficina a qué hora?
Después pasarme buscando (1:39 p.m.). Solicitud de copia de la denuncia en la policía. Cuentos de comida con los policías. Sietecueros en repollos. Cabeza de ratón mordida como pedazo de pollo, etc. La policía que no quiere trabajar rápido y nosotros que nos vamos para apurar la panadería.
- Mi cliente me habló de que el viernes vino y compraron dos panes de jamón y uno estaba en estado de descomposición -mi voz y delante está el encargado.
Afirmación silenciosa del encargado.
- La señora pasó la noche vomitando y ella está embarazada. Estamos esperando la copia de la denuncia de la policía. Y se habló con SANIDAD, vamos a cerrarles la panadería.
Silencio miedoso del encargado.
- Además pensamos meter una demanda por daños morales de tres millones de bolívares.
Silencio nuestro, ahora.
- Entonces queremos saber cuál es la opinión suya -otra vez, como antes, mi educada voz.
El encargado preguntándonos qué podía hacerse. Inicio de la extorsión y final no sé cómo. Pues quedamos en que el encargado iba a hablar con uno de los dueños de la panadería y llamarnos para reunirnos. Reunión que yo no sé ocurrida, porque el cliente, L*, aquél que viendo a la esposa escupiendo el pan de jamón fue a buscar a la policía para tener pruebas y demandar y ganarse unos reales, por el diez por ciento que hice saber como mis honorarios podría mandarme al carajo y arreglárselas solo con el portugués. Deseo no lo haga, mi rostro, enmierdado, lo pide. Aunque moralmente (¿quién se ocupa de eso?) para la extorsión hay (nos creo con) derecho: que de verdad la esposa de L* está embarazada, que ha podido intoxicarse, y no sé cómo le resultará un lavado estomacal cuando tiene un feto precisamente en la barriga. Portugués hijoputa, es la primera conclusión.}
de algunas conclusiones, pero estos "agregados" aparecen cuando consideramos que obviarlos hubiese sido más "acientífico" que parecer arbitrarios: por su evidencia, y porque la razón de su desaparición del texto está en dos puntos primordialmente: la imposibilidad de plasmar en el papel el "tono" de la persona {Y para cerrar el día, una conversación telefónica con el papá de la señorita que chocó al esposo de mi hermana, según sigue.
- Yo soy el padre de la señorita, estaba oyendo lo que ustedes estaban hablando y quiero que me diga cuál es el problema.
- Le comentaba a ella que mi cliente no quiere dejar el carro en el taller que ustedes propusieron porque no le inspiró confianza, y estaba tratando de llegar a un acuerdo para que le pagasen a mi cliente lo que le iban a pagar al mecánico.
- ¿Cómo es eso que el taller no le inspiró confianza?
- No le inspiró confianza.
- ¿Por qué?
- No sabe qué le pueden hacer a su carro.
- ...
- El no sabe si le pueden quitar alguna pieza, o hacerle el trabajo mal...
- Eso que usted está haciendo es una acusación muy grave.
(¡Sorpresa!)- ¿A quién estoy acusando?
- Usted está diciendo que el mecánico es un ladrón.
(Molestia) - Usted está interpretando mal lo que yo dije, tenga cuidado usted, yo estaba hablando de una hipótesis...
(Agresivo)- Aquí no estamos para hablar de hipótesis, nosotros tenemos ese taller, y si su cliente no quiere entonces demande.
- Perfecto, entonces esperamos a que abran los tribunales y procedemos a demandar.
- Nosotros procederemos por nuestro lado.
- Perfecto, buenas noches.
- Buenas noches.
 Joder. Hijoputa criollo de mierda, que apenas sabe hablar} (su expresión, su comodidad o incomodidad, la facilidad o dificultad en dar respuestas, etc.), y la necesidad de acortar las entrevistas. De cualquier forma, aceptamos la justificación de las críticas.
Y por último [no hay otra cosa que cortar]
UN CHISTOSO (petulante).-
De las tonterías sobre la vanidad y su crisis
a
lo que estas tonterías dicen sobre
cómo se manifiesta el fenómeno en la publicidad
a
una perspectiva histriónica del asunto
a
una canción de los productos y envoltorios
que se miccionan en las tapas anteriores
a
unas canciones de putas y arlequines
fenotípicas de cada una de las artes de una emisión radial
a
la fabricación de una revista que permita publicar
estos chistes y solicitar una muestra para ser fecundada
a
la ampliación de la revista muerta
a
el estudio de las visitas vociferándole
a las arañas y jardines del sujeto visitado
a
la rectificación de nuestras conductas y actitudes
porque antes las consideramos atípicas
a
las lecciones de los generales, pasadas en el caso anterior
cuando las dos primeras veces fueron desnudados
sin necesidad
EL PUBLICO (aburrido).- ¿A quién le interesa hoy este tipo de chistes?
EL PUBLICO (convencido).- A nadie, evidentemente, la petulancia está fuera de moda...
EL PUBLICO (brillante de ahora en adelante).- ...junto con los juegos de palabras...
EL PUBLICO.- ...y los sombreros...
EL PUBLICO.- ...y la poesía de Víctor Hugo, y las actrices de cine cantando en televisión, y Sartre, y la ropa a cuadros, y Pablo Neruda, y las corbatas de bacterias, y Carlos Marx, y los bastones, y las vanguardias, y el opio, y Juan XXIII, y las máquinas de escribir eléctricas, y la OTAN, y los Best-Sellers de la Guerra Fría, resumen de todo.
EL PUBLICO.- Que la moda de hoy es el SIDA. EL PUBLICO.- Y la muerte feliz.
EL PUBLICO.- Y el suicidio anecdótico.
EL SUICIDA (interrumpiendo, como deseoso de ser escuchado, grandilocuente).- Más que a la Muerte se le debe temer a la Inmortalidad, eso lo digo con toda seguridad, porque:

(Convertido en centro de atención ahora -no hay más- sigue)


Supongamos que el cuerpo muere dejando al alma viva, lógicamente, en el lugar donde estuvo antes: en el cuerpo ahora muerto, encerrado en su cajón de madera, o en su tarroncito de vidrio, o flotando en el mar, o abandonado en una selva, o dentro de una mina, etc.

Al principio, el alma alegre se felicita por no haber muerto, pero... ¿cuánto tiempo tardará antes de llegar a aburrirse de su inmóvil situación? ¿no es igual cuando los catalépticos despiertan encerrados y enterraditos también? ¿hay algo más horrible? ¿no es mejor, entonces, simplemente morir?
Seamos amables y permitámosle al espíritu vagar por el cementerio.
De nuevo los comienzos agradables, pero... ¿cuánto tardará en llegar la desesperación?; se pasa el tiempo observando con detalle el sitio: las tumbas, los cadáveres que llegan nuevos, las diversas inscripciones de las lápidas, las voces de los visitantes, las ramas, las hierbas, los insectos y las aves y los ratones y las ratas, el viento, el suave pasar de días y noches, cada uno de los granos de tierra, el movimiento de las nubes, las tumbas, los cadáveres que llegan nuevos, las diversas inscripciones de las lápidas, las voces de los visitantes, las ramas, las hierbas, los insectos y las aves y los ratones y las ratas, el viento, el suave pasar de días y noches, cada uno de los granos de tierra, el movimiento de las nubes, las tumbas, los cadáveres que llegan nuevos, las diversas inscripciones de las lápidas, las voces de los visitantes, las ramas, las hierbas, los insectos y las aves y los ratones y las ratas, el viento, el suave pasar de días y noches, cada uno de los granos de tierra...
Y siendo aún más condescendientes, puede el espíritu conversar con los demás compañeros de mejor vida: le escuchamos preguntar por Aristófanes, pero no hay respuesta, porque éste no conoce el idioma español; aparece un traductor y llaman de nuevo al comediante, quien no responde porque, luego de quinientos años de conversaciones con diferentes compañeros de muerte, descubrió que, no muy al fondo, todos somos iguales: predecibles y fastidiosos; y entonces, callado y aburrido prefiere ahora estar, por no andar conversando y más aburrido aún. ¿Cuánto esperará nuestro espíritu para cansarse también?
Y así, cualquiera de las modalidades escogidas para morir es infinitamente aburrida, porque la eternidad no puede ser de otra forma.
Y esto, sin hablar de otro número infinito de posibles incomodidades, además del hastío.
¿No es mejor, entonces, simplemente morir?

(El SUICIDA hace aparecer un arma de fuego y se dispara en el paladar desprendiéndose el alma, quien comienza a vagar por el teatro. EL PUBLICO se la aparta con los brazos como a malos olores)


EL SACERDOTE (pseudocompasivo).- Que Dios te perdone, pecador.

EL ALMA DEL SUICIDA (a sí misma).- ¡Apúrate! ¡Apúrate!
DIOS (grandioso).- ¿Quién es ese?
CORO (natural).- Un suicida. DIOS.- ¿Qué busca?
CORO.- Los cielos. LA MANO DE DIOS (extendiéndose).- ¡Hasta allí!
EL ALMA DEL SUICIDA.- ¡Oh mi señor, perdóname por haber practicado tan horrendo crimen! DIOS.- ¿Cuál crimen?
EL ALMA DEL SUICIDA.- El suicidio y, el peor de ellos, el haber querido morir absolutamente, el desear la nada. DIOS (como pensativo).- ¿no existir más?
EL ALMA (bajando la cabeza).- Sí. DIOS.- ¿No quieres morir?
EL ALMA.- No. DIOS.- ¿Y por qué matarte, entonces?
EL ALMA.- No creía en el cielo de la religión. DIOS.- ¿Cuál religión?
EL ALMA.- La cristiana, única religión verdadera.        DIOS (como recordando).- ¿Cristiana?
EL ALMA.- De Jesucristo. DIOS.- ¿Jesucristo?
EL ALMA.- Hijo de Dios. DIOS.- ¿Mío con quién?
EL ALMA.- Con la virgen María. DIOS.- ¿Virgen María?
EL ALMA.- Señora de José, fecundada por el Espíritu Santo.             DIOS.- ¿Espíritu Santo?
EL ALMA.- El tercer componente de la Trinidad, con Dios Padre y Dios Hijo.
DIOS.- ¿La Trinidad?
EL ALMA.- ¿Me engañaron? DIOS.- ¿Quiénes?
EL ALMA.- La religión... esto no se parece a lo que me habían ofrecido. ¿Le puedo preguntar algo?... ¿está el Ser Supremo verdaderamente feliz?. DIOS.- ¿Feliz?
EL ALMA.- Satisfecho, complacido, agradado...        DIOS.- ¿De qué?
EL ALMA.- De todo. DIOS.- ¿Todo?
EL ALMA.- Todo lo creado. DIOS.- ¿Lo creado?
EL ALMA.- Todo lo que hay. DIOS.- ¿Qué hay?
EL ALMA.- Las montañas, los ríos, los árboles, los peces, los insectos, las iguanas, los pájaros, los animales, los hombres... DIOS.- ¿Los hombres?
EL ALMA.- Y las mujeres.        DIOS.- ¿Dónde?
EL ALMA.- En la tierra. DIOS.- ¿La tierra?
EL ALMA.- El mundo. DIOS.- ¿Cuál mundo?
EL ALMA.- ¿Es Ud. Dios o está haciendo suplencia? DIOS.- ¿Suplencia?
EL ALMA (aparte).- No sabe nada.      DIOS (aparte también).- nada... nada... nada... ¡NADA!

(DIOS piensa en la nada y el ALMA DEL SUICIDA deja de existir, absolutamente. EL ALMA sale, definitivamente, por supuesto)


EL ENSAYISTA INTERROGADOR (llenando el espacio dejado por la nada).- ¿No ha ido la ciencia adoptando los vicios de su antigua enemiga, la religión? ¿no se siente a quien escribió lo anterior amarrado dentro de un grupo de preceptos academizados, con apariencia de "objetividad", que le imposibilitan hablar más de lo que la "doctrina y los dogmas" permiten? ¿no sería conveniente revisar hasta dónde sirve creer en la metodología contemporánea, cuando ella muchas veces limita, encierra, y obliga al investigador a "deformar" para estar acorde con los preceptos (o con los prejuicios, podría decirse), para no ser expulsado de la "orden", o mejor, para no ser excomulgado del mundo de lo científico?. El problema no es nuevo, pero no está de más recordarle.


{9. INSALUD

Recordarle como recuerdo el pan de jamón y los cien mil bolívares que me corresponden de la extorsión. L* que, remitido por Protección al Consumidor, fue a denunciar en InSALUD, dependencia de Sanidad donde le dijeron que Fotografías, Testigos, Pan de jamón podrido, Revisión médica, y Denuncia en la Policía con Policías de Testigos NO eran suficientes pruebas para cerrar la panadería (algo así como que es más fácil montar todo este parapeto que pensar en una panadería que ha vendido un pan de jamón con gusanos) y que sólo un Inspector de Insalud podía determinar si el local amerita que lo cierren. Por supuesto, el local que ha sido limpiado, una semana después de la denuncia, al visitar el inspector, y la inspección certificando la limpieza del local. ¿Portugués sobornando a insalubres antes de la llegada de mi cliente?

10. EL CLIENTE

Por otro lado,  “Mi Cliente” extorsionando por su cuenta y hablando con los abogados del portugués. “Mi Cliente” quizá también desconfiando de que me puedan sobornar (cosa que no creo que yo aceptaría, por lo menos ahora, en el papel). O “Mi Cliente” queriendo ahorrarse el pago de mi trabajo. O “Mi Cliente” pensando que puede hacer lo mismo que yo, o hacerlo mejor, es decir, “Mi Cliente” pensando que no necesita abogados, o por lo menos, que no me necesita a mí como abogado. O no sé cuál posibilidad, excepto que no he tenido que volver a ocuparme del asunto... lo que, en el fondo, me ayuda a vivir tranquilo, dada la excentricidad del caso, y lo desacostumbrado que estoy a las excentricidades, a los teatros, y a las ficciones}
También: ¿no es éste un escritor acostumbrado a la libertad de la ficción sintiéndose ahora encerrado dentro de un conjunto de creencias comunes (la ciencia) que por no compartir totalmente le incomodan?, o ¿puede alguien acostumbrado a utilizar la intuición dedicarse al uso exclusivo de lo racional?
O mejor: ¿no se puede hacer que cualquier discusión se vuelva eterna (como de hecho, ha ocurrido con la filosofía), más en espíritus con tendencias sofísticas?]
EL SACERDOTE (pseudocompasivo).- Que Dios te perdone, pecador.
DIOS (extrañado).- ¿Perdonar a quién?
EL SACERDOTE (definitivo).- A este pobre ensayista, carente de Fe.

(Se aleja EL SACERDOTE como apurado dejándole a DIOS el alma del ENSAYISTA en LAS MANOS)


EL ALMA DEL ENSAYISTA (original).- Sobre los dioses no sé si existen o no, ni cuál puede ser su naturaleza DIOS.- ¿Su naturaleza?

EL ALMA.- De la cual están hechos.

(A DIOS lo hace un mosaico de cerámica: fondo blanco y triángulos azules que, unidas las baldositas, fórmanse rombitos [quienes, en conjunto y de aquí en adelante, serán llamados "LOS AZULEJOS"]. Están pegados LOS AZULEJOS al muro bajo de una casa de playa puesta al frente de un motel del otro lado de la calle y detrás del mar debajo del cielo y en posición inversa en el globo terráqueo a la mar océano que rodea las Islas Filipinas)


EL ALMA (satisfecho y hacia Dios).- Naturaleza servil la tuya. (de pronto, recitando:)

"Oh natura, fértil y fecunda"
DIOS.- ¿Fecunda?
EL ALMA.- Que se reproduce con facilidad.
DIOS (aparte).- se reproduce... se reproduce... reproducción... ¡REPRODUCCIÓN!

(DIOS abusa de mala manera del ALMA DEL ENSAYISTA y aparecen multitud de ALMAS DE ENSAYISTAS, extrañadas, esperando unas de las otras)


UN ALMA DE ENSAYISTA (como queriendo iniciar un buen período de Ensayos, dada la multitud de ellas).- El gaditano Andrés de Pez no nació hasta 1653 (antes no se sabe dónde estuvo) y a los diez y seis años empezó a servir en la guarda de la carrera de Indias, ganándose merecida reputación de pornógrafo, geógrafo, y náutico.

Cuando Siguenza escribió la carta citándolo, el almirante Pez se hallaba en Madrid, gestionando la ocupación y fortificación de una Pepsi-Cola.

EPISODIOS RESALTANTES DE LA VIDA DEL GADITANO ANDRÉS EL PEZ

PRIMER ENSAYO














FIESTA TERCERA


(El escenario, continuando de abajo hacia arriba de izquierda a derecha:

... dos perros con armaduras buscan comerse a un hombre que se ha dedicado a tomar un sol que no hay aquí; un árbol-hombre con cara de plato manosea a una mujer manoseada por un perro agarra-tetas; ella, ni disgustada ni gustosa, a pesar de la tela que cae desde la silla del Gran Pájaro Cagador de Gentes, quien se alimenta sin decoro de uno que tiene una pedorrea de cuervos. Gran corona-marmita lo identifica junto a una inmensa bola de mierda azul-condón que hace llegar a los hombres al Gran Retrete Infernal, donde algunos cagan huevos y otros vomitan gente; por supuesto, los zapatos del Gran Pájaro Cagador de Gentes no son sino ánforas griegas, ¿qué otra cosa pueden ser?
¡Ay!, se lamentan algunas, ¿Por qué -me pregunto- siendo todo aquí tan divertido?... Y así, aunque no lo digamos, todos queremos hablar y saber unos de los otros)













SEGUNDO ENSAYO


DE COMO GADITANO EL PEZ ENCONTRÓ UN PROBLEMA QUE LE MOTIVO EL ESCRIBIR, Y DE LAS VUELTAS QUE DIO SOBRE EL MISMO:


Encontrar la presencia de esta situación problemática es tan sencillo como difícil es alejarse de ella, porque podríamos decir que aquí "el problema" es hoy parte de la vida cotidiana de casi  mil millones de personas que vivimos lo que se ha llamado la "cultura occidental" {quien me trajo, ella ofreciéndolo y yo sin pedirlo, aunque sepa agradecerlo,


11. LA FIESTA

en una fiesta la semana pasada -que todas las semanas hay fiestas y a veces uno está en alguna- a uno llamado Juan quien, como filósofo inquieto, buscando lo que ni mi familia ni mi persona, ni ustedes mismos, ni la modernidad, alcanzó, fue viviendo por propia voluntad y consecutivamente, jamás confuso, las etapas que siguen:
La 1ra etapa: O del Existencialismo. Que siendo el hombre como es, uno en sus circunstancias, decidió Juan tomar de novia a una niñita bien que, por estar de moda dentro del ambiente de ella -que no sé si en el de Juan- encontró un puesto de trabajo en Mc Donald´s, vendiendo hamburguesas y con la esperanza de poder algún día encargarse de una caja registradora. Hizo Juan ésto porque quería entender lo que piensa una persona que vive una existencia limitada -según los criterios de Juan, no según los míos-, y no encontró mejor método que convirtiendo a la persona limitada en pareja suya, quizá por eso de que la manera más rápida de aprender un idioma es en la cama, que para el latín nada mejor que una monja, para el francés una francesa, aunque no sepa hablar o no se tenga la intención de aprender, y para el chino, el japonés, el tailandés, el coreano, el camboyano, el nepalés, el mongol,  etc., una china, porque todos los chinos son iguales. Y así Juan, el sabio, quiso probar la ignorancia, y la saboreó, la ignorancia propia, la de él, actuando como queda referido, y haciendo de las discusiones hechos, de las angustias pedidos, de las contradicciones revisiones de material, del vacío existencial órdenes de pago, y del absurdo refrigeración, volviendo a Kierkegard granjero, o también, sandwich de pollo, a Sartre, guapo doble con queso, complacido en su mirada, y a Jasper y a Camus es mejor no decir dónde los puso, que fue en el basurero, junto a los repollos, todos podridos.
2da etapa: La del Neotomismo. Que siendo el hombre como es, imagen de Dios, decidió tomar Juan a otra novia -la del Mc Donald´s, hecha cocinera, poco recuerdo de Vírgenes y Santas, a pesar de la divina perfección de la Virgen en la cocina, como en todos lados-, inscrita en el Opus Dei, y mejor que inscrita, practicante. Contactos con el Opus y salir y dedicarse a hacer el contrapostolado, queriendo sacar a sus amigos de “La Obra”, luego de hacerlos entrar, todo en un mismo gesto, repitiéndose, faltándole el tiempo para la Obra. Que la represión y el Neotomismo, la decadencia filosófica de occidente después de Santo Tomás, los errores de Descartes, la subjetivización de los modernos y la equivocación de dar al hombre más importancia que a la Realidad, es decir, que a Dios, olvidando la hazaña filosófica de Santo Tomás y de los demás padres de La Iglesia, etc. Insatisfacción. Y “La Obra” que lo llevó, necesaria aunque desubicadamente, a la tercera etapa:
La 3ra etapa: Del Marxismo. Que siendo el hombre como es, producto de la lucha de clases, cambió Juan a su novia del Opus Dei por una estudiante de letras de la Universidad Central de Venezuela (porque hay que saber que Juan vive en Caracas, único lugar donde se puede estar al mismo tiempo tan al día y tan desfasado). Y entre Silvio Rodríguez y política universitaria Juan dejó a su novia que no se maquillaba y pasó a la etapa última, de la que habló:
Etapa última: de la primera recapitulación y de la vida como búsqueda del derecho y del derecho como búsqueda de la justicia, o de otra forma, de la creencia en la más grande y menos estructurada de las sandeces. Que siendo el hombre como es, animal racional y, no sólo eso, sino criatura filosófica y buscadora de utopías, tiene Juan una novia graduada en Relaciones Internacionales que, mientras me hablaba Juan de cómo utiliza el derecho para hacer justicia, se fue ella con mi novia a contarle que ya no aguanta a Juan, que está todo el día pensando en el trabajo, que no se ocupa de más nada, y que cree que no va a durar mucho con él... y así, preguntarme si es Juan el que cambia, o las novias las que cambian a Juan, o eso de que quién lleva a quién, si el jinete a la mula, o al revés, y yo reírme de Juan porque pocas veces he encontrado a alguien que, siendo tan serio, de tanta risa, y mirar a la novia de Juan, que no estaba mal, sino al contrario, está muy buena, y otros muchos pensamientos y comentarios salidos de mi boca, como la pedantería de preguntarle a Juan si no confundía a su novia del Mc Donald’s con la cocinera de su casa, hablando ambas de cómo se pica mejor la cebolla, se fue pasando la fiesta para, al final, quedar Juan y yo en volver a vernos, para seguir explicándome él como se puede estar tan al día y tan desfasado al mismo tiempo, o de cuáles son los efectos de una ciudad snob en un individuo venido de la provincia con inquietudes filosóficas y con deseos de encontrar la verdad, y de parte mía, explicándole a él si la tolerancia por las ideas ajenas incluye el aguantar la risa, etc.}

El problema es hoy parte de esa cultura porque hasta no hace mucho, cuando se hablaba, decir "occidental" era igual a decir "moderno". Pero esa afinidad de concepciones ha comenzado a parecer falsa desde hace más o menos un cuarto de siglo, y con la devaluación del término "moderno" llega la duda de todo lo que le daba sostén y lo hacía válido, tanto en las ideas generales (por ejemplo, la noción de "progreso") como en sus manifestaciones materiales (por ejemplo, la función de la tecnología en la sociedad actual).


12. EL JEEP

{Función que se aclara según la historia siguiente: Mi carro se quemó hace unos días. Los fabricantes de cinta plástica no han querido entender que rodear cables eléctricos con cintas combustibles aumenta la posibilidad de que los carros se quemen, en algunos casos, frente a una pizzería, adonde entré, pedí-quité el extinguidor, y detuve el fuego lo suficientemente rápido para que se dañaran los cables del cortocircuito, la manguera y el filtro de gasolina, y la pintura, que quedó hecha mierda, aunque ya lo estaba, pero quedó más hecha mierda todavía, que por más que las cosas se dañen siempre pueden estar peor. Evidentemente, el carro no podía quemarse sino cuando yo estuviese sin dinero (no es cuestión de mala intención del destino, sino de probabilidades, porque generalmente estoy sin dinero), según los tiempos que corren. Queda la moto}
El problema se evidencia a veces de manera simple, más o menos así: supongamos que alguien le hace esta pregunta: ¿qué es lo valioso para usted, hacia dónde piensa que deberíamos dirigirnos como individuos y como sociedad?: es probable que le entre una momentánea duda, y luego dé una respuesta corta o larga, elemental o difícil, lo cual no importa, porque la dificultad vendrá cuando trate de encontrar coincidencia entre su "creencia" y las creencias de los demás, porque aquí es fácil encontrar lo difícil del acuerdo, lo imposible de descubrir que lo nuestro se parece a lo del otro.
LA PREGUNTA.- ¿Qué es lo valioso para usted, hacia dónde piensa que deberíamos dirigirnos como individuos y como sociedad?
EL ENCUESTADO.- Bueno... yo creo que lo principal es. trabajar mucho por el país y por la familia.
LA PREGUNTA.- ¿Si no hay patria no hay trabajo?
EL ENCUESTADO.- Y también meter presos a los corruptos y quitarles lo que le robaron al país. porque ellos son los que tienen la culpa de que el país esté así. ellos arruinaron a Venezuela.
LA PREGUNTA.- ¿Cada rama del poder público velara por el correcto cumplimiento de sus propias funciones? ¿Quien detenta el poder abusa del poder ajeno?
EL ENCUESTADO.- Y darle mucha educación a nuestros hijos. porque ellos son el futuro de Venezuela. una buena crianza es importante. y eso es responsabilidad de nosotros. los padres
LA PREGUNTA.- ¿Moral y luces son nuestras primeras necesidades?
EL ENCUESTADO.- Así dijo El Libertador.
LA PREGUNTA.- ¿Libertó Bolívar a las siete repúblicas andinas?
EL ENCUESTADO.- Otra cosa que es importante. debemos asumir la responsabilidad. Venezuela no se salva si cada uno de nosotros no pone de su parte.
LA PREGUNTA.- ¿Es la sociedad la suma de sus individuos o el individuo la suma de su sociedad?
EL ENCUESTADO.- Pero sobre todo educación. eso no se discute. poner a los muchachos a leer. en vez de que pasen todo el día viendo la televisión. que eso les atrofia la mente.
LA PREGUNTA.- Entonces, ¿moral y luces son nuestras primeras necesidades?

Podría decirse que este problema no es nuevo ni característico de nuestra época, que por algo es viejo el proverbio de "cada cabeza es un mundo" y los demás refranes hermanos; pero sí tiene de especial nuestra situación dos puntos que no están repetidos en otras épocas históricas: la rapidez del cambio (mucho mayor que en las mismas ficciones de cambio escritas en los tiempos pasados: por ejemplo, en Hamlet -la más citada parodia de lo efímero e inconstante de la vida hecha en la literatura occidental- encontramos un mundo que requirió algunos meses para venirse abajo, mientras el nuestro parece cambiar en semanas y, a veces, hasta en días (recordemos la caída del muro de Berlín), y, si queremos parecer verdaderamente trágicos, no hace falta sino pensar {aquí había anexado uno de estos fragmentos, los de la voz del paréntesis, que afortunadamente, por un problema con la computadora, perdí. Hablaba de una celebración de la familia de mi novia (quien, de ahora en adelante, y para los efectos de esta novela, se denominará Virginia, y así será hasta el final del texto, si no me larga, o yo la largo a ella, lo cual no creo, porque llevamos más de tres (3) años juntos, que a ustedes ésto no les interesa, pero no importa), decía que


13. LA CONMEMORACIÓN DE LA VIRGEN DE LA BEGOÑA

el fragmento hablaba de una tradición de la familia de Virginia, por un tataratatarabuelo de ella que en la guerra federal quedó pisado debajo de su caballo muerto, caballo suyo, pero muerto, ¿caballo de quién?, porque muerto no lo quiso nadie, y quien, tataratatarabuelo y no caballo -que estaba muerto, y porque aunque vivo, los caballos no suplican ni prometen-,  por suplicar y prometer a la Virgen de la Begoña, vio al caballo levantarse, a pesar de la cabezuda bala, resurreccionando, el tataratatarabuelo de mi novia, quien pudo salir, correr, dar la espalda, soltar el escudo, mostrar las nalgas, y dejar atrás a los enemigos que llegaban. Que probó esta hazaña la partidaria federación de  la Virgen de la Begoña, o el amarillo liberalismo de Dios, y lo antijesuíta de los Santos, o la indiferencia de los santos patrones del Poder Central, a pesar de la época, positivista, y de la prohibición para la Iglesia de opinar en asuntos mundanos, de practicar milagros salvadores de generales aterrorizados, con caballos muertos, y promesas por cumplir, misas y procesiones repetidas cien años después, pretextando los descendientes el milagro para medirse unos con otros, comparar carros, evaluar esposos y esposas, novios y novias, comer carne en vara, descargar al aire las pistolas, medio borrachos, y montar una celebración hecha para recordarme lo que debió haber sido la época de Gómez, setenta años atrasando. Escribí tantas payasadas que, como dije arriba, afortunadamente se perdieron, porque de la familia de mi novia y de la guerra, es mejor, en estos tiempos de paz, no hablar} en el tiempo que una guerra general necesita para, efectivamente, echar todo nuestro mundo mucho más lejos de lo que pudo haber quedado la Dinamarca de los personajes de Shakespeare); y en segundo término, por la pluralidad de los criterios utilizados para dar explicación a cualquier cosa: el relativismo penetrante y generalizado, la actitud sofista de los pensadores, el eclecticismo, o el escepticismo, el anarquismo, en fin, el "posmodernismo".
EL AUTOR.- La discusión sobre la posmodernidad se ha puesto de moda, por eso siento repulsión cada vez que escucho la palabra “posmodernidad”: porque está de moda, y no me gusta la moda; la moda es... como todo aquello que cansa apenas encontrado, porque estando de moda no es tuyo sino de todos, y a mí no me educaron para vivir entre lo que es de todos: La oligarquía se divierte, pero sola. ¿Para qué desear lo común?. Las cosas son mías hasta que las regale, y aunque las regale, siguen siendo mías, porque, con educación, puedo pedir que me las devuelvan, porque las estoy volviendo a necesitar, o prometí enseñarlas a no sé quién, o quiero compararlas con las nuevas que compré, etc. Así que ¿para qué hablar de la posmodernidad si todo el mundo hace lo mismo? Además, la discusión de la posmodernidad, más que estar de moda, ya pasó de moda, porque a Venezuela las modas llegan tarde; así estamos eternamente "demodé", aunque siempre queremos estar "de moda", el parecido de las palabras nos confunde. Está de moda la Otredad y otros asuntos, la Des-estructuración, etc. O está de moda el estar demodé, mejor. Mal chiste y peor explicación. “Carne es carne y poco importa el aparato reproductor”, dijo un homosexual en una película venezolana.

Pero, ¿qué podemos querer en realidad? ¿repetir las discusiones de los posmodernos contra los neomodernistas contra los neoconservadores?; esto sería [había colocado otra palabra, pero la más cierta es "aburrido", ¿conocen ustedes la discusión de la posmodernidad? ¿se han divertido? ¿alguna vez les ha salido un gesto de satisfacción mientras buscan en algún libro que habla de lo posmoderno? Y en conclusión: ¿no es la ficción una de las muy variadas formas de la diversión? Faltarles el respeto sería pretender divertirlos con algo que a mí mismo me aburre. Los divierto con lo que me divierte, aunque se aburran. No hay remedio. Al final, parecen ustedes hechos para aburrirse siempre que no se divierten. De otra forma no estarían aquí]; simplemente, y amando lo concreto, como la realidad de la crisis de la modernidad nos lleva a amarlo, queremos encontrar a las teorías dentro de las personas que tenemos a los lados, o encontrar a los individuos de que están hechas las teorías, conociendo si ese hombre posmoderno, neomoderno, o neoconservador, existe según lo afirman las últimas tendencias de la filosofía de la cultura, o si es una especie de fantasma que aún no aparece en la realidad: obra de la ficción de pensadores demasiado influenciados por la literatura, o trabajo del pensamiento de ficcionadores demasiado influenciados por la discusión.

EL FANTASMA POSMODERNO (en silencio, porque no tiene nada que decir).-

(Abriéndose una puerta entra por otra, cerrada, se mira aburrido frente a un espejo, según se presentó, y dice, sin hablar, no encontrarse a gusto en el escenario del teatro, porque está acostumbrado a la televisión, y  dice también, hablando, con gestos, que la televisión es mucho mejor que el teatro porque lo aventaja infinitamente en recursos, rapidez, realidad, variedad, actualidad, difusión, penetración social, poder hipnótico, diversión, imbecilidad, diversidad, amabilidad, satisfacción, sensualidad, bajeza, celebraciones, felicitaciones, cumpleaños, etc. y que por eso no se encuentra a gusto en este escenario, porque sería como retroceder, y por eso: Sale [de espaldas]. para no ir hacia atrás.)


Y así queda definido el problema: buscamos hacer una investigación-experimento que confronte a la teoría con la práctica, una teoría extensa y a veces difícil de manejar con una práctica que está tan alrededor que frecuentemente es necesario esforzarse para descubrirla; un impulso mental y crítico que pase de la crisis de la modernidad a las creencias y conductas de una amiga que conocemos desde hace seis años, y de aquí, de la amiga, otra vez a lo leído sobre la crisis de la modernidad: encontrando la materialización de unas palabras que deben tener presencia dentro de las personas, queriendo olvidar la tradición de ciertos prejuicios que hacen desconectar a la realidad cotidiana, de las discusiones sobre la cultura.
























TERCER ENSAYO


MERCURIO VOLANTE CON LA NOTICIA DEL SEGUNDO MOMENTO EN LA VIDA DE GADITANO ANDRÉS EL PEZ: DE CUANDO SE DECIDIÓ A PENSAR


Se juzga más fácilmente de lo que se obra, y muy pocas veces se obra según se ha juzgado.


Quien juzga come poco, pero come bien.


Quien juzga ama mucho, pero por ser pocas las veces que ama, pues ocupa su tiempo en andar juzgando, se juzga poco amado.


Juzga mucho quien bebe poco, aunque el borracho es gran hablador, y por lo tanto, juzga a diestra y siniestra.


El poeta mientras más juzga más destruye de su obra; y si alguna vez juzgara todo y perfectamente, nada de su obra dejaría, pues es la poesía ambiciosa y el ingenio siempre es menor que la ambición.


Juzgó uno: No había nada tan grande para los romanos como el triunfo. Y por querer juzgarse triunfador, el conejo se comió al león.

Dejando sin orden a la selva.

Juzgó uno: No debe ser molesta la novedad que es útil. Y juzgó bien toda novedad, permitiéndose a la cabra parir monos, a quienes la madre educó como ovejos.

Y ésa es la raza humana.

Juzgó uno: Es pues, la patria, cosa saludable. Viejo y tosiendo.

Y muy malamente enfermo muriendo en su casa el ratón, envenenado.

Juzgó uno: [No hace falta decir que nuestro ensayo no está tratando un tema novedoso: sabemos que la discusión de la posmodernidad se acabó (creo) antes de comenzar los años noventa. Pero, ¿no sigue la modernidad en crisis?, ¿se ha resuelto el problema?, creemos que no: sólo nacen, renacen, y desaparecen nuevos y viejos términos, se cambia el significado de las palabras, se cae en discusiones que parecen más bien oficio de la semántica.

La Fe en el uso del pensamiento como herramienta para solucionar problemas humanos está presente en nuestro caso, y también la creencia en la "aplicabilidad" de las teorías, pero no sentimos gusto al alejarnos demasiado de lo mostrado directamente por los seres humanos corrientes (porque de ellos generalmente se quiere hablar, y no de la élite discutidora), porque llevamos una cierta desconfianza por las especulaciones, lo que se evidenciará a lo largo del trabajo]. Y el gran público se encontró cómodo con estas teo(tonte)rías.
Por saber mostrarse buenas y divertidas y bien poco letradas.

Juzgó uno: No hay obra. Tanto lo dijo.

Que al tiempo era conocido por este decir.

{

*

¿Qué más?

Tanto se rasca la cabra, que se daña. Tanto da leche, que no da jugo. Tanto se cuida, que se pierde. Tanto canta, que termina enmudeciendo. Tanto grita, que no oye. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto va el cántaro a la fuente, que se rompe. Tanto se rompe, que no se tiene otro. Tanto se desea tener, que cuando se tiene ya no se desea. Tanto se recuerda, que se olvida. Tanto se pide, que se abandona lo pedido. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se calienta el hierro, que se pone al rojo. Tanto se enfría, que ya no sirve. Tanto se bebe, que al día siguiente se está sediento. Tanto se come, que se acaba cagando. Tanto se limpia uno el trasero, que siempre está sucio. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se golpea, que se parte. Tanto se parte, que hay que compartir. Tanto se guarda, que se daña. Tan grande es el daño, que ya no puede dañarse de nuevo. Tanto se ríe, que se acaba llorando. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto vale el hombre, cuanto se le precia. Tanto se le precia, que se acaba despreciándolo. Tanto se vive en sociedad, que mejor se anda solo. Tanto se anda solo, que se concluye acompañado. Tanto se quiere hablar, cuanto no se tiene quien escuche. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se aleja, que lo olvidan. Tanto se olvida, que no hay nada que recordar. Tanto se llora, que termina uno alegrándose. Tanto se alegra, que le duele la barriga. Tanto duele la barriga, cuanto mejor se ha comido. Tanto se exagera, que lo discreto es lo exagerado. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tan malo es, que se le desprecia. Tan bueno, que le piden prestado. Tanto da, que le quitan. Tanto le quitan, que se vuelve malo. Tanto crece, que no hay quien le siga. Tan chiquito es, que lo pisan. Tan rápido va, que lo alcanzan. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega. Tanto llega, que siempre se va. Tanto se tiene, que se quisiera no tener nada. Tanto entiende, que no le hacen caso. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto habla uno, que se contradice. Tanto piensa, que es mejor andar callado. Tanto se quiere vivir, que se termina muerto. Tanto se vive, que frecuentemente se está aburrido. Tanto se duerme, que se sueña. Tantas veces se despierta, cuantas veces se ha dormido. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto vale buena fama, como un favor conseguido. Tanto se consigue, que se pierde lo que se tenía. Tan bien se está, que no se está bien en ningún lado. Tanto se descansa, que siempre se está cansado. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto promete uno, que se desdice. Tanto se desdice, que se termina diciendo cosa cierta. Tantas veces se acuesta, que ya no se quiere levantar. Tanto se ama, cuanto se quiere que lo amen. Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
De este fragmento según Villon te hablé. De lo que sigue, creo que no.}

Juzgó uno: Quien públicamente invente escritos o palabras injuriosos a la fama de otro, y descubierto no pruebe lo escrito, sea flagelado. Con la espalda rota pasó el idiota.

Maldiciendo aún a su verdugo.

Juzgó uno: Ayer dos esclavos míos fueron alquilados para dar alabanzas por dos denarios. Tanto cuesta el que seas elocuente. Pero más el que sepas vender.

Pues con esos dos denarios le compraron a uno como viva una gallina que no tenía cabeza.

Juzgó uno: El águila no caza moscas. Las moscas ofendidas.

Reuniéndose salieron a cazar águilas.

{

*

He pensado convertir esta carta en cuento. Estoy necesitando un cuento y no sintiéndome narrador he pensado convertir esta carta en cuento. Cualquier anormalidad que sientas en la carta entiende que está causada en que he pensado convertir esta carta en cuento. Estoy necesitando un cuento y  no sintiéndome narrador he pensado convertir esta carta en cuento. Cualquier anormalidad que sientas en la carta entiende que está causada en que he pensado convertir esta carta en cuento. He pensado convertir esta carta en cuento. Estoy necesitando un cuento y  no sintiéndome narrador he pensado}


Juzgó uno: Nunca quise agradar al pueblo, pues lo que sé al pueblo no lo apruebo. Su vivienda, espantada.

De cualquier mano supo que podrían venir las piedras.

Juzgó uno: El águila no caza moscas. Pues son las moscas rápidas.

El águila apenas las puede mirar.

Juzgó uno: Tiene el alma cierta virtud de suerte, de tal manera que, por su naturaleza, puede conocer lo futuro. Aunque sin distinguir.

De la vida de quién es el futuro que conoce

EL FUTURO (adivinando, es decir, hablando de sí mismo).- Vendrán lluvias y tormentas, y de los cielos llegará el trueno; y en otros sitios caerá la nieve, y todos dirán: "Está nevando"; y sentirán frío los desabrigados; y se mojarán los secos; y querrán haber muerto los que no han nacido; y los nacidos, no querrán morir; se ocultará el sol detrás de la luna, y la luna detrás del sol, utilizando su propia sombra; cantarán los pájaros al paso de cada invierno...

LOS ECOLOGISTAS (asustados).- El futuro anuncia el final de los tiempos.
EL FINAL DE LOS TIEMPOS (retrasado).- Los tiempos terminan cada vez que necesitan volver a comenzar.
LOS ECOLOGISTAS.- Llegado el final de los tiempos no habrá frases para lamentar lo que nunca se hizo.
EL FINAL DE LOS TIEMPOS.- Ni lo que se dejó de hacer, porque llegado el final de los tiempos no habrá frases para lamentar nada.
LOS ECOLOGISTAS.- Y querrán los hijos escuchar de sus padres las razones de lo ocurrido, y éstos no sabrán qué decir.
EL FINAL DE LOS TIEMPOS.- Porque no podrán decir nada, teniendo las bocas llenas de nada, que es precisamente lo que podrán decir.
LOS ECOLOGISTAS.- Los polos, derretidos, volverán océano la tierra.
EL FINAL DE LOS TIEMPOS.- Y la tierra, derretida, volverá tierra el mar.
EL FUTURO.- Las aves cantarán por última vez.
EL FINAL DE LOS TIEMPOS.- Antes de mi llegada, que con ella, no habrá para qué cantar.
LOS ECOLOGISTAS.- Y al fin entenderemos que siempre actuamos demasiado tarde.
EL FINAL DE LOS TIEMPOS.- O demasiado temprano, según se quiera ver.
EL FUTURO.- Y ni aún los emperadores podrán esperar mi llegada, acostumbrado como estoy a llegar cuando no me llaman, o a no llegar nunca, que es lo que siempre hago y conviene mejor.

{

*

Hoy es domingo y no me han bajado las ganas de estar contigo. Más bien, no me suben. No pasan del pecho, el estómago, y partes aledañas, a la cabeza, que es donde llegan estas cosas después de haber sido emociones. Es decir, cuando se vuelven pensamientos, recuerdos, y otras formas ociosas de la memoria.

¿Cómo subir lo que quiere mantenerse abajo, cuando pesa tanto?}

Juzgó uno: Al emperador triunfante en alto carro se le recuerda que él también es hombre; y a su espada se le sugiere: mira hacia atrás y recuerda que eres hombre. La espada asesinando.

Destrona al emperador.

Juzgó uno: Al emperador triunfante en alto carro se le recuerda que él también es hombre; y a su espada se le sugiere: mira hacia atrás y recuerda que eres hombre. El emperador muerto por los pretorianos.

La espada, escondida y temblando, sigue recordando que es hombre.

Juzgó uno: Al emperador triunfante en alto carro se le recuerda que él también es hombre; y a su espada se le sugiere: mira hacia atrás y recuerda que eres hombre. El emperador, molesto, se aparta de cualquier compañía.

Para vivir entre espadas, verdaderos hombres.

Juzgó uno: Al emperador triunfante en alto carro se le recuerda que él también es hombre; y a su espada se le sugiere: mira hacia atrás y recuerda que eres hombre. ¿Hombre?

Se preguntó el emperador.

{

*

Estoy escuchando una canción que, malamente traducida, pero bien adaptada a lo que estoy sintiendo en este momento, dice “Verano, y vivir es fácil. Pescando o saltando, y las ... adentro. Papá es rico, y mamá es bien parecida. Entonces, pequeña niña, no hay por qué llorar.

Y esta mañana, las ...(creo que algún tipo de pajaritos) están cantando. Luego tu (creo que es “saltas”)... y agarras el cielo. En la mañana, no hay nada que (¿hacer?)... Y papá y mamá esperando. Esperando.” Los puntos suspensivos sustituyen las palabras que no entendí, porque esta es otra de las cosas que, sin intención, están hechas para que te burles de mí. Como leer un libro en edición bilingüe y preferir lo escrito en portugués (que te da risa, supongo que por mi curso), esperándote en Chacaíto, esperándote tanto que terminé el libro, con algunos poemas marcados para leértelos (en castellano) mientras tu (acertada o desacertada, no sé todavía) me esperabas en Bellas Artes. Y no leerte los poemas nunca, porque ya no creo que lo haga, que tampoco me gustaron tanto como para que me ocupe de ellos otra vez.
De cualquier forma, no es verano, porque está a punto de llover. Afuera está oscuro. Y tampoco la vida es fácil. Aunque la mía sí. Y mi papá no puede ser rico. Porque ya murió. Así que. Mi mamá era bonita. Pero ya pasó la edad. Pescar nunca me ha gustado. Saltar, a veces, pero no mucho, sólo cuando hay justificación. Entonces, pequeña niña, no hay por qué llorar.
Aunque ya no llores. Sobretodo, si no te cambió el ánimo cuando llegaste a Maracaibo. }

Juzgó uno: Si todos los mares se convirtiesen en tinta, si todos los pantanos germinasen cañas aptas para escribir, si los cielos sirviesen de papel, y todos los hombres fuesen escritores, no bastaría ésto para escribir.


Juzgó uno: La virtud no va acompañada de bienes externos. Y entendiéndolo todos.

Le regalaron los bienes que tenían.

Juzgó uno: Juzgo que contra él no había pecado. Y ventilando con la lengua.

Salió a la calle a ventilarlos.

Juzgó uno: El estrépito fastidia a los necios, y con su mejor pompa guarda en él el ánimo de los hombres. Pompa y estrépito guardados.

Comienza el payaso a decir:

{

*

Recordarte desnuda, acostándote sobre mí, besándome y colocándome dentro tuyo, mojada, suave, yo apoyando mis manos sobre tus nalgas mientras nos movemos, y mirar cómo te vas en menos de dos minutos, por lo del orgasmo precoz, que en ti no es un problema sino una virtud. Descansando un momento, y después volver a comenzar, tu debajo, para irme yo. Cuando me acuesto o me levanto es el mismo recuerdo. No quiere irse. De mi parte, que no se vaya. Aunque lo cambiaría por ti. Tanto lo cambiaría, que lo cambiaría a él y a todos los demás recuerdos. Poniéndote a ti y a lo que tenga que ver contigo.

Y durante el día, antes o después de acostarme, a cada momento la sensación que me llega cuando estás cerca, algo así como alegría de las vísceras (es decir, de lo que uno guarda detrás de las costillas), según te expliqué más arriba, cuando te escribía que no se podía subir la sensación.
Aunque afortunadamente los recuerdos nunca son perfectamente fieles a la realidad, que de otra forma pasaría uno todo el día abobado, más de lo normal.}

Juzgó uno: Entendiendo la existencia de una “modernidad en crisis” planteada por distintas teorías y posturas, cómo se manifiesta este fenómeno en las conductas y actitudes cotidianas de un grupo de jóvenes con edades comprendidas entre dieciocho y treinta años. Encontrando a un falso ensayista.

Y a un monigote burlón.

{

*

Escribí lo que viene. Te lo envío dentro de la carta con el viejo e ineficaz truco de mezclar lo que escribo y lo que Te escribo, entendiendo que lo segundo es lo único que realmente te interesa. Como ves, ésto es la propaganda de un producto que no se vende. Que el producto, por costarme mucho papel y el papel costarme mucho dinero, no es enviado completo. Es un trozo de la novela, y al mismo tiempo, uno de los ensayos, que aunque están escritos aparte, son también parte de la novela, como todo.


BALADA DEL CONTRAHECHO


Palas y versos, cabezas largas y pinturas,

Juegos de perdices y recién nacidos muertos,
Gruñidos de burdel, grandes culos como grutas.
Bostezo atrás y creencia alante.
¿Quién ha visto antes un cuerpo semejante?

Vientre hinchado, alegre de comer,

Pierna de vaca y jamón de pierna,
Culo de pájaro, gruesa rodilla de elefante,
¿Quién ha visto antes un cuerpo semejante?

Largos pies planos de uñas mudas,

Largos y planos cabellos peinados,
Por largas mulas de talones que cruzan la calle bostezando,
¿Quién ha visto antes un cuerpo semejante?

De horror, quieren tus miembros temblar,

Con tu huida, un pollo pareces,
Tus dos brazos son bastones,
Tus uñas, de perro, y  tus largas manos, se han enmohecido,
¿Quién ha visto antes un cuerpo parecido?

Bien sugieres un chivito,

Barba larga, diente saliente,
¿Que tienes la cresta aguada, dices?
¿Quién, que tenga ojos, no puede verlo?
¿Y quién, que tenga ojos, no puede ver?
Te tapas, como el pelícano,
Pero tu piel negra lo dice:
Estás hecho para ser comido.
Si no, ¿Por qué nadie ha visto antes un cuerpo parecido?

[Conoce Micer Marco Polo un lugar donde el arroz y la carne son el único alimento. Propone, como aliño, el cabello humano, nacido rubio de la doncellez de una cabeza virgen. Prueban los aldeanos. Vomitan. Piden más. Vuelven a vomitar. Un hechicero agrega vinagre. Vuelven a comer y a vomitar. El arroz está salado, dicen. Las montañas son de sal. Micer Marco Polo come y enferma. Dos años dura la enfermedad. Enfermo, sueña Micer Marco Polo en la enfermedad. La imagina rubia, hecha de cabellos humanos. Micer Marco Polo vuelve a enfermar. De los aldeanos ha nacido un niño. Es El Mesías de la Cristiandad. Los aldeanos, idólatras, le desprecian. Micer Marco Polo lo hace crucificar. El Mesías, moribundo, pide agua. Le recuerda a Micer Marco Polo su enfermedad. El Mesías lo perdona y salva, sanándolo. Micer Marco Polo despierta de su sueño y comienza a llorar. Gritando, pide perdón por lo que ha soñado. Ha visto un milagro, dice, y comienza a sanar. ¡Milagro!, gritan los aldeanos, calvos, desaliñados. Despiertan los aldeanos y recuerdan haber soñado a un Micer Marco Polo enfermo. El Mesías los perdona, porque el Mesías sabe perdonar. Los aldeanos se arrepienten, calvos, desaliñados. Micer Marco Polo los perdona, calvos, desaliñados]


PROBLEMA No 11


CAPITULO II


DE LA TRISTEZA


Comenta Montaigne que las pasiones fuertes no pueden ser expresadas, que la tristeza es una decoración, indecorosa, además.

En mi caso no sé qué hecho me ha llevado a desconocer con detalle el sentimiento tristeza; quizá el que habiéndome acostumbrado a asumir lo que llega con resignación, como si todo fuera parte de un entramado inevitable, parece no haber lugar para la aparición de tristezas prolongadas.
Muere un ser querido y llega, antes que la tristeza, una sensación de irrealidad, como si en un film pasáramos a la escena siguiente, y ésta no correspondiese a la escena anterior (en Buñuel, "El discreto encanto de la burguesía").
A veces pienso en las causas de este desconocimiento; hay un punto en el que no sé cuál camino seguir con el discernimiento: si el del egocentrismo, o el de la confianza en los hechos naturales.
Veo a la tristeza como un complacerse en el displacer; y habiéndome acostumbrado a alejar los pensamientos y los sentimientos displacientes, no está nunca en mi ánimo el mantener a la tristeza cerca. A la tristeza la he presentido sólo cuando viene acompañada de la sorpresa y la estupefacción.
Reconozco haber tocado a la tristeza cuando han acabado repentinamente relaciones con mujeres que he sentido cercanas. La apatía y la depresión se asoman. Pero nunca he querido ver a la tristeza como un calmante, ni entiendo de ella la consolación. De las propias equivocaciones hay que responder algún día. A veces, el cambio de las circunstancias, aunque no parezca justo (que nada tiene por qué serlo) nos obliga a asumir responsabilidades ajenas, pertenecientes a la Creación o a sus múltiples formas y posibilidades.
 En otras ocasiones, hechos propios me han acercado a la tristeza; pero no directamente a ella, sino a alguna de sus hermanas (la insatisfacción, la reubicación, la crítica dirigida a uno mismo); ésto es ya hábito: acostumbro viajar sólo, conversando con una voz que pocas veces uso en mi vida corriente,  caminando por calles que no me han llamado, que saben que no soy de allí.
De la tristeza conozco mejor sus sueños, las groseras imágenes que ella produce: las fantasmales apariciones de un padre muerto; las aterradoras conversaciones que anuncian la desaparición de alguno; los lamentos que vienen junto a mi propio, próximo, y onírico final... pero en sueños la tristeza lleva cualquier excusa, y está casi siempre más cerca del horror.
Veo al individuo triste como un ser golpeado, mal tratado por sus circunstancias; la tristeza es, entonces, para mí, un sinónimo de la enfermedad. Es (como carácter) triste quien no puede entender los cambios del mundo. Y  creo que los cambios no son dañinos, esencialmente, sólo son eso, cambios.
La verdadera tristeza sólo llegará de hechos incomprensibles, imposibles de asumir. Y como tal, por incomprensible, es probable que no pueda manifestarse. Es entonces la tristeza expresada una decoración, indecorosa, además.}

Juzgó uno: Porque escuchas a disgusto, intercalo historias fabulosas...


EL PUBLICO (sin pensar).- ¿No está bien de pensamientos ya?

EL PUBLICO (aburrido).- Aburre.
EL PUBLICO (lector).- Está buscando escribir una novela sin anécdota, sin personajes y, principalmente, sin editor.

(EL PUBLICO, aglomerado, sopla a la cara del NARRADOR. Algunos, inevitablemente, escupen.)


EL PUBLICO (señalando al NARRADOR).- ¡Miren su oreja!

EL PUBLICO (despectivo).- ¡Ver orejas ajenas! ¡Jóder!
EL PUBLICO (incómodo).- ¿Para qué? EL PUBLICO.- Son amargas.
EL PUBLICO.- ¿Buena intención? EL PUBLICO.- Mala intención, son amargas.
EL PUBLICO.- ¿Buen ejemplo? EL PUBLICO.- Mal ejemplo, son amargas.
EL PUBLICO.- ¿Bonitas? EL PUBLICO.- Feas, son amargas.
EL PUBLICO.- ¿Suaves? EL PUBLICO.- Ásperas, son amargas.
EL PUBLICO.- ¿Delicadas? EL PUBLICO.- Toscas, son amargas.

(EL PUBLICO, como puesto de acuerdo)


EL PUBLICO.- ¿Oír una narración-oreja? EL PUBLICO.- ¡No, gracias!

EL PUBLICO.- ¿Bajar la cabeza por una oreja? EL PUBLICO.- ¡No, gracias!
EL PUBLICO.- ¿Mover el culo por una oreja? EL PUBLICO.- ¡No, gracias!
EL PUBLICO.- ¿Malgastar el sexo por una oreja? EL PUBLICO.- ¡No, gracias!
EL PUBLICO.- ¿Comer solitario, huir de las compañías, por una oreja?
EL PUBLICO.- ¡No, gracias!
EL PUBLICO.- ¿Perder la voluntad por una oreja? EL PUBLICO.- ¡No, gracias!
EL PUBLICO.- ¿Adónde ir, entonces? EL PUBLICO.- Adonde sea.
EL PUBLICO.- ¿Comer? EL PUBLICO.- Comer.
EL PUBLICO.- ¿Dormir? EL PUBLICO.- Dormir.
EL PUBLICO.- ¿Bailar? EL PUBLICO.- Bailar.
ANCESTRO DE VAN GOHG.- ¿A dónde van las ovejas?
EL PUBLICO (que ha comenzado, en fila, a abandonar el teatro).- A bailar sobre las mesas.
ANCESTRO.- ¿Bailan ovejas?

(EL PUBLICO sale)


CONTINUACIÓN DEL ENSAYO DE GADITANO EL PEZ (PORQUE ES NECESARIO TERMINAR, QUE ES DE MALA EDUCACIÓN DEJAR LAS COSAS A MEDIAS):


Juzgó uno: ¿Alguno de los poetas, alguno de los sofistas, hay que no haya abrevado de la fuente de los profetas?  No, y fueron ellos quienes la ensuciaron.

Por lo que los profetas no han podido decir sino poemas o sofismas.

{

*

¿Quién habla aquí, el autor o un personaje?}


Juzgó uno: Cuando los dioses huyeron de la tierra sólo la diosa maldita de la esperanza permaneció entre los hombres. Entusiasmada.

Aprendiendo a jugar la lotería.

Juzgó uno: Sigue las prácticas dignas de Dios, acordándote de aquel versículo santificado por el apóstol: las malas compañías corrompen las buenas costumbres. Aléjate de las putas.

No las corrompas con tu dinero y tu lascivia.

{

*

Llegada la décima página termina el cuento escrito para Nelson González (¿lo recuerdas, quien me llamó mientras estábamos en Caracas?) y puedo comenzar a escribir sin la incertidumbre de no saber a quién le estaba hablando, si a Nelson y la necesidad de texto para ser publicado en Mérida, o a ti; es decir, puedo comenzar a escribirte exclusivamente a ti, como debió ser desde el principio, pero los compromisos me lo impidieron, según ves. Comienzo comentando tu carta, como en los buenos tiempos...}


Juzgó uno: Recorre los amenísimos campos de las escrituras, elige como la abeja y guarda en el panal de la memoria las flores de suaves olores, los lirios de castidad, los olivos de la caridad, las rosas de la paciencia, las uvas de los carismas espirituales, los jazmines de la ridiculez, los claveles de las virtudes teologales.


Juzgó uno: En verdad Dios está en todas las cosas y todo viene de Dios. Dijo el mono al león.

Quien prefirió no creerlo cuando detalló al otro.

Juzgó uno: Dios debe ser invocado antes de comenzar obra alguna. Y así, cansado de las invocaciones.

No se apersone y deje discurrir la obra según se planeó.

Juzgó uno: Soy llamada Buena Esperanza, aquella que presta pronta ayuda a los miserables haciéndoles olvidar lo que piensan. Cada día.

Cuando quieren alegrarse de vivir.

Juzgó uno: La esperanza, que es la que poseen aquellos que no tienen otra cosa.

Se pierde con facilidad.

Juzgó uno: Todo hay que esperarlo, pues todo se debe esperar. Que hoy.

Nada llegará.

15. LA ENCUESTA

{En algún otro lugar sugerí una encuesta al lector para conocer cuáles temas prefería leer. La encuesta no la respondió nadie. O sí. Uno solo. Un homosexual. Me preguntó por el teléfono si era yo Armando Luigi y, por supuesto, y a pesar de su voz, le dije que sí. Me dijo que él también escribía, que había ganado el concurso de drama de Fundarte, y que había llamado porque había estado leyendo mi libro (el cual contenía la encuesta) y le había gustado mucho. Que él también manejaba lo escatológico (yo en el sentido teológico, él en el coprológico, es decir, en el enmierdado, ambos escatológicos, al final), y que cuando viniera a Valencia me llamaría, para conocernos. Me tembló el corazón y me sentí profundamente emocionado. El pecho se me hinchó de un aire limpio. Conmovido. Excitado. ¡Un hombre, voy a conocer a un verdadero hombre!. Imágenes de mi anónimo interlocutor y masturbación fueron los actos que siguieron. Emoción. Excitación. Impaciencia. ¿Cuándo vienes?  ¿Voy a conocer a un hombre verdadero! -pensé, aunque no lo hice, preguntarle.
Desgracia, nunca me llamó. Besos, si lees ésto. Hay algo de cariño, fuiste la única persona que respondió. Después una cubana, amiga de una amiga mía, utilizó la encuesta como excusa para llamarme. En realidad la encuesta tampoco le interesaba. Nos acostamos, una sola vez. Aunque bonita no era para mí particularmente interesante. Me estaba acostando con mujeres mejores. En la belleza, no sé lo demás. Las otras también me llamaban (las más bonitas). Pero no por lo de la encuesta. Después de acostarnos, alguna que otra llamada de la cubana. Pero ella era un poco conflictiva, y me aburre la gente así. Tu no. Estoy seguro. Besos, de cualquier forma. Fuiste el único que llamó. Además de la cubana. Como con ella me acosté tu quieres acostarte conmigo. De cualquier forma, fuiste el único que llamó, aunque no exactamente para responder la encuesta. Que así, nunca fue respondida. Y por esto, por no respondida, no pago más. Es decir, no me acuesto con más nadie que me llame con el cuento de la encuesta}

Juzgó uno: ¿Por qué llevas túnica verde? porque todas las cosas florecen siendo yo guía. Le dijo el maricón.

A su nuevo maestro florecido.

Juzgó uno: Que todo se les dé prósperamente a los que siguen a los dioses. Y a quienes no los siguen también.

Que todo se les de prósperamente a todos.

Juzgó uno: Adoptar un concepto de crisis de la modernidad y de otros términos relacionados, adecuados a la investigación que se realiza y afines al criterio del investigador, luego de estudiar y resumir las distintas teorías disponibles que pretenden explicar el fenómeno. Y entre tantas crisis.

Se ahogaron los becerros, aunque no las vacas.

Juzgó uno: Ubicar, según lo estudiado en las teorías, las conductas y actitudes individuales que puedan identificar el fenómeno de la crisis de la modernidad, para luego elaborar un listado que guíe la entrevista. Y el burócrata, sin sorpresa.

Encontró su nombre perdido de las listas cuando tramitó su propia jubilación.

Juzgó uno: Estudiar las coincidencias en las respuestas obtenidas de las entrevistas realizadas en función de la información teórica reunida antes. Y ninguna coincidió.

Porque todos éramos iguales.

Juzgó uno: Si les hablas con palabras blandas serán tus siervos para siempre. Dijo la serpiente al león cuando le entregó el Paraíso.

Pero el león no entendió.

Juzgó uno: ¿Juzgar?

Acabando sus pensamientos así:























CUARTO ENSAYO


DE CUANDO GADITANO EL PEZ COMENZÓ A COMUNICARSE CON SUS SEMEJANTES


1 de enero de 1995.


Parece un día extraño para escribir esta carta, pero dos circunstancias no lo hacen: la primera, que siendo el ocio padre de todos los vicios, a veces es padre de otras cosas, a medias viciosas: hoy, una carta pendiente desde hace más o menos un mes que, por no empezada, no había podido terminar. Pienso que lo escrito te llegará a mediados o finales de febrero, porque el viernes salgo de viaje hasta el 20 de enero, y volviendo, continuaré la escritura.

La segunda es que ayer dormí desde las diez de la noche, porque estuve bebiendo durante la tarde y,  junto a la demasiada cena de fin de año, recibí el 95 con mi inocencia, el teléfono en el pecho esperando la segunda llamada de mi novia -está de viaje-, la almohada detrás de la cabeza, el cuerpo dentro de la ropa, la idea de salir luego de las doce dormida conmigo. Levantarme a la una, desnudarme, y volver a dormir.
Utilizando el oficio común te anuncio que esta carta, como casi todo lo hecho, no es desinteresada, porque anexo te envío mi último trabajo y primera ¿novela?, que, siendo ambiciosa en su estructura, no sé si pueda agradarle a alguien aparte de mí. Busco opiniones sinceras de personas cuyo criterio respeto. Te he honrado comentador, y si me devuelves la carta supongo encontrar adentro tus comentarios.
El trabajo me gusta más que cualquier cosa que haya escrito, a pesar de su "enredo" estructural -que quizá cause la indiferencia de la mayoría, ¿importa?- De cualquier forma, cuando pido opiniones, sé que el texto está comenzando, y aunque no lo vaya a desechar -porque, como te dije, me gusta bastante- es posible modificar la unión de las voces. Los cambios de ritmo los siento válidos. No escuches ésto para opinar, y escribe lo que te venga en gana.
{Y así fue escrito, lo que le vino en gana, nada. Me envió Alejandro dos Paradiso y un papelito explicando que por falta de tiempo no había podido escribirme, muchas admiraciones para mí, buenos deseos, etc., respondiendo con veinte líneas mi carta de dos mil.
Pero otras cosas me ocupan hoy más que la indisposición de textos ajenos para insertar en el mío.

16. LA VERRUGUITA

Por ejemplo, me preocupa la salida de una verruguita más o menos tres dedos arriba de mi oreja derecha. Nació la verruguita por mi insistencia en arrancar una costrica que tenía en ese mismo sitio: costrica salía, costrica era arrancada. Después, otra costrica salía, y otra costrica era arrancada. Ahora, la antigua costrica se convirtió en verruguita, no arrancada, aunque estoy pensando cortármela con una tijerita, arriesgando la zona a la calva.
Porque levantarme, mirarme al espejo, y torcer la cabeza para saber de qué tamaño va la verruguita, pasar el día tocando verruguita con la punta de un dedo, hablando y moviéndola, mirando una película y moviéndola, visitando a mi novia y ella moviéndola, y yo moviéndola, etc. comienzo a ver mi vida centrada en la verruguita, ocupada la atención, los pensamientos, los intereses, las expectativas, los deseos, etc.
Antes, creer placentero escribir una novela. Ahora, desde la verruguita, entender la insignificancia de la novela viendo ocupar cosas más fuertes mi cotidiana existencia, verruguitas. Cosas verbalmente insignificantes, pero vivencialmente valiosas, verruguitas.
Virginia propone una visita al médico para acabar con la verruguita. Yo no disfruto a los médicos, recuerdan enfermedades y, en el mejor caso, recuerdan verruguitas. Lo del médico está desechado. Prefiero verruguitas.
Restando, dos opciones: cortar yo mismo la verruguita con la tijerita; o tratar de olvidar a la verruguita. Cortándola, la seguridad en la salida de una verruguita mayor, es decir, de una verruga. Olvidándola... no se puede. Así...}
La "ambiciosa estructura" está en pretender deslizarme entre las voces de escritura (una investigación como centro, unos agregados a la investigación escritos en forma de ensayo, un hilo narrativo a manera de teatro -de "Auto Sacramental", más propiamente-, varias cartas -por lo que ésta y tu respuesta probablemente sean agregadas-, y diversas prosas de ficción) buscando una especie de "basurero" literario donde entre cualquier voz. El peligro es obvio: arroz con mango, lo llaman aquí, allá debe ser "gofio con aceitunas". Quizá superar el riesgo manteniendo la rapidez, el humor justificando la ruptura,  y la "investigación" como "voz central" cohesionando al texto.
{He tocado a la papelera como tema, y de ella hablo,

17. EL EDEMA PULMONAR DE LAS ALTURAS

según la dejé en el piso de una posada hace tres días (noches, propiamente; y varios meses desde el texto que está detrás de las llaves) cuando estuve escupiendo esputo sanguinolento, moco líquido con sangre, por una enfermedad venida cuando niño que quiso repetir antes de anteayer: edema pulmonar de las alturas, que es una neumonía rápida aparecida no por efecto de un microbio (neumococo, creo, ¿hermano del gonococo?), sino por un desperfecto congénito que se despierta cuando estoy varios días en el páramo respirando mal, acompañado de la para mí (no soy frailejón) anormal presión atmosférica y la altura.
Es decir,  que pisaba varios días el páramo, no solo, sino acompañado, no por un hombre, sino por una mujer, no durmiendo separados, sino juntos, no dándonos la espalda en la cama, sino haciendo el amor, y precisamente haciendo el amor el primer ataque del edema... con dos buches de moco casi ahogándome y yo quedándome inmóvil, y ella preguntándome qué me pasó, y yo apenas respirando, como dije, inmóvil un par de minutos, deslizándome al borde de la cama, agarrando del suelo mi pantalón, tosiendo y escupiendo el moco líquido y salado, rompiéndome la cabeza el dolor, los pulmones la falta de aire, y la paz el entendimiento de estar sintiendo lo que hace diez años, la primera vez que me enfermé. Pedirle a Magly que prenda la luz, pedirle después papel de baño, volver a escupir, mirar el moco rojizo, y suponer la llegada de una noche larga, aunque sin decírselo a ninguna de las dos, ni a la noche ni a la enfermedad,  ni mucho menos a Magly.
En adelante tos y escupitajos líquidos cada veinte minutos, respiración cortada, y ocuparme en probar posturas hasta encontrar que en una podía dormir sin ahogarme. Joder. Al mal tiempo buena cara. Joder otra vez. Magly, hacia las tres de la mañana, pidiéndome que la abrace y queriendo hacer el amor. Yo muriéndome, por supuesto, impotente permanente y manifiestamente, según la enfermedad, pensando en cómo respirar, tosiendo, escupiendo, apenas pensando, que el entendimiento se me quería ir, sintiendo una vez el principio de un delirio, alejándolo, porque no me gusta delirar, y porque fiebre no tenía, sólo la debilidad, la dificultad de respirar, y el dolor de cabeza.
El charco mostaza en el suelo y mi pantalón enmoquecido la mañana siguiente. Espectáculo asqueroso. Verdadero asco aquello, no se podía ver. Y espectáculo amoroso ver a Magly recogiendo y limpiando mi pantalón enmoquecido, recogiendo y limpiando el charco del suelo, y recogiendo y limpiando todo lo demás, para buscarme un desayuno, comer mirándome y sonriéndome, y ayudarme a salir a esperar los autobuses que bajan desde el páramo hasta Mérida a los moribundos junto a los otros, los que no, esos que están un poco más vivos, sólo temporalmente, y para molestia envidiosa de los moribundos. Yo moviéndome lento, débil, sin aire, y con dolor de cabeza, valiendo lo que vale un tuberculoso en estado terminal, o un tísico al final del camino, o un mártir adentro de la hoguera, que todos somos iguales a los ojos de Dios...}
Envío el no-definitivo inicio (60 páginas a espacio normal, reducidos para ahorrar carta y dinero) de supongo alrededor de 600 de texto definitivo.
Como te llevaste los dos primeros libros míos supongo que los habrás leído; si es así, no me molesta que hables de ellos; si no, sí.
Actuando con justicia, he releído dos "Paradiso" que traje de Barquisimeto,  y recordado el libro mostaza con los premios de tu Facultad.
{También de la mía, mi facultad de recuperación.

18. MÉRIDA

Manifiesta cuando llegamos a Mérida. Porque sentado en una acera mientras Magly sacaba dinero del telecajero encontré por casualidad a Ednodio Quintero. Y fui invitado a comer a un sitio que luego, yendo, resultó bien y bohemiamente decorado. Hablamos los literatos y escritores (con los demás, que había otros literatos y escritores) de libros, literatos y escritores, como siempre que se está entre libros, literatos, y escritores. Magly se estuvo callada para repetirme después, textualmente y burlándose, nuestras frases sabias y, aunque sinceramente no pretenciosas, desde afuera pedantes y burlables. Comimos tortuga todos los literatos, los libros, y los escritores. Comió lomito Magly. Bebieron jugo todos ellos. Cerveza yo. Fumaron todos ellos, yo los envidié por poder fumar, y pensé más de una vez qué tan inconveniente sería verme fumando. Me invitaron a una bienal de literatura. Prometí ir, y así espero. Me invitaron también a la Librería Universitaria. Prometí también encontrarlos ese mismo día a las cuatro de la tarde en la Librería Universitaria. Adonde, evidentemente, no fui, porque estuve con Magly en una montaña sembrada de pinos. Caído sobre un caído pino. Tosiendo de vez en cuando, aunque sin escupir sangre, que desde que bajé del páramo no escupo sangre. Mirando la llegada de la lluvia. Bañándonos en la calle, con la lluvia, sin querer. Comiendo después cinco arepas, dos de ella contra tres mías. Llegando hasta el terminal. Y terminando la función con Magly haciéndome muecas desde afuera del autobús, para comenzar la función siguiente...}
De las revistas me ha impresionado Joan Brossa, ¡Qué manejo de la palabra tiene el hideputa! Tiempo sin encontrar en revistas algo que me sorprendiera, te felicito por ser parte de la edición y, supongo, de la escogencia de los textos. Igualmente me gustó el de apellido Alegre, aunque no tanto como Brossa.

19. EL AUTOBÚS

{Alegre, por segunda vez, y para hacer menos aburrido el viaje de once horas, porque tenía una compañera de asiento me dediqué a practicar el gesto del seductor anónimo: esto es, conversar un rato con la compañera de asiento, contarle un par de aventuras, dejar que me tome confianza, ofrecerle el hombro para que duerma, acariciarle el pelo, acariciarle la cara, acariciarle la boca, acercarle la boca mía, dejar que me bese, besarla yo a ella, llevarle las manos bajo mi franela, acariciarla (muy poco, que ambas, no sé por qué, me prohibieron tocarles algo más que el pecho por fuera de la ropa; la última me quitó la boca cuando le sugerí pasar a la lección siguiente, la primera me dijo algo así como “¡Qué es, quédate quieto mijito!”), mirar cómo se pone todo azul dentro del autobús, amaneciendo, y abajo, despedirme con un beso de mejilla sin saber el nombre de nadie, apenas el mío, entendiendo en sus expresiones la inconveniencia de mi procedimiento cuando, ni por educación ni por cortesía,  jamás sugerí intercambiar teléfonos. ¿La venganza?, notar al día siguiente la inutilidad de todo, junto a una ligera preocupación por las enfermedades de transmisión oral. Pero es peor una noche insomne-autobusera que el miedo a una enfermedad salival, que de éstas, cualquier día lo cogen a uno comiendo en la calle, sin besar a nadie, apenas comprando cualquier porquería, porque confía uno en Sanidad, según quedó claro en la fábula de la panadería y el pan de jamón, y según la experiencia ajena. Y así, por confiado y púdico, termina uno enfermo, necesitando curación, epidémico con los besos de las desconocidas}
Soy muy mal lector de poesía, no me entra la "emoción poética", y los pocos poemas que me gustan son, o decadentes (Francois Villon, Rimbaud, Baudelaire, etc.), u ocurrentes y sorpresivos, lúdicos (el caso de Brossa, por ejemplo); así, lo que tiene que ver con la "belleza", o cosas parecidas, me deja indiferente.

20. LAS REVISTAS

{Aunque impresa, sólo la belleza de la poesía me deja apático, que de fotos soy practicante de un voyeurismo elegante, comprando todos los números especiales de Playboy. Agregando, prefiero en una mujer la belleza antes que cualquier cosa. Virtudes incluidas.
Confesando, no siempre me han acompañado mujeres hermosas, pero las excepciones son consecuencia o del alcohol, o de la mera y ocasional diversión, o de la diferencia de edad a favor de ella, o de la exagerada inteligencia a favor de ellas, o del insomnio autobusero, o de más nada, salvo olvidos.
Contra lo que se cree, no es raro encontrar mujeres bonitas y brillantes. Yo creo así. Siempre en algo acompaña la suerte. Encontrarlas no trae dificultad. Mantenerlas sí.
No me digo habilidoso seductor. Sólo perdono, de las mujeres, las estupideces, que todos las tenemos. Ellas muchas veces perdonan las mías. Me motiva el verlas bonitas y brillantes. ¿El perdón de ellas motivado? no sé si por bonito y brillante, o porque las divierto, o porque, a veces, pago algún almuerzo. Al final, no sé.
Concluyo, la única y mejor manera de atraer a las mujeres bonitas y brillantes -esas que limpian charcos de moco sanguinolento y después te llaman para decirte que les encantó haberte cuidado, y tu pensando si podrías limpiar el moco sanguinolento de alguien, inclusive el tuyo, y por cuánto dinero- es la descrita en los puntos siguientes:}
Aclaro para que irrespetes mi opinión cuando algunas de sus búsquedas -hablo de las de los editores de la revista- sean distintas a mis gustos (no es tu caso, hay mucho juego y sorpresa en tus textos (creo), y quizá, menos "poetismo" del que me aburre (más fácil: me gustaron tus poemas: especialmente el primero "Sobre la arena húmeda, las huellas..."), y así reviso qué poco material tuyo dejaste.

21. EL AUTOBÚS

{Cuando lectoras hay. Mi mamá, por ejemplo. Estuvo sentada enfrente mío comentando que ella no me veía interés en conseguir un trabajo, algo así:
- Yo no sé, no te veo interesado en conseguir trabajo.
- ¿Y cómo consiguen trabajo los abogados?
- No sé, buscándolo.
- ¿Y cómo se busca?
- Buscándolo.
- ¿Explícame?
- Tu deberías saber más que yo.
- ¿Repartiendo tarjeticas en los supermercados, los talleres mecánicos, y las farmacias?
- Yo veo que hay gente que lo hace.
- ¿Reparto tarjeticas en las peluquerías?
- ...
- Me parece raro que tu me digas eso, cuando tu sabes que los clientes llegan por referencias, uno no los puede ir a buscar. Yo trabajo bien lo que me toca, no se puede hacer más.
- Pero es que yo no te veo interés.
- En verdad a mí el derecho no me interesa.
- ¿Y entonces qué te interesa?
- Yo pensé que tu lo habías notado. Que sabías por qué estoy en el posgrado, en el francés, en el inglés, por qué estuve en el italiano y en el portugués...
- Pero es que yo veo que la gente busca para trabajar en las empresas y en los bancos.
- Yo no me voy a poner a trabajar en algo que tenga horario. No tendría sentido que deje de hacer lo que estoy haciendo preparando el curriculum que necesito para encontrar algún trabajo que se parezca a lo que yo quiero, por tener un sueldo (...)
Por supuesto, según esas casualidades que no parecen tales, al día siguiente casi toqué fondo con lo del dinero. La moto se dañó. La reparación, once mil bolívares que, por supuesto, yo no tenía. El carro quemado y la moto que no anda. Pensé en usar el autobús. La moto, el carro, y mi mamá, que se vayan juntos al carajo. En un autobús de la mañana, cuando dejé la moto mala en un estacionamiento, se subió un loco con la cara deforme, balbuceando, y sin querer bajar. El chofer que le regala cinco bolívares y el loco que no se quiere bajar. El chofer que le pide que se baje y el loco que no se quiere bajar. El chofer diciéndole al loco que no va y el loco que no va para ningún lado. Después, dos policías entran a buscar al loco y el loco, entrenado (no sé cómo), se baja del autobús. Una señora compañera de autobús comenta que ese loco ayer agarró a una muchacha abrazándola y no la quería soltar, en la avenida Lara, mordiéndole el hombro, etc.
Pero el loco no es lo que me aleja de los autobuses. Me aleja que ellos (los autobuses y los locos) no llegan ni adonde mi novia, ni al posgrado, ni a ningún lado. De todos modos, yo pensé en andar en autobús. Durante una tarde, porque a la mañana siguiente le sugerí a mi mamá que me prestara dinero cobrándome intereses. Mi mamá, que aunque tacaña, no es mala persona, me prestó treinta mil bolívares. Ya gasté veinte. Entre la moto, una carta que debía enviar a Canadá (no he sabido de mi solicitud de visa de residencia) y un par de revistas Playboy.}
Otros poemas de Ángel Crespo y Lorenzo Gorrín... (estoy releyendo)... los de Crespo ejemplificando la diferencia en las búsquedas, prefiero a Gorrín. Y cierta capacidad que tiene la nada de significar

nada


El no comentario del último texto es un chiste, obviamente.


Paradiso 8. No me gustó Rafols-Casamada. Creo

                                              Fácil
Frases
Bombillos                    no focas
oscureciendo

lo iluminado

por mí
y por todo

 volteadas

reusadas
desechas
las palabras

Me Cansaron


Estos poemas me son indiferentes. Puedo discutir, no culpar a mi subdesarrollado gusto poético.


22. CANADÁ

{Sí a mi subdesarrollado gusto laboral. Que el puntaje para la solicitud de visa de trabajo en Canadá llegó ayer. A los canadienses no les interesan ni los profesores ni los abogados. A los españoles en la colonia no les interesaban ni los protestantes, ni las putas, ni los abogados. Los abogados coinciden. De otra forma: a los canadienses, como a la UNESCO,  tampoco les intereso yo. Joder. Y a mí que sí me interesaban los canadienses. Podría mandarlos a tomar por culo a todos, pero sería insincero. Así, fracasada mi gestión con un ente privado voy a buscar fracasar con un ente público de Canadá. Voy a enviar una solicitud de visa de trabajo a la embajada canadiense en México, solicitando visa como trabajador autónomo, bajo la excusa de “artista famoso”. Evidentemente, no creo que los canadienses sean tan ingenuos para suponer que uno que publicó un libro en el tercer mundo es un “artista famoso”. Además, no soy un “artista famoso”. Un “artista famoso” firma autógrafos cuando camina por la calle o, por lo menos, la gente lo señala murmurando quién es. Está claro, no soy yo. Por supuesto, esas cosas no aparecen en los curriculum(es), pero las podría poner, aunque nunca hayan sido, y más bien a veces tenga dificultad para hacerle creer a alguien que me han publicado un libro. Los problemas de no tener cara de escritor. De cualquier forma, el anonimato no me preocupa mucho, ayuda a obligarte a trabajar en tu país, como abogado, y no dejarte ir a ser minusvalorado en el exterior, aunque en el exterior nunca te hayan minusvalorado, sino al contrario. Al final, tanto va al cántaro a la fuente que se rompe, o tanto se rasca la cabra que se daña, dice en un poema Villon, aunque en mi caso no sé cuál de ambas máximas se cumpla mejor, o si ambas.}
Recordé tu obra con los poemas de Víctor Ruiz ¿No temen la confusión de las voces? ¿de escribir a coro? sigo después,  el teléfono.
LA CONVERSACIÓN TELEFÓNICA (por el hilo del teléfono, naturalmente).- un agujero en el pantalón es una manera rara de exhibirse, mejor es un partido de ajedrez... sí, el ajedrez... el juego de las fichas con la reina y los peones, que uno es negro... ¿de verdad no te acuerdas?... es como una partida de damas, pero las fichas tienen formas, y se mueven distinto, termina cuando matan al rey contrario... se lo comen... pisándolo, poniendo tu ficha arriba... se cae, pero lo agarras y lo sacas del tablero... lo pones al lado, o donde quieras... comienzas otra partida... no sé, para distraerte, ¿no son para eso todos los juegos?... aquí también puedes apostar, si quieres, pero no se acostumbra... porque es para exhibirse, para que el otro sepa que uno es más inteligente... si se molesta no es culpa de uno, uno no tiene la culpa, de todos modos si él gana uno no se debería molestar, aunque de verdad uno se moleste... sinceramente, no sé explicarte cuál es el gusto del juego si, como tu dices, uno de los dos sale molesto...

Ya he estado en Nueva York, cumpliendo mis vacaciones.


{ Valencia, alrededor del 5 de noviembre de 1995.


Mi tía abuela está haciendo entrar por mi ventana un sobre con la palabra Paradiso. Es tu segunda carta llegando como metáfora: por el teléfono la proposición de trabajo de un abogado, mientras en las manos sostengo una guía de producción industrial leída después de escrito un cartelito anunciador: Asesoría en Investigación. Tesis, monografías, trabajos. Armando Luigi C. Escogencia de temas. Metodología, etc.

El ingenio y la comercialización, pues de otra forma no hay ingenio, que ingeniar para nada es no ingeniar, y la economía obliga, y el país, como el mundo, está hecho (desde siempre) mierda, y yo estoy dentro del país, y también estoy dentro del mundo (afortunadamente, porque de otra manera no estaría, ontológico) y, en consecuencia, estoy dentro de la mierda, donde no existe espacio para la creación pura, sino para el mercadeo de las ideas, que el arte por el arte es para los ricos, y yo no soy rico, que el mercado exige, y uno está obligado a cumplir, que el mercado exige documentos jurídicos y proyectos de investigación, y eso le doy, que el mercado no exige esta literatura escrita sin obligación, ni su lectura.

Aunque escribes en castellano preferiría leerte en otro idioma, pero a máquina, porque entender tu carta es un complicado ejercicio de traducción, intentado aquí para, en caso de error, recibir la corrección tuya.



16.X.95

S/F de Tenerife

Querido Armando;


Un año pasa ya -o más- y sigo sin el comento de tus tratos -que ahora sí he leído completamente. No, no he tenido un buen año. El “pactomo” del que hablabas en tu carta novela (sinceramente, Alejandro, no tengo puta idea de lo que pueda ser un pactomo, por lo que veo imposible hablar de él en mi carta anterior, así que supongo estar leyendo mal la palabra, palabra importante en tu texto, pero que no descubro) ha terminado por cercarme. Necesito ahora una realidad más antigua, un espacio sin cartografía, un páramo despoblado. No encuentro la forma para el diálogo. No. Escribo. Me cuento desnudo en alguna playa del sur de la Isla. Beso, a veces, a mi querida novia. Aquí, ahora, soy un exiliado. A Paradiso lo persiguen con crueldad devota. Una crucifixión sin ¿Pilatos? (tampoco entiendo bien esta palabra). Una inmolación que a nadie conforta. Aún espero acabar los estudios -en la facultad, hace poco, algunos profesores nos llamaron cerdos (de momento no tratan de volcarnos en calderos) -para poder emigrar. Ya veremos.


Oye. Trabajo mucho. Escribo mucho. pero no te envío nada. De momento. Discúlpame. Discúlpame ante todo. Por delante queda un año trascendente: o me voy al paraíso o al infierno


Un beso

(de nuevo ilegible)

Termina tu carta, que, de alguna forma, es también un espejo. Porque lo que para ti es falta de espacio para mi es falta de espacio. Y lo que para ti es enfrentamiento con un conjunto de personajes representantes de las estructuras de poder, de quienes estás completamente desconectado y por quienes no sientes respeto alguno, para mi es indiferencia hacia un conjunto de personajes representantes de las estructuras de poder, de  quienes estoy completamente desconectado y por quienes no siento respeto alguno. Y lo que para ti es necesidad de emigrar, para mi es necesidad de emigrar. Y lo que para ti es sensación de desubicación, viéndote a ti mismo producir algo que a nadie le interesa, para mi es sensación de desubicación, viéndome producir algo que a nadie le interesa: que la creación literaria carece de valor, por los menos en mi país, tierra contra quien no tengo nada, excepto esta indiferencia, además de la abundancia justificada de individuos pobremente educados, para quienes la expresión oral es ya un esfuerzo. Y ellos mayoría, y yo minoría, y ellos necesitados de dominarlo todo, y yo poco dado a los enfrentamientos quijotescos. Ellos ganan, haciéndome desear realidad distinta a la que me cerca. Además, la presión de una economía destrozada, con los efectos de miseria no asumida y de desigualdad que esto causa (delincuencia, agresividad, insatisfacción generalizada, violencia) es particularmente desagradable. Quizá lo vivas algún día. Pero a pesar de sus consecuencias, la crisis económica no es determinante. Jode, pero no define nada, excepto la jodienda de la falta de dinero, que es grande.

Así, poco dado a dejarme pisar por las circunstancias (guarda uno el orgullo, como Cantinflas) lo hecho después de mi graduación es convertir mi casa en una torre de Montaigne (aquí trabajo generalmente, aquí recibo a los clientes de las asesorías, aquí escribo, leo y escucho música...), y sólo salgo al posgrado (una maestría en Literatura Venezolana hecha para el embellecimiento curricular necesario para optar a un trabajo en derecho internacional, mi ideal laboral) y para encontrarme con mi novia, y a veces, con algún amigo.
¿Tristeza?, no la siento, no soy dado a sentirla. ¿Rabia?, a veces, cuando dañada la moto me quedo sin tener cómo moverme (pidiéndole el carro a mi mamá, que no me gusta pedir) y no tengo dinero para arreglarla (si te preguntas la preocupación por las mecánicas reparaciones, es que en mi país el transporte público es realmente malo, y el calor, o la agresividad del tráfico, no deja moverte en bicicleta, por lo menos adonde yo voy). ¿Felicidad?, a veces, con mi novia, y con otra novia de una ciudad que no es de Valencia, con quien me voy a los Andes cada vez que podemos y sentimos deseos de practicar la bigamia mía. ¿Alegría? con algunos amigos. ¿Frustración?, frecuente, cuando, por el trabajo jurídico, tengo que tratar con personas que no hablan si no es gritando, agresivas, desagradables. ¿Desubicación?, siempre (por supuesto, me ocupo de no mostrarlo. Y así funciono. Por ejemplo, hace unos días un cliente me preguntó si estaba dispuesto a entrar al negocio de prestamista. Le ofrecí redactar los contratos, pero entrar al negocio, no. No se lo dije, pero poca intención tengo de terminar mandando a golpear a los morosos. Evidentemente, mi visión del dinero no se parece a la del cliente. La de él es la normal, la mía no es bien vista. Considerar al dinero algo secundario, detrás de las satisfacciones puras y simples, es una estupidez, según ellos. Por supuesto, yo pienso al revés. El ambiente, en general, en la calle, es de todos contra todos, quien se descuida pierde. Si por quitarte tres centavos tienen que mandarte al carajo, lo hacen, sin remordimientos. Poco estimula desenvolverse en una atmósfera así. Por lo menos, para mí, no es interesante, excepto por la capacidad que uno desarrolla de proteger el pellejo, nada más, obligado como se está a leer detrás de las caras y sus palabras, a predecir la conducta ajena, a distinguir al confiable del desconfiable, y hasta qué punto es una cosa o la otra, a descubrir los intentos de engaño, etc.) ¿Gozo?, frecuente, con la lectura, el cine, la música, la escritura. ¿Placer?, menos del que quisiera, pero suficiente, ya te escribí que no estoy mal amorosamente. ¿Compañía?, la de mi novia, a pesar de las anticuadas normas de su casa, que a veces me desesperan y hacen caer en baja la relación, además de que la sobreprotección a la que está acostumbrada Virginia muchas veces le hace actuar débilmente, algo que yo no entiendo, o entiendo, pero no comparto. ¿Esperanza?, poco imagino el futuro, pero mi autoconfianza nunca ha estado mal, a veces me excedo de optimista, como cuando creí que apenas graduarme iba a encontrar trabajo afuera (hasta ahora no he podido, trabajando como nada, no me quieren, me falta curriculum o he tenido mala suerte, no sé). ¿Satisfacción?, un poco con lo que estoy escribiendo; con otras cosas, no tanto como quisiera. ¿Fe? ¿fe?. ¿Ideas?, abundan, pero no tengo espacios dónde desarrollarlas. ¿Humor?, generalmente bueno, ya me conoces. ¿Deseo?, frecuente, muchas veces por mujeres que no son nada mío. ¿Lecturas? continúo la enciclopedia de Historia del Mundo Moderno de la universidad de Cambridge, tomo VII de XV; los Ensayos de Montaigne, que estoy trabajando mis ensayos sobre ellos;  el Leviathan de Hobbes; el Gran Sertón Veredas de Guimaraes Rosa (este libro está escrito para ti. Búscalo si no lo has leído, aunque, de cualquier forma, no se consigue); y A la sombra de las muchachas en Flor, de Proust. ¿Escrituras? muchas, principalmente documentos jurídicos y trabajos de investigación. ¿Viajes? de nuevo a Nueva York el domingo próximo, cambié el cupo de dólares que el gobierno asigna aquí a cada persona cuando turista, por el pasaje, me voy con cuatrocientos dólares sobrantes del viaje de enero, y con una prima (mujer, no en dinero efectivo). ¿Interrupciones? hace un momento, tres estudiantes de un instituto universitario que querían asesoría. ¿Obligaciones? bañarme, que hoy no me he bañado ¿Deudas? casi doscientos mil bolívares a mi mamá ¿Deportes? una vez a la semana tengo clases de tenis, una hora ¿Estudios? la maestría, el inglés, más nada ¿Pies? dos ¿Cartas pendientes? tres, esta que corre, otra para una amiga en Canarias, quien fue mi novia durante año y medio, y otra para Maracaibo, y otra para el nicaragüense de Nueva York, a quien nunca le he escrito, lo que en lugar de tres suma cuatro. ¿Sueños? pocas veces los recuerdo.

* * *


He regresado del segundo viaje a Nueva York. Repetir lo que sigue (en la novela, para ti,  ya leído en la primera carta que te escribí) no tiene sentido,  los escenarios devueltos. Pero puede la realidad ser descrita como ficción (al final siempre lo es) y así me acerco a este segundo viaje.


DENTRO DE LA DISCOTECA


(Oscuro. Mucha gente. Un espacio largo. A un extremo la escalera de llegada. Al otro, la escalera de emergencia. Entrando por la escalera regular, a la izquierda, la barra, de madera. Botellas de todo, sifones. Tres barmans, uno de ellos hombre joven, otro mujer joven, y el tercero transformista. A mano derecha, estirando el brazo se toca, la pared. Antes, algunas mesas pequeñas de madera. En una, un personaje con una ropa que es disfraz lee el Tarot. A veces, alguien se sienta y paga. Dos puertas se asoman al ambiente principal de la discoteca, el de los trapecistas. Música y volumen de discoteca, porque esto es una discoteca. Uno que camina con zancos, alcanzando los dos metros y medio y mis ganas de una zancadilla. Aire transformista. Dos (y más) que pedimos tragos. Vodka con 7-up. Un lamido de oreja con siseo de aspiración. Volteando y un beso largo, hundiendo la lengua adonde llega. Parándose, abrazándose, los dos hasta la pared. Besos y manoseos. Manos sobre las tetas. La lengua en el cuello, los genitales según la música y las ganas. Algo de baile. Prendo un cigarrillo. Bueno bailar fumando. Cerrados los ojos seguir el manoseo y los besos. Tirar el cigarrillo y volver a la pared. Vodka sobre el cuello, lengua en el vodka, saliva y vodka en el pecho. Besos largos. La lengua hasta donde llega. El vodka en la cara. Salir a la terraza que muestra el ambiente central. El de los trapecistas y los puntos cardinales señalados por bailarines y bailarinas que, cada uno en su lugar, copula con parejas invisibles. Caminar corriendo al otro lado de la terraza, deshabitado. Besos. Manoseos. Nalgas, pecho, desabrochada la camisa sale un pezón. La lengua y los labios, un minuto mamando.

ELLA.- Nos están alumbrando
Dos policías, uno con una linternita.
YO.- Vámonos a otro sitio.
Bajar por las escaleras de emergencia. Llegada al ambiente central, el de los trapecistas y los puntos cardinales señalados por bailarines y bailarinas que, cada uno en su lugar, copula con parejas invisibles. Dejada la terraza. Besos. Manoseos.
YO.- Vámonos a la cama.
Buscar su sobretodo. Salir. Calcomanías despidiéndonos pidiéndonos volver al sitio. Una que hago terminar en el suelo. Frío de mierda. Caminar corriendo. Besos y manoseos caminando corriendo. Entrada a un lugar donde ella se come un trozo de piza. Yo una cerveza. Paga. Salir. Frío de mierda. Besos y manoseos caminando corriendo. Caminar corriendo. Perdernos. Sacar el mapa. Por fin, bufando, llegar al hotel. Joder como conejos a manera de perritos. Las imágenes que no se van. Uno de los mejores polvos de mi vida.
Volverlo a hacer. Y otro de los mejores polvos de mi vida)

DENTRO DEL MUSEO


(Al frente, la Noche Estrellada de Van Gohg. Al lado, mi primaincesto. Al otro lado, el retrato de un empleado, creo que de trenes. Atrás, supongo unos cuadros puntillistas, no estoy seguro. Dentro de la cabeza, las imágenes de sexo de la noche anterior. Otro de los mejores polvos de mi vida. En la boca

YO.- Fíjate lo sucio del trabajo, dejó espacios en blanco, se ve el lienzo.
ELLA (inclinándose se fija en los espacios en blanco, ensuciando el trabajo, señalando el lienzo. Una mano le agarra una nalga. La mano es mía).- Mira las pinceladas, qué expresivo, coño.
YO.- Me encanta.
ELLA (mirando a otra espectadora).- I take it to my house.
LA ESPECTADORA (Se ríe).-
Me voy a otros cuadros, dos salas más allá Las Putas de Avignon me estaban esperando. Yo a ellas. No trabajan desde enero. Igual de feas, de atractivas.

DENTRO DEL MUSEO

REMBRANDT
NOT REMBRANDT

(Acabado el champo venezolano fue necesario comprar uno importado que, por el lugar pisado, era nacional. Buen olor y mala calidad. A los dos, picazón de cabeza.

Otra exposición, rembrandts en rayos x que no son rembrandts. Rembrandt, no Rembrandt. Aburrida la exposición. Rembrandt, no Rembrandt. Me pica un lado de la cabeza, Rembrandt, me pica el otro lado, no Rembrandt. Joder)

DENTRO DE MI CASA


La suerte jamás es excesiva. La bigamia me está permitida, no la trigamia. Al día siguiente de volver a Venezuela Virginia quiso terminar (jóder, dos meses antes quería casarse y ahora quiere terminar. “La donna e mobile, cual piuma al vento...”, o algo parecido, cantan los zancudos de mi casa alrededor de la computadora, después me pican, cobrando el canto. Nunca me ha gustado la ópera. Tampoco las sorpresas. Siempre joden las sorpresas. Como los zancudos). En verdad, la relación no viene bien desde hace unos meses. Poca libertad y nula privacidad, pienso (su madre queriendo acompañar mis visitas -quizá mi buena conversación, o mis malos besos- a través del hijo menor, quien llegaba sin hacer ruido, y cada vez menos besos, paranoia, hasta ningún beso, y sentir que Virginia es mi hermanita, y al revés, supongo). Le dije que yo, desde hace un par de meses, estaba a la defensiva, etcétera... A veces sorprende la fragilidad de todo (incluyendo a mi prosa, antes uniforme y malamente irónica, ahora grandilocuente y llorona)}


Nueva York convertida (contra lo esperado) en una de esas ciudades con personalidad propia, preferidas para guardar en la cabeza (junto a París, Berlín, Barcelona, Florencia, Roma, Venecia). Nueva York variada, completa, cambiante, y absolutamente viva.

Desde Harlem hasta el World Trade Center, Manhatan (lo único que conocí de NY) guarda, vistos, más o menos siete ambientes:

{

EN EL MOTEL

Todavía adentro, aunque, ya ido, comenzando a aflojar, acaricia con los dedos las costillas y con los labios la espalda. Circulitos. Besos suaves sobre la piel y punta de nariz.

Llega el frío y se acuesta al lado, busca la sábana.
Ella, volteada, le acaricia la cabeza.
Siendo enfermo frío lo caliente, se enfría por dentro para calentase afuera.
Comienzan los temblores que se hacen más fuertes.
- ¿Tienes frío?
- Debe ser la gripe. ¿No hace frío?
- No.
- ¿Tu puedes apagar el aire acondicionado?
Ella, levantándose, lo apaga.
Los temblores, despreocupados, más violentos. Tirito.
- Déjame buscarte algo con qué arroparte.
Los ojos cerrados. Entre el temblor y la conciencia, la segunda detrás. Comienzo a saber que estoy enfermo, otra vez, después de hacer el amor.
Si fuera dueño de una enfermedad venérea, justificaría. ¿Pero pulmonar? Huevos.
Oigo a mi primaincesto preguntar si me siento mejor. Me ha cubierto con los paños del motel y mi franela. Eso, por una mirada breve.
“¿Quieres que nos vayamos?”
Prefiero estar aquí contigo un rato más.
Todo negro porque no abro los ojos. Frío tan violento no he sentido igual. Tirito. Guardo las manos en los sobacos. Las manos dejan de temblar, los sobacos no, porque nunca tiemblan.
Digo: Lo que tengo es un frío de mierda.
“¿Pero estás enfermo?”
No sé.
Me toca la frente. “Sí estás caliente”.
Tiemblo violento. Como un consolador dañado, roto, más bien.
“Voy a buscar algo frío para ponértelo en la frente, eso hace que te sientas mejor”
¿Algo frío en la frente? Joder.
Debilidad. ¿Cómo moverse? tiemblo.
Algo mojado me cae en la frente, después se cae.
Mi primaincesto acariciándome el pelo.
¿La enfermedad es mejor acompañada? La enfermedad es desagradable siempre.

Electrocutado, temblaría menos.

“¿De verdad no quieres que nos vayamos?”  Pienso: no podría. No, todavía no, dentro de un rato, ¿qué hora es?. “Van a ser las once”. Dentro de media hora. Digo. O pienso. Abro los ojos,  la familiar cara con preocupación.
Cierro los ojos. Negro y frío de mierda. Debilidad grande.  Tiemblo.
Algunos minutos y poca novedad: más frío, temblores, debilidad.

Sin aviso, inmediato, arrastrado, arrancado, aspirado, el frío se va, y la debilidad casi pasa. Abro los ojos y está la mano de mi primaincesto.

- ¿Qué mierda me hiciste?
Mayor sorpresa, estupefacción, quizá susto. Acto inesperado. ¿Quién pensaba ciertas las curaciones por imposición de manos?
Escribo ésto en serio, no es ficción, aunque parezca. ¿Creer? no importa, pasó.
- Acabo de sentir la imposición de manos.
Ella también sorprendida.
- Gracias Dios, bendito seas -ella.
- Qué vaina tan extraña. Nunca había pensado en serio que ésto podía ser así. Qué vaina tan rara. Coño. ¿Qué está pasando?
¿Autosugestión? ¿Y los ojos cerrados? ¿Lo inmediato? ¿La sensación?  ¿La sorpresa?
- Gracias Dios, bendito seas -ella.
Después, tratar de entender lo ocurrido y fracasar. No entender nada. ¿Mensaje divino? ¿Juega Dios? No sé nada.
Y recordar, no sé razones, la más de una vez llegada pesadilla: de un fondo en negro un gigantesco rectángulo amarillo del cual trato de tomar una minúscula esquina, abajo a la izquierda. Violentos acercamientos-alejamientos de la figura. Una voz, en la pesadilla, voz que suponía -soñando- Divina, me acusa -sin pronunciar palabra, por sensaciones- de soberbia e inadecuada ambición. Sentía terror pánico, de niño. Después, he controlado el miedo}
La quinta avenida. La zona central de la isla. Los alrededores del Rokefeler Center. Los dos primeros días. La zona de los ricos, en un hotel de negros. El mínimo gasto en hotel. Dormir es siempre sueño no importa el sitio. Aquí: 40 $ más 7 de tax. Por los negros, nervioso la primera hora, reconociendo la zona. Los negros inofensivos. Caracas es mucho más violenta que NY. En las calles, "cada quien en lo suyo". Cosmópolis. Rascacielos y dinero. Tiendas decoradas en el buen gusto, decorador detrás. Cafés alejados de la calle por vidrios y precios. Luces anunciando cualquier cosa. Iglesias ofreciendo programas musicales en las carteleras de sus puertas. Lluvia y mojado. Humo alcantarillado. Siempre gente caminando en la calle. Putas-barbies, muñecas bien vestidas. Edificios tan altos como lujosos. Negros pidiendo limosnas. Taxis amarillos, uno por cada color distinto. Condominios de tres pisos y más de sesenta años. Recordé a Chaplin, los tiempos modernos. Viejitas recogiendo de la acera la mierda de sus perritos. Ciudad cara y sin nacionalidad.
Los museos: {
23-11-95
11:10 p.m.

Contrario a lo que me debería estar pasando por la mente y por el corazón, adentro siento algo extraño, mezcla de tristeza y estupefacción con la vida...

Esto que escribo, va rápido como el pensamiento, que ya hablé contigo hace más de una hora, pero aún ando horneando galletas... que negocito... todo por hacerle caso a Nancy, mi socia...
Así que escribirte estos párrafos me ha costado pues estoy pendiente de las galletas y del nestea que ya preparé...
Tengo mucha fe en el nestea porque en Maracaibo hace mucho calor y sé que se va a vender... Espero suceda lo mismo con las galletas...
Mejor te sigo escribiendo cuando termine...
Que bueno que llegaste... Siempre es hermoso escucharte...

Ahora sí... son las 12:15 a.m.? ya terminé con las benditas galletas... ya podemos conversar...


La noticia de que hayas terminado con Virginia -te decía- me ha dejado con un desánimo por dentro...

No es que me sienta culpable... en cierta forma no sé si lo soy, aunque por lo que me contaste no he tenido que ver en ello...
Entiendo lo que venía pasando, pero simplemente me quedo perpleja, como sin entender...
Está la seguridad de que estoy yo, espero que eso no haya influido...
De todas formas tu sabes que siempre voy a estar, como tu mismo dijiste: como novia, amiga, viuda, esposa, lo que sea... tu lo sabes...

Mi sentimiento de perplejidad viene porque en casos como este -una vez más- se vienen abajo mis creencias, lo que pienso... y comienzan a surgir dudas...

Por ejemplo, me pregunto si se puede mantener una pareja, amando sinceramente, para siempre...
Si es sensato y vale la pena casarse, porque el matrimonio supuestamente ha de ser para siempre...
Si puede llevarse un noviazgo, una relación, sin que el tiempo vaya deteriorando las cosas...
Y te miro, y sé lo comprensivo que eres, la facilidad que tienes de adaptarte a las cosas...
y allí me quedo, queriendo entender lo que es la vida, que nunca la entiendo porque
(...)
Deseo sinceramente que estés bien, no quiero que estés triste; y creo que lo que me dejó hoy así es saber que en cierta forma lo has estado -aunque seas Supermán y todo eso-... y el estar triste no es bueno para nadie, sobre todo si quien lo está es una persona a quien se ama, y mucho menos cuando se puede hacer poco al respecto...

Te quiero

Que Dios (página rota)
B (página rota) }
El Metropolitano, Disneylandia de buen gusto. Dice: "Estas son las demás culturas y civilizaciones, aquí esta habitación romana, aquí esta habitación japonesa. Allá, algunas pinturas de los vanguardistas”. Asoma la lástima: ¿cuántos norteamericanos que, visitado el museo, suponen conocer las culturas extranjeras? En las librerías, en el lugar de los autores clásicos, destacado el libro "Lo que el viento se llevó". Una más de las grandes obras de la literatura universal. Junto a él, aunque escondidos, "El Quijote" o "El Proceso". Parecen ignorar diferencias. ¿Posmodernidad? ¡Pobres locos!. Otro ejemplo, en el museo de Arte Moderno se expone, no muy lejos de "Las Putas de Avignon", o de la "Noche Estrellada" de Van Gogh, una cantidad de autores norteamericanos entre quienes apenas reconocí a Warhol y a Pollock. Concluyendo: "la cultura es una forma elegante de la diversión”. El consumo, naturalmente,  justifica mucho mejor la existencia de cualquiera. Y así, soy yo mejor que tu, en este momento, porque en NY compré unos zapatos Sebago, quinientos dólares en CD, doscientos en libros, etc. Y hasta que no gastes más que yo seguirás siendo inferior a mí. La TV, una completa mierda. Pero de los pobres de espíritu será el reino de los cielos, anexo al de la tierra, así que continuamos con la carta.
{19 de diciembre de 1995

Volviendo de Mérida sentí los problemas de la gordura. No de la mía, que estoy en mi menor peso desde hace tres años (no sé si por fumar otra vez, en la oficina, o por haber estado haciendo el amor como conejo contigo mientras estuvimos juntos, olvidándonos de comer hasta la cena, que no llega el hambre cuando hay cosas mejores -o mejor, la mejor cosa- ocupando el entendimiento), sino de la gordura ajena, la del compañero de asiento en el autobús, quien ocupaba puesto y medio de los dos previstos para nosotros. Y yo no menudo, comprimido en la mitad sobrante. Cansado de sentirlo al lado (supongo que por la diferencia, después de haber estado sintiéndote) puesta mi chaqueta desapareció la molestia obesa (no me gusta que me toquen, exceptuándote). Pero al final, acabado el gordo, dormir bien, y entender que todo se aprende, que la práctica enseña, y de tanto dormir en autobuses termina uno acostumbrándose a dormir en autobuses.


Te escribo desde la Compañía Inglesa, el aire acondicionado sonando atrás, y el recuerdo de tu voz en el teléfono sonando adelante, más bien, adentro, ocupado en recordar tu sabor, el de tu compañía, no inglesa, sino maracucha, aunque no típicamente zuliana, por fortuna.

Como nunca me ocurre, ausente de ideas estaba al comenzar esta carta. Seguramente, la inglesa compañía: que las corbatas aprietan el cuello más suavemente que al entendimiento, y el aire acondicionado de las oficinas enfría menos las manos que la facultad de crear.
Mañana, una avioneta me llevará a Apure (excusado por una citación del Ministerio del Ambiente), compañía innecesaria a un inglés citado en representación de la Compañía. Viaje esperado, como todos los viajes, sobretodo cuando son los primeros a un lugar. Aunque, prefiriendo, estaría contigo otra vez, mañana, como prefiero siempre.
Encontrar, con algo de sorpresa, que aunque mil veces nos encontremos, mil veces te ocuparás en mejorar mi memoria y mi ánimo, mejorándolo todo, mejorándolo tanto, que no hay nada mejor.
Recordarte riendo del perrito fornicador (Armando, bautizado); negándote a caminar el pueblo en la noche (prefiriendo, como yo, la cama); malgastando el champo en mi cabeza (que luego se pondría picazonuda con el champo malgastado); hablando como mujer grande mientras comíamos pizza (tan bien hablas, que podría estar contigo solamente escuchándote, aunque siempre el deseo que me produce el escucharte hablar con juicio tan claro termine llevándome a juzgar preferible llevarte a la cama); en todas las formas y maneras naturales de nuestra desnuda compañía (la forma y manera natural de juntarnos); leyéndote (unas cartas que acusaste de cursis, cursilería que me quedé esperando); y recordándote, es decir, recordarme recordándote, de tantas cosas que hay por recordar.}
Del museo: desinterés por otras civilizaciones: los salones dedicados al medioevo llenos, y Egipto, Persia, Grecia, Roma, China, India, Turquía, etc. vacíos: el demodé del cosmopolitismo, vuelta a los orígenes ¿cuáles, la edad media?... ¿pero es la edad media nuestro origen?. Pienso a Dante más alejado que Solimán El Magnífico.
{Antes de ayer viajé en avioneta, según prometí al papel de la carta. Nunca hecho antes el viaje en avioneta, jamás pensado tan agradable. Con mucho dinero, estaría averiguando precios para comprar una. Visión engañosa de la realidad, no falsa, sino más real. Aquí, las ciudades convertidas en juguetes, las montañas en arrugas, las vacas en larvas de gusanos, las nubes en piso, los árboles en figuritas construidas para proyectar inútiles, por minúsculas, sombras, las torres de teléfono en señales, el color del suelo (o mejor, del mundo) cambiando cada pocas horas, el ruido de la ciudad en murmullo, desaparecido por el desesperado motor, la realidad esencialmente transformada y, en general, la existencia gulliverizada por la avioneta.
En Apure, nada especial: visitar un par de organismos públicos, trato amistoso a los funcionarios, etc. Al final, almuerzo común a todos los almuerzos comidos antes en restaurantes de pueblo. Nada que anotar.

Hoy recibí carta tuya. 27 de diciembre. La carta es del 26. ¿Mejora el correo?

Mis palabras están encerradas: se llevaron la impresora de mi oficina y en mi casa la computadora está fallando, no por virus, sino por no sé cuál razón. Sólo por dañarse faltaba la computadora. La moto está parada, la batería mala. Joder con los artefactos. ¿Proponerte irnos a vivir desnudos en una desnuda isla? ¿Cocos e iguanas alimentándonos?
Encontré tu carta hermosa, me has habituado. Imágenes de hacer el amor decorándola.
La distancia molestando. ¿Por qué, como sugieres, no soy un ángel?
Aquí, en la oficina, nada que hacer (contigo nunca me pasa). Leer el Leviathan en inglés, versión original (sujeto a tus burlas), anotando las palabras que no entiendo.
Hato Los Viejitos Hato Matapalos Hato Turagua Hato Santa Clara Hato Guataparo Hato El Carmen Hato La Cueva Hato Charcote ¿Necesitas alguno de estos teléfonos? creo que yo tampoco. Pero están frente a mí creyéndose necesitados. Sólo el 061 873543
- Oye tu no sabes usar computadora? -un compañero de oficina, señalando la impresora, mejor, la no impresora.
- No sé quién la tiene.
- Yo no sé quién la tiene.
Arrugo la cara.
- Yo te voy a averiguar -se fue al baño, oficina vecina.
Vuelta del baño.
- ¿Cuándo estaba esa ahí, ayer, no?
- No, el viernes ya no había.
Arruga la cara (sale)
Silbidos míos. Bach. El aire acondicionado. Los ruidos del tecleo. Papeles desprendidos de otras impresoras. Una bolsa plástica arrugada y desarrugada. Otras impresoras. Algunas voces rotas, no se entiende. Mis zapatos sobre el plástico del suelo, moviendo la silla, silenciosa. Mi cara rascada. La computadora salvando.}
Dante  es hijo ilustre de Nueva York: frente a la ópera una plaza Dante, en las librerías muchos dantescos estudios, en una antología de poesía norteamericana de 1994 Dante tres veces nombrado, casi antologizado, y no recuerdo repetición de personaje distinto. ¿Por qué el "danteísmo"?
{Esta noche me reúno con Francisco Velázquez (el virgen). Quizá, nos acompañe una cantante lírica.
Pasado mañana comienza el 96. Para un amigo de Canarias, un año trascendente, “o me voy al paraíso o al infierno”. Está en la dirección de una revista literaria llamada “Paradiso”. Existe, probablemente, otra llamada “Infierno”. Escoger una de ambas será su oficio. El mío, no sé. Siete años tengo sin participar, directivo, en revistas literarias. En general, me aburre dirigir cualquier cosa. Exceptuados mis asuntos. Aunque a veces, probable aburrido, olvido también dirigirlos, los dejo ir solos. Mi estado habitual. La existencia derivando. A la deriva. Dentro de una avioneta. Alguien dice que no participo en las cosas. Me acostumbré. Vivir distinto es incómodo, artificial. ¿El paradiso? Una avioneta conteniendo una cama conteniéndote desnuda, detrás una biblioteca, cantidad de música, el piloto automático llevándonos cada día a un sitio distinto. Hoy Florencia, mañana Nueva York, pasado no sé. Terminar en París con aguacero. O sin aguacero. Como sea París está muy bien.

Una semana mi bolsillo sin tocar dinero. La impresora devuelta. Voy a imprimir, aunque tres o cuatro días antes del envío. Espero dinero. Quiero verte.


Te amo y deseo y necesito y extraño y quiero hablar contigo y todo lo demás que llega teniéndote al lado}

DANTE (correspondiendo).- Un día, después de este vano ensueño, sucedió que mientras me hallaba pensativo, sentado en cierto lugar, sentí cómo se iniciaba un temblor en mi corazón...
{Retomando lo que una vez me escribiste en el libro de Alicia:
“Espero que este libro te haga recordar que te lo traje una tarde y que estuve contigo conversando de él. Espero que te haga recordar muchas otras cosas...”
Hoy te escribo:
Espero que este libro (y muchas cosas) te hagan recordar que pasamos mil tardes comentando y haciendo más de mil cosas y que estuve contigo conversando sobre él (el libro) y ellas (las cosas), que nunca olvidaremos por que fueron profundamente especiales.
Con más que cariño
Virginia R.
1995.
P.D.: sé que no te gustan las dedicatorias pero no tienes por qué prestar el libro}
Cultura-jazz, el Greenwich Village. Encontré, por recomendación, el " Bradley's". Agradable, tranquilo, lugar perfecto en ambiente jazz: grabaciones en el día, intérpretes nocturnos. Visitado dos veces, la primera ido con la luz y la falta de efectivo. La segunda escuché a una pianista y su contrabajista, hábiles intérpretes. Una composición de la pianista preferida a las obras ajenas, mezcla de música mínimal y jazz. {Hoy, casi un año después, anuncio el encuentro de la pieza en una grabación de las obras completas de Debussy. Obra final. Debussy plagiando. Debussy mínimal}.
Otros lugares: una taberna (gente, poca luz, humo, bandas grandes); alguno de un "exotismo neoyorquino" (Jugaban ajedrez y bebían café. Adonde entré, estuve parado en el centro del sitio unos dos minutos, haciendo nada y callado, mirado a veces por los presentes, y saliendo de lugar como si hubiese entrado a actuar a destiempo en la obra representada).
REY.- ¡No bebas, Gertrudis!
REINA.- Quiero beber, señor. Perdonad, os lo ruego.
(Bebe)
REY (Aparte).- ¡La copa del veneno! ¡Demasiado tarde!

(La REINA ofrece una de las copas a HAMLET)


HAMLET.- Ser o no ser: he aquí el problema. ¿Es más noble para el espíritu sufrir los golpes y dardos de la airada fortuna, o armarse contra un ejército de tormentos y, haciéndoles frente, acabar con ellos?

REINA.- Ven aquí y deja que te enjugue el rostro.
LAERTES (Aparte al REY).- Ahora le daré la estocada definitiva.
REY (A LAERTES).- No lo creo.
LAERTES (Aparte).- Y, sin embargo, procedo contra mi conciencia.
HAMLET.- Morir... dormir, no más; y con un sueño pensar que damos fin a los pesares y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne: he aquí un desenlace que deberíamos solicitar con anhelo. Morir... dormir, dormir... Tal vez soñar.
LAERTES.- Ahora lo veremos.

(Esgrimen y se produce un golpe dudoso)


OSRIC.- Nada, ninguno se ha tocado.

LAERTES.- ¡Toma, para ésta ahora!

(Hiere a HAMLET, pero éste, en el ardor de la lucha, desarma a su adversario, le acomete con su propia espada y le hiere)


REY.- ¡Separarlos! ¡Parecen furias!

HAMLET.- Ahí, ahí está la dificultad, porque forzoso es que nos detenga el considerar qué ensueños pueden asaltarnos en aquel sueño de la muerte, una vez nos hallamos substraídos al bullicio de la vida. Esta reflexión es la que nos hace tan duradero el infortunio.

(La REINA se desploma y cae al suelo)


OSRIC.- ¡Alto! ¡Atención a la reina!


(Algunos de los presentes tratan de separar a los contendientes y lo consiguen con dificultad)


HORACIO.- ¡Están los dos heridos!

OSRIC.- ¿Qué es esto, Laertes?
LAERTES.- He sido cogido en mis propias redes, querido Osric; perezco por justicia en mi propia traición.
HAMLET (Aparte, distraído, aún reflexionando, mirando hacia el techo).- ¿Quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo, la tiranía del opresor, las afrentas del soberbio, las congojas del amor desairado, las dilaciones de la justicia, las insolencias del poder y las humillaciones que el paciente mérito recibe de los hombres indignos cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple punzón?

(Se lo llevan, enloquecido por haber entrado a actuar a destiempo)


{Me soñé visitando a Virginia, devolviéndole unos libros, hablando de las causas de nuestra separación y, rodeado de pánico, soñé escucharla decir que había estado cocinando un pavo relleno y se le había quemado.

Me soñé parándome, agarrándome la cara, la cabeza rota como el pecho, dolor inaguantable, dando un par de pasos hacia adentro de su casa, salir mareado, encontrarla llorando fuerte, desesperada, abrazándole la cabeza, temblando yo, besándole el pelo, diciéndole que estoy con ella, lamentando la casa que la rodeaba, en el sueño, especialmente.
Soñé a Virginia diciendo que no sabe qué va a hacer, que piensa va a tener que tirarlo, que se ha echado a perder la vida, que eso le va a marcar.
Me soñé mirándola, con aturdimiento tan grande que no recuerdo si he sentido otro igual. Soñando. Soñé la cocción de ella prevista, pensada, asegurada por la intuición. Soñé que la declaración de la cocina no me sorprendía, pero soñé que jamás hubiese soñado un pavo quemado.
Me soñé preguntándole qué le había dicho él, el pavo quemado, y la soñé respondiéndome que no habían hablado, que ella había sabido esta mañana.
Soñé la ironía de las cosas, de cómo un par de intentos de cocina creaban lo que no habían hecho decenas de comidas iguales, conmigo.
Me soñé aturdido del dolor, y todavía lo siento, el dolor del sueño.
Nos soñé hablando, tocando posibilidades. Me soñé recordando la experiencia de mi absurdo matrimonio por fraude ajeno. Nos soñé contando la desesperación, desesperados, aunque calmándonos por comentar el desespero.
Me soñé mirándole los ojos, diciéndole que jamás, haga lo que haga, se sienta sucia, ni menos que nadie, que no importa su decisión no acepte desprecios, tampoco malos tratos, que lo único que uno tiene es el orgullo.
Me soñé diciéndole sentirme algo responsable, que yo la había enseñado a ser independiente, a actuar con libertad, pero jamás hablé de riesgos y desastres, de la línea dibujada anunciando que cruzarla significa caminar la cuerda floja. Que ella, deslumbrada por la personalidad del pavo, empujada por las idas escondidas al corral, había cruzado la línea, e ingenua, ganó el riesgo. Soñé decirle que el mundo es una selva, que a uno sólo lo puede cuidar uno, que las cosas son crueles, crudas, y se ocupan en destruir a los débiles. Que la bondad, como la maldad, sólo existe dentro de nuestras cabezas.
Me soñé abrazándola, tratando de entender el chiste cruel del sueño.
Nos soñé hablando como amigos, varias horas. Detallando.
Me soñé volviendo a mi casa manejando mal, aturdido, dolido, tratando de ubicar lo soñado.
Me soñé insomne por el dolor hecho de las palabras y las imágenes. Y me soñé levantándome, aceptado el insomnio, dedicándome a escribir lo soñado.
Soñé que he podido soñar otra cosa.
Soñé que mañana seguiría soñando. Aunque no soñé lo que soñaría.
Soñé, otra vez, en la aterrorizadora fragilidad de todo}
Chinatown. Periódicos y revistas, anuncios, conversaciones, comercios, barberías, todo, chino. Habitación (Hotel Pioner, Broome con Browery) por 30 + 6 $. ¿Será China distinta a ésto? Las calles, con la luz, superpobladas. Después vacías. Los negocios abiertos hacia la calle (olor a fruta, pescados, especies, cualquier mierda extraña comida de chinos). Las cafeterías cerradas temprano. En la zona más occidentalizada (en ambos sentidos), comercios de cualquier cosa creada por Dios y los diablos: zapaterías, aparatos electrónicos, ropa, comida, etc.
{
22 de enero de 1996

Aunque no es éste momento para dedicatorias, recordé una deuda contraída

Me anuncia la página lo escaso del espacio dispuesto para anotar todo lo que tres años y medio guardan
Resumiéndolos, el haber sido completo, principalmente, gracias a ti
No queriendo sentimentalismos en mis dedicatorias, menos en la de un libro como éste (¿un libro? un “libelo” a medias pornográfico), escrito ésto al día siguiente de una nocturna, determinante, y cerveceada llamada,

Con algo más que cariño

Armando Luigi C.}
La zona turística del Barrio Italiano y Soho. El primero la junta, en cuatro o cinco manzanas, de restaurantes italianos, cafeterías, ventas de souvenirs traídos de Italia, dulcerías, y en conjunto, mierda. El segundo, Soho, es el Montmatre de Nueva York. Los artistas trabajan para lapa (Un refrán en Venezuela dice "Cachicamo trabaja pa' lapa". El cachicamo es el armadillo que, según entiendo del refrán, ahueca la tierra para sí mismo en agujeros usados finalmente por la lapa, no sé si antes o después del cachicamo abandono. La lapa es algún tipo de rata, algo más grande, aunque no vive en alcantarillas ni come basura, sino que vive cerca de los ríos y come no sé qué. Ignoro la veracidad del refrán, pero aseguro la moraleja). Continuando, los artistas trabajan para lapa porque, igual Montmatre, supongo a Soho originalmente como barrio barato establecimiento de artistas, que luego, lugar renombrado, vio a los artistas desplazados por las galerías, para morir con la llegada de los turistas, porque es más rentable alquilar los inmuebles para vender arte que para hacerlo. Concluyendo, nunca los artistas beneficiados por el encarecimiento de las viviendas ocupadas, diferente los vendedores de inmuebles y los galeristas, enriquecidos. En general, nunca los artistas beneficiados por nada.
CONTRATO DE ARRENDAMIENTO.- Entre nosotros,  J.L.M. Asociados, C.A., Sociedad de Comercio debidamente constituida por documento inscrito ante el Registro Mercantil Segundo de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo, bajo el No.14, en fecha 23 de junio de 1994, representada en este acto por su Administrador Leonardo Alberto Morales Millán, venezolano, mayor de edad, domiciliado en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, titular de la cédula de identidad V-4.772.202, quien en lo sucesivo y para los efectos de este contrato será denominado EL ARRENDADOR; y por la otra parte,  Julián Andrés Gómez Zambrano, mayor de edad, comerciante, domiciliado en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, titular de la cédula de identidad V-12.603.518, quien en lo sucesivo y para los efectos de este contrato se denominará EL ARRENDATARIO, por medio del presente documento celebramos un Contrato de Arrendamiento sujeto a las cláusulas siguientes: Primera: EL ARRENDADOR da en arrendamiento a EL ARRENDATARIO, quien lo toma por tal concepto, UN (1) inmueble  constituido por DOS (2) minilocales distinguidos como Lara A-7 y Lara A-8, cada uno de los cuales ocupando un área aproximada de 6 m2, en un inmueble dividido en 33 mini locales ubicado en la Calle 24 de junio, No. 101-53, en el municipio La Candelaria del distrito Valencia de la ciudad de Valencia, estado Carabobo. Ambos minilocales se encuentran en perfecto estado, y cada uno de ellos posee una reja santamaría en normal funcionamiento.
LA REJA SANTAMARIA (en normal funcionamiento).-
Dios te salve María,
Llena eres de gracia,
El Señor es contigo,
Bendita tu eres,
Entre todas las mujeres,
Bendito es el fruto,
De tu vientre, Jesús.
Segunda: El canon de arrendamiento es la cantidad de  CATORCE MIL BOLÍVARES (Bs. 14.000,oo) mensuales que EL ARRENDATARIO se compromete a pagar de manera puntual a EL ARRENDADOR en dinero en efectivo y por mes anticipado el día quince (15) de cada mes, siendo el primer pago el día DIECISIETE (17) DE FEBRERO DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y CINCO (1995); todos los pagos se realizarán en las oficinas ubicadas en la Torre Banaven, Piso 1, Oficinas 1-3 y 1-5, en Valencia, estado Carabobo. Vencido el plazo de cancelación, EL ARRENDADOR podrá exigir a EL ARRENDATARIO el pago de CUATROCIENTOS BOLÍVARES (Bs. 400,oo) por cada día de atraso, por concepto de daños y perjuicios, y éstos deberán ser cancelados junto con el pago del mes correspondiente. El incumplimiento a lo establecido en esta cláusula facultará a EL ARRENDADOR a resolver el contrato unilateral e inmediatamente, y a disponer del depósito establecido en la cláusula DÉCIMO CUARTA como pago por los daños y perjuicios causados por EL ARRENDATARIO. Pasados seis (6) meses desde la fecha de iniciación del presente contrato, EL ARRENDADOR podrá, basándose en los cambios ocurridos en la economía nacional, reajustar el canon de arrendamiento sin que EL ARRENDATARIO pueda oponerse de ninguna forma.
LA REJA SANTAMARIA (en normal funcionamiento).-
Dios te salve María,
llena eres de gracia,
El Señor es contigo,
Bendita tu eres,
Entre todas las mujeres,
Bendito es el fruto,
De tu vientre, Jesús.
Harlem, el abandono y la miseria norteamericana. Sordidez, la palabra más ajustada (...) era celebrada una misa Gospel, con los negros saltando, cantando, aplaudiendo, y algunos cayendo en trance (...) se manifiesta de muchas formas, desde la ausencia de policías en los barrios negros -una forma de abandonarlos a su suerte y señalarlos fuera del sistema-, hasta los diferentes vestidos y los modales, anunciando la educación distinta (...) “pintarse el pelo es seguir a satanás” (...) colocándome ellos en una primera fila de balcón, patio estaba reservado para (...)
{
PRIMER MANIFIESTO ANTITURISTA

Cuatro dogmas del antiturismo:


Primero, sólo quiere disfrutar sus viajes

el antiturista,
poco visitar la historia,
poco visitar la naturaleza,
poco hacer turismo,
poco las angustias del turista,
poco las angustias cualesquiera.

Segundo, contento con la vida,

el antiturista ocupa cualquier lugar
y la deja fluir,
lugar turístico o antiturístico,
¿interesa? fluir
que siempre fluye.

El tercero, beber, sentarse

y no pararse hasta acabar la bebida;
pero no es el antiturista borracho de plaza,
poco bebe el antiturista en su lugar,
sólo en sus plazas.

El cuarto, puede el antiturista hacer turismo,

sólo si le da la gana.}

EL PREDICADOR (en spanglish, por mi latina presencia).- On the third day the wind attacked with even greater savagery and the breakers seethed yet more viciously; the wind snapped the foremast y lo sacó, mientras los mares swept lejos el helm y con esto el helmsman. Filigramas fueron vowed en el Monte Sinaí, en Compostela, Cyprus, Rome, La Sagrada Sepultura, The Virgin of Ettinus.

{
Otros principios:

No usará el antiturista mapas turísticos,

no sabe usarlos,
y si los usa,
los usará mal.

Para volver pregunta a cualquiera,

para ir,
igual.

¿Preguntar siempre para saber?

No,
preguntar aunque no se quiera saber nada.

Está el policía incómodo con el antiturista,

el antiturista está incómodo,
porque está el policía incomodando.

No puede quejarse el antiturista,

en el antiturismo nada hay para quejar.

El turista nunca será antiturista.

Porque el antiturista nace, no se hace.

Tomará el antiturista mujeres cuando las encuentre,

y le plazcan.
Tomarán las mujeres al antiturista cuando le encuentren,
y les plazca.
Sin encuentros ni placer no se tomarán,
excepto si les place.}
LA SAGRADA SEPULTURA.- El East Village, la zona "underground" de NY. Pubs con ambientes forzadamente "extraños" (por ejemplo, en uno, las paredes decoradas con murciélagos disecados); restaurantes hindúes con (...) discos y libros usados; las calles sucias (...) mejor sitio nocturno que he conocido. Cualquier sueño o pesadilla es estrecho en onírico comparo. Cuatro pisos y más de (...) hacia arriba comienza el soñar (...) Sinuosas serpientes en las paredes con música sinuosa y luces sinuosas, sinuosas aunque rectangulares mesas de pool, como juego matemáticamente sinuoso (...) bailarines y bailarinas simulando cópulas, esquinando la pista sobre unos montículos (...) dos volando en unos trapecios de circo (...)
{
El antiturista lleva dinero,
pero no ostenta.

El antiturista sin dinero,

nadie sabe,
porque el antiturista no ostenta.

El antiturista promete a las montañas y a los monumentos alejar de ellos la molestia de los turistas; pero sólo mientras, orinando, queda orina por orinar; después, deja de prometer, se sacude, se lo guarda, se mete en su vehículo, y se va.


El antiturista es como todo aquello que se piensa,

o como todo aquello que se deja de pensar.}
parado en una escalera miraba el desmadre ajeno. Uno de los empleados acercándose y diciéndome que no puedo estar parado en las escaleras. Le escuché decir, metalenguaje, que el sitio era para depravarse, usar drogas, follar hetero u homosexualmente, en dúos, o tríos, o cuartetos, meter dedo en culos desconocidos, orinar la pista de baile, vomitar la escalera, robar y violar, etcétera, pero no era para estar parado en las escaleras, porque las discotecas son para pervertirse, y nunca para estar parado en las escaleras, las escaleras son para ser subidas o bajadas, alternativamente, no para detenerse, aunque no molestes, cada cosa en su sitio, todo tiene su función, para pararse en las escaleras está la estatua de la libertad, que para eso pagas el barco que lleva, para pararte en las escaleras, la estatua de la libertad de pararte en las escaleras.
Boston, aburrida. Controlada. Previsible. El sistema comiéndosela. Blues en vivo (...) intérpretes blancos (rítmicos y duros). El guitarrista mostrando su maestría con una guitarra que le guindaba aún el precio. Lo mejor del lugar eran los fantasmas azules que pasaban a los lados, pegados a las paredes (...) La nieve -y con la nieve, un autor de la antología de poesía norteamericana nombrada antes, de quien voy a traducirte un texto (traducir, aquí, significa cambiar unas palabras por otras de un idioma distinto):

de Tom Andrews

CINEMA VERITÉ
* * *
CINEMA VERITE: LA MUERTE DE ALFRED,
LORD TENNYSON
La cámara barrena un espléndido paisaje de nieve: colinas rodantes, largos árboles negros, un río congelado. La nieve cae y cae. La cámara para y encuentra a Tennyson, en una silla de manos, en el medio de un campo de nieve.
Tennyson:
Está nevando. La nieve es como... la nieve es como aspirinas
molidas,
como pedacitos de papel... no, es como vendajes de gasa,
  dientes limpios, lazos de zapatos, faros delanteros...
  no,
Me estoy poniendo muy viejo para esto, es como una enorme
  camiseta mascada por un perro,
es como semen, confettis, tiza, conchas marinas, humo de
madera, ceniza, sopa, trilium, soledad, soñar
  despierto... ¡Oh infiernos, puedes verlo tu mismo!
Eso es lo que odio de la película.
Muere

Perfecto el poema, aunque no la nieve, entrando por los ojos, las orejas, la nariz, la ropa, etc.

No hay otra cosa que quiera ser escrita. Llego al final del viaje con un dato que puede interesarte: me acerqué a la Universidad de Columbia para intentar establecer contacto con escritores neoyorquinos de habla castellana y conocí a un nicaragüense bastante agradable con quien estuve conversando un par de horas; él es director de una revista bilingüe de la universidad, si te interesa (yo le dije que estaba relacionado con escritores venezolanos y canarios) te dejo aquí su dirección (escríbele sin problemas, él es bastante entusiasta con la literatura -escribe poesía- y comparte la idea de que debemos establecer contacto con escritores jóvenes que no hayan entrado en los procesos de mercadeo):
Eugenio Alberto Cano
526 W114 st
New York, NY 853-3907
10025 (212)
Antes de ayer encontré a Slawco, me dijo de una carta tuya enviada para mí.
Suerte, espero los comentarios tuyos a este último trabajo.

P.D. Así: lo que en arquitectura era agotamiento, en teoría política era oportunismo, flacidez; en arte era frivolidad o dominio de lo técnico sobre lo material, que no se buscaba porque, quizá, no había nada por decir; en ciencias sociales era confusión, y multiplicidad de caminos posibles; en epistemología era discusión; en tecnología multiplicación de invenciones hasta el punto de superar las necesidades del mercado; en economía estupefacción al descubrir su pobre poder y lo apenas funcional de sus aplicaciones; en filosofía esterilidad y proliferación ratonil de nuevos términos con viejos significados; en técnica éxitos; en producción y ocio tiempos inmejorables; y en definitiva, desorientación.

EL MUNDO DESORIENTADO.- Extraño la presencia de los pequeños y apacibles chinos, y de los belicosos japoneses, de los delicados vietnamitas, y de los ecuestres mongoles, de los alegres filipinos... tanta occidentalización me perturba... extraño tantas cosas, en realidad.
Entendemos que, para nuestro estudio, es provechoso reindicar cuáles eran esas creencias que llevaba la modernidad; y así, con ello, darle cabida de nuevo a la segunda cuestión planteada en el primer párrafo de este punto de la investigación; creemos entonces, debemos entrar a las bases teóricas:


















QUINTO ENSAYO


MERCURIO VOLANTE CON LA NOTICIA DEL TERCER  MOMENTO EN LA VIDA DE GADITANO ANDRÉS EL PEZ: DE CUANDO LE FUE CONVENIENTE DAR A ENTENDER QUE ESTABA ENAMORADO


Ayer en la noche soñé que había ido a Maracaibo con Luis José, creo que en tren (?). No te había avisado, y así, en lo que pude, bajé de lo que ahora era un autobús de lujo para buscar un teléfono monedero. Luis José bajó un poco más allá porque tenía que ubicar su carro. Mientras tanto te llamé, y fijamos encontrarnos en una plaza, aunque me dijiste que había un problema y te sentí rara por la voz. Luis José y yo caminando buscamos la plaza. Fría y con jardines circulares de matas medianas de hojas anchas y rojas; mucha gente sentada en los bordes de los jardines, levantados éstos entre muros bajos y delgados de cemento. Encontré algunos conocidos, de quienes recuerdo a C* (asimilada a N*, en realidad se parecen), ella me dijo que debías estar por allí. Me senté a hablar con Luis José, curioso por conocerte. Al rato, te veo lejos, y me ves, y te acercas. Estás acompañada por un gordo con lentes y aspecto de estudiante de diseño que me presentas como tu novio (conmigo no te molestes, estoy narrando mi sueño, no soy culpable de lo que pase, si quieres molestarte está mi personalidad inconsciente). Entendí que ése era el problema, y querías hacérmelo saber. Le di la mano a tu novio con naturalidad, como se la daría a cualquiera. Antes te saludé, hablamos corto, nos despedimos, y mientras te ibas me sentí bañado en agua fría, lamentándome de haber venido y sin entender por qué no te llamé antes de viajar.


{FAVOR  NO RAYAR NI ENSUCIAR ESTA GUÍA

INSTRUCCIONES PARA LA AUTOBIOGRAFÍA DIRIGIDA
LEA ATENTAMENTE LAS SIGUIENTES INSTRUCCIONES

I. Escriba a mano o con tinta, usando solamente un lado de cada hoja de papel. Debe regresarnos el número total de hojas que le remitimos aunque no las haya llenado todas.


II. Al comienzo escriba su nombre y apellido, edad, fecha de nacimiento.


III. Debe enviarnos el original que escriba sin pasarlo en limpio.


A continuación escriba aquellos hechos y acontecimientos que considere más importantes en su vida dividiéndolos en los siguientes períodos.

1. Del nacimiento a los diez años.
2. De los diez años a los quince.
3. De los quince hasta ahora.

Describa.

a) Sus principales satisfacciones, preocupaciones, deseos, decepciones, luchas y trabajos.
b) Lo que aprendió, los progresos que hizo, sus intereses principales, servicio que prestó, beneficios que obtuvo, influencias que tuvo sobre los demás.
c) Las cosas que inició y no terminó.
d) Sufrimientos morales y motivos de ellos.
(...)

9 de enero de 1996


Armando Luigi C. 25 años. 05 junio 1970


I. DEL NACIMIENTO A LOS DIEZ AÑOS

I.a.i. Principales satisfacciones:
. El nacimiento. No sé si en aquel tiempo fue una satisfacción, pero ahora, retrospectivo, puedo así llamarlo. Desconozco la vida sin nacimiento, y la satisfacción sin vida, así, no puedo sino acusar de satisfactorio al nacimiento
. La crianza recibida, mi padre a nuestro nivel (el mío y de mi hermana) practicando, religiosamente, cada noche, una guerra de cosquillas (reclamada la acumulación adeudada en las cartas que le envié cuando estaban de viaje)
. En las noches, antes de dormir, apoyaba la cabeza en las piernas de mi madre o de mi tía abuela (vive con nosotros, es mi segunda mamá) y ellas me la rascaban. Satisfacción mayor, extrañada y, cuando puedo, repetida con mis parejas.
. Imágenes de viajes: Disney World, el Cipres Garden, algunos lugares de Ciudad de México, Houston, Los Ángeles, San Francisco, frecuentes viajes en Venezuela. Olvidé, de los viajes, los momentos insatisfactorios. Quedan imágenes limpias.
. Los juguetes (había mayor número en mi casa que en cualquier otra que conocía. Sólo las jugueterías eran mejores) y los juegos, solo o acompañado. Generalmente solo, recuerdo. Me han dicho, no tenía dificultad en abstraerme y jugar.
. Alguna música (Cascanueces, la sinfonía Pastoral, la Tocata y Fuga en re menor de Bach) Films (una versión del Fausto con Richard Burton, Barbarela, me maravillaba la imaginación utilizada. Fantasía y otras películas de Disney). Las imágenes artísticas como recuerdos de viajes. Los recuerdos hechos de imágenes y sensaciones, principalmente sensaciones.
. Libros con fotografías. Generalmente animales.
. Una perrita que, vista a la distancia, era antipática, además de salchicha. Me resultaba simpática entonces.
. Las respuestas de mi padre, diariamente, camino al colegio, cuando preguntaba casi siempre sobre ciencia, historia, etc.
. Las lecturas de novelas hechas por mi padre, todos acostados en su cuarto.
. Las veces que dormí allí.
. Las competencias de dibujo con los amigos de la escuela.
. Los dibujos hechos.

I.a.ii. Preocupaciones

. El final de los tiempos.
. Los recreos, desconectado de la mayoría de los compañeros de aula. Ausentes mis dos o tres amigos no tenía qué hacer.
. Alguna vez, recuerdo, olí la futura separación de mis padres.
. La existencia o inexistencia de Dios (recuerdo pidiendo mensajes divinos: caerme de la bicicleta, un trueno, cualquier cosa)
. La no-religiosidad de mi padre, adoptada por mí, discutida con las maestras de la escuela.

I.a.iii  Deseos.

. Saber
. Entender las cosas
. Jugar
. Dibujar
. Me comentó mi abuela que a esa edad yo quería “ser escritor como Uslar Pietri”. Después olvidé haberlo dicho
. Presidir la ONU y acomodar el mundo
. La no extinción de la humanidad

I.a.iv. Decepciones

. Problemas de adaptación social. Destacar intelectualmente no es una virtud en la escuela. Aunque por irreverente (ya entonces no me intimidaba discutir con nadie, tampoco con las profesoras) no era “nerds”, sino extraño.
. Malo en los deportes y juegos de grupo. Bueno en los individuales.
. Llegó el día en que mi padre no pudo continuar respondiéndome, especialmente cuando preguntaba humanidades

I.a.v. Luchas

. No recuerdo ninguna, de ningún tipo

I.a.vi. Trabajos

. Tampoco. Supongo, a veces, alguna tarea. Siempre he sido descuidado en los estudios. Alumno mediocre. Tiendo a pensar que la enseñanza académica, para mí, es inútil, que aprendo más por labor propia

I.b.i. Lo aprendido

. Lo enriquecedor de los viajes
. Lo enriquecedor de los libros
. Lo molesto de pensar distinto al grupo
. Lo divertido de jugar
. Lo perfecto de tener un padre que puede ser otro hijo suyo
. Lo complaciente del arte, en cualquiera de sus formas. Creo recordar el hábito de la lectura a los ocho años, quizá antes

I.b.ii Progreso

. Supongo, el crecimiento natural físico y mental
. No creo que el pensamiento progrese. Se sabe más o menos, pero no se progresa. Emocionalmente sí hay progreso, pero no se logra pensando, sino viviendo con criterio

I.b.iii. Intereses principales

. Jugar
. Conocer
. Pensar
. Mirar. Observador constante. Niño también

I.b.iv. Servicios prestados

. Comer, y cagar, supongo. Más nada. Crecer

I.b.v. Beneficios obtenidos

. Comida, aseo, cuidado, ropa, etc.

I.b.vi. Influencias sobre otros

. No sé de ninguna

I.c. Cosas iniciadas no terminadas

. El aprendizaje
. La alimentación
. La sociabilización

I.d. Sufrimientos morales y motivos

. Sé que murió un abuelo, pero apenas lo recuerdo
. En una ocasión, mi padre, molesto no sé por qué (rabias imprevistas, aires neuróticos, supe después), volteó mi plato de sopa y yo creí que jugaba (juego bien divertido, el de tirar la sopa que yo no quería). Luego supe que estaba molesto y me dediqué a llorar, callado, como siempre he llorado
. Algunos regaños y episodios, pero con detalle no recuerdo otro
. De la escuela, tampoco recuerdo en estas edades sufrimientos especiales}

La Teoría. El sueño cumple textual o simbólico los deseos inconscientes y resuelve miedos y angustias.

Según esto, interpreto mi sueño:
LOS ANCESTROS DE FREUD.- ¡Jesús, no permitas que nuestro hijo sea burlado por los juegos de salón!
LOS JUEGOS DE SALÓN.- ¡No permitas entonces que la pedantería freudiana entre a nosotros!
LA PEDANTERÍA.- ¡No permitas entonces que abandone mi lugar, parásita de la cultura!
LOS PARÁSITOS.- ¡Jesús, no permitas que nuestros hijos sean burlados por los juegos de salón!
LOS JUEGOS DE SALÓN.- Hacemos lo posible porque los alimentos que se sirven no estén completamente frescos, para dejarles un lugar a ustedes.
LOS ALIMENTOS.- ¡No permitas entonces que abandonemos nuestro lugar, parásitos de la cultura!
LOS PARÁSITOS.- ¡Jesús, no permitas que nuestros hijos sean burlados por los juegos de salón!
LOS JUEGOS DE SALÓN.- Aceptaremos alimentos con parásitos, pero no recibiremos a los pedantes en nuestras tertulias.
LOS PEDANTES.- ¿Están seguros?
LOS PEDANTES.- ¿Nos habían visto tan reunidos como en los salones y sus juegos?
EL PUBLICO (sincero, a veces).- Sinceramente, no.
LOS PARÁSITOS.- ¡Jesús, no permitas que nuestros hijos sean burlados por los juegos de salón!

"..soñé que había ido a Maracaibo con Luis José". Esto no es difícil: Luis josé (Sancho Panza, que físicamente no se parece, aunque tu hablas del carácter -no lo niego absolutamente: pero repudio parecerme al Quijote, quizá porque en el fondo siento el parecido) ha sido mi mejor amigo desde bachillerato,


(Interrumpe uno que llega corriendo con una carta, anuncia que la misma debe ser leída, pues es contentiva de algunos hechos pertinentes, y la lee:)


LA CARTA.-

Valencia, 4 de enero de 1995.


Vuelvo al antes habitual oficio de escribirte con la no muy noble (por lo menos, no desde mi punto de vista) intención de utilizar la escritura como tranquilizante. La consecuencia: no sé si esta carta te llegará algún día, porque tampoco sé si quieras recibirla.


Lo que me quita la tranquilidad es un problema que ni es mío, ni me afecta directamente, pero le ocurre a Sancho Panza (¿lo recuerdas?, tu lo nombraste así) y es para él más o menos cosa grave y a mí me preocupa; más, cuando puedo hacer poca cosa.


Voy desde el principio:

Hace un poco más de un mes Sancho me llamó para pedirme que lo felicitara porque se iba a casar, sorpresivamente, como cuando uno se casa por haber embarazado a la novia. Lo felicité (le tengo aprecio a la ahora esposa) y pensé que como ambos tienen buen carácter, varios meses juntos, y dinero (sus familias, por supuesto) no deberían tener problemas. Despedida de soltero. Ultimas cervezas antes del matrimonio (siempre con espíritu positivo, impuesto por él). Matrimonio Civil. Eclesiástico. Viaje a México y a Puerto Rico. Llegaron de vuelta, y no les he visto la cara a pesar de las llamadas. Hoy hablé con la mamá de él y me dijo que ha estado enfermo de una depresión nerviosa y ahora está bajo tratamiento médico, separado de la esposa.
¡Jóder, lo violaron en el camino!... pero no lo violaron, desgraciadamente, sino que la cabeza no le dio para adaptarse a la "novedad".

¿Cómo a una persona habitual y completamente feliz le puede dar una fuerte depresión nerviosa por algo que, en el fondo, tendría como peor solución un divorcio?; por negarse a ver que lo llegado no era tan agradable como él lo estaba planteando, hasta que su cabeza no pudo sostener el parapeto -razoné yo, y mi razonamiento coincidió con el de su mamá-.


(El de la carta hace silencio para recobrar el aliento. El aliento abre la boca entonces:)


EL ALIENTO.- ¿Es posible que seamos buenos y malos, un rato una cosa, otro rato otra?

DIOS (un poco incómodo).- ¿El problema del mal?
EL ALIENTO.- El problema del mal aliento.
DIOS (con la boca cerrada, soplando aire desde el estómago).- ¿El mal aliento es un problema? (se preocupa)
EL ALIENTO DE DIOS.- ¿Peco al ser malo?   EL ALIENTO.-  A veces sí, es mal visto.
DIOS.- ¿Mal visto? EL ALIENTO.- Desaseo.
DIOS.- ¿Desaseo? EL ALIENTO.- O caries.
DIOS.- ¿Caries? EL ALIENTO.- A la gente no le gusta saber que los demás tienen caries.
DIOS.- ¿Caries? EL ALIENTO.- Huequitos en los dientes.
DIOS.- ¿En los dientes? EL ALIENTO.- Aunque más bien casi siempre en las muelas.
DIOS.- ¿Malas las caries en las muelas? EL ALIENTO.- Sí.
DIOS.- ¿Malas las muelas? EL ALIENTO.- Cuando tienen caries.
DIOS.- malas las muelas... malas las muelas... ¡MALAS LAS MUELAS!

(No hay novedad en el mundo, casi todos llevamos, por lo menos, una muela mala)


Pero no es sólo ésto lo que me quita la tranquilidad [el tener malas un par de muelas, una abajo de la otra, atrás a la derecha], sino su consecuencia inmediata [¿el mal aliento? ¿reparadas?], producto de mi tendencia a generalizar las interrogantes: ¿dónde están nuestros límites [en el número de muelas, indudablemente, y en la posibilidad de recibir éstas las caries sin llegar al tratamiento de conductos], hasta dónde nuestra apariencia de tranquilidad aguanta el cambio de las cosas [hasta el inicio de los dolores agudos y el frío recorriendo la espalda cuando se come algo frío, valga la repetición]?. A Sancho le vino una fuerte depresión por algo que desde mi punto de vista no lo merece [¿un par de caries?], ¿a mí cuándo me llegaría? [¿con otro par de caries?]; y otra cosa, ¿por qué maldita mierda son tan difíciles las relaciones humanas cuando uno se ve obligado a dejar entrar a la otra persona [el odontólogo] en la propia intimidad sin haberlo pedido?, y peor, ¿por qué no se puede estar completamente sólo sin sentir(m)se mal [porque la caries duele, a la larga], a pesar de las ganas que a veces vienen?

Y aquí viene uno de los hilos que une toda este aburrido discurso con el problema de mi amigo: mi novia.
MI NOVIA (Quien hoy me llamó para decirme que había leído las primeras ochenta y cinco páginas de este texto -las que siguen no se las puedo dar a leer- que le habían parecido sorprendentemente buenas, porque el ingenio, la variedad, el humor, las excusas, la atmósfera, etc. eran excelentes, como en Alicia en el país de las maravillas y en Alicia a través del espejo, pero más sofisticado, que le ha gustado más que cualquier otra cosa que yo haya escrito, etc. Yo quiero mucho a mi novia, es natural, además ella es muy bonita, parece una muñeca).- Y yo te quiero mucho a ti.

(Nos abrazamos. EL PUBLICO aplaude)


YO.- ¿Necesito acaso algún otro público?

{II. DE LOS DIEZ AÑOS A LOS QUINCE
II. a.i. Principales satisfacciones
. Esta no es, ni de lejos, la etapa más satisfactoria de mi vida, aunque recuerdo algunas
. La lectura y la necesidad de conocimiento (en aquella época, librescamente -no de libertad, sino de libro-)
. Otra vez, la música (mi padre comprándome -yo tenía alrededor de diez años- una colección de música clásica que salía semanalmente. Música escuchada hasta el cansancio, aunque nunca me cansé. No pudo ser más disfrutada. Siempre he padecido melomanía)
. Las primeras experiencias sexuales. La primera masturbación, leyendo (de nuevo libresco aunque no libre). Hacia los 15 años mi primera relación sexual. Una prostituta, por supuesto. La timidez no me hubiese permitido otra cosa. Llegué al burdel con un amigo, teóricamente él era el valiente (tenía más calle que yo, casero) y terminé empujándolo a entrar. Desde entonces el sexo es uno de mis mayores placeres (creo que el mayor, por lo menos, bien acompañado sí). Disfruto mucho la masturbación y la cópula. Alguna vez creí excesivas mis masturbaciones (lo son). Después, acostumbrado, dejé de preocuparme (“el sexo de Narciso es la masturbación”)
. El cine y la pintura, voyeurismo estético
. Las tardes en el club, leyendo, jugando tenis contra el paredón, o con ocasionales compañías
. Las excursiones (dolorosas, trabajosas, ampollas seguras, a veces sangre, pero no por eso menos satisfactorias) que duraban varios días. Mi padre murió luego, en una excursión y un infarto. Sentir a la naturaleza con intimidad. Gran aprendizaje. Tan valioso, que no temí después viajar solo habitualmente. Perdí el miedo también a muchas otras cosas. Me recuerdo caminando de noche, cuando cada quien tomaba su paso,  mirando los barrancos a cada lado, las piedras y el camino estrecho al frente, la responsabilidad de mis pisadas en relación a mi caída. Peligrosa diversión. Quizá, por eso, instructiva.
. Muy agradables recuerdos de un perico cara sucia que siempre me acompañaba. Se entrenó él mismo, cagaba en un lugar especial, dormía conmigo. El era mi mejor amigo
. Algunas amistades de bachillerato.
. Sentirme atractivo
. Haber ganado en ajedrez, en clase, a un profesor con fama de “saber tanto que sabe a mierda”, inclusive de ajedrez. El profesor molesto. Por supuesto, fue sorpresa. Después fui derrotado
. Era divertido discutir con los profesores para dejarlos sin argumentos. Aumentaba, sin querer, mi fama de inteligente y extraño.
. Los viajes (a Europa, dos, los más recordados de esa época)

II.a.ii. Preocupaciones

. Dificultad en el trato con personas de mi misma edad y sexo. Facilidad en el trato con personas mayores que yo -dos o tres años o más- y con mujeres -afortunadamente. Aunque entonces la timidez -supongo era consecuencia de mi poca destreza social, por las escasas salidas, y por mi antigua predisposición a la introversión- me impidió realizar mis fantasías (sexuales) con las mujeres que me eran atractivas (y a quienes, muchas veces, atraje, a pesar de mi aire extraño, o quizá por él)
. Pésimas (las peores, los más desagradables momentos de mi vida, no por intensos, sino por continuados) relaciones con mis vecinos de cuadra. Yo salía a jugar prácticamente obligado por mi madre (supongo estaría preocupada por mi naturaleza solitaria) y completamente desconectado, ellos manejando sus jerarquías (la aprendida condición de picardía, la maldad como demostración de estatus). Jamás los entendí. Se agredían, me agredían, ambas agresiones innecesarias. Concluyendo, una completa mierda. Jodiendo mi existencia así como nosotros jodemos a los que nos ofenden. Todo un mundo que todavía repugno (por supuesto, aquí desarrollé las sólidas bases de mi sociopatía)
. Represión de mi vida social por mi padre (no sé por qué le molestaba verme ir a una fiesta; probablemente porque él nunca fue hábil en su vida social) y, en consecuencia, imposibilidad de llevar la misma vida que mis compañeros (14 y 15 años)
. Algún balón perdido, algún examen reprobado, alguna mala nota (frecuente) que no quería llevar a la casa (generalmente he estudiado lo menos posible)

III.a.iii. Deseos

. Sexuales, muchos
. Como escribí, necesidad compulsiva de conocer. Curiosidad viciosa. Todavía la tengo. El carácter de El Fausto (en aquella época más que ahora. Me he aburguesado, es decir, ahuevoneado. Sigo curioso compulsivo, lector y vicioso de viajes)
. En consecuencia, búsqueda de un saber absoluto. Inicios (y finales) de mis lecturas filosóficas. A los catorce años había desarrollado un criterio filosófico sólido, a prueba de discusiones. Más de una vez me llamaron la atención por dejar mal a los adultos, que eso no se hace.
. De adaptación social. En aquel entonces no resueltos.
. De independencia (comenzaba a poner mi opinión antes de cualquier otra cosa)

II. a. iv. Decepciones

. La hostilidad gratuita del mundo (gracias, principalmente, a mis vecinos)
. La nueva educación paterna, autoritaria y arbitraria (hasta los diez años no tengo quejas, a partir de, sí)
. La poca sabiduría de los maestros (ya lo había notado en la primaria)
. La imposibilidad (por actividades, modas, y carácter) de ser uno de los primeros de mi entorno social (cuando en la primaria, en cierta forma, lo era)
. El no encontrar un entorno social donde pudiera desenvolverme completamente suelto

II. a. v. Luchas

. ¿Contra qué? ¿Contra el mundo, manejado por mis vecinos? Nunca quise cambiarlos (no a ellos, que por supuesto sí quería otros vecinos, aunque nunca planteado, sino cambiar la forma de ser de ellos) Prefería no verlos
. ¿Contra la estulticia del sistema? Tampoco me preocupaba (ni me preocupa) la estupidez ajena
. ¿Contra la figura paterna? Inconscientemente, y a veces, conscientemente. Contra la autoridad, en cualquiera de sus manifestaciones, lucha burlona descarada. Formaba entonces las sólidas bases de mi rebeldía, cinismo, irreverencia, e insatisfacción. En definitiva, de mi perpetua inmadurez

II.a.vi. Trabajos

. Siempre he sido poco dado a los esfuerzos (supongo que nunca me he visto obligado). Generalmente hago las cosas por placer. Con excepciones (los viajes y las excursiones son esfuerzos placenteros, por ejemplo)
. Soportar a mis vecinos
. Soportar a mi padre
. Soportar mi propia timidez
. Tomar sol, leyendo, en el jardín de mi casa (para verme mejor, como el lobo de la caperucita)
. Con algún examen (no eran las materias mis problemas, sino los profesores. Si no los respeto, estudio menos, es decir, no estudio)

II.b.i. Lo aprendido

. Mucha gente no es agradable
. No siempre los padres son justos
. Tampoco el mundo, como los padres, es justo
. Es mejor andar solo que mal acompañado
. Mostrar la brillantez es malo, hay que aprender a disfrazarse
. La adaptación y la normalidad van juntas
. La cultura ajena molesta a la mayoría
. Un buen libro vale más que mil malas conversaciones

II.b.ii. Progreso

. No imagino cuáles. Expliqué antes mis problemas con esta palabra.
. El único progreso existencial que admito es hacia la felicidad, el sentir mejor a uno mismo y a las cosas que lo rodean. En esta época me sentí peor. En lugar de progreso regreso

II. b. iii. Intereses principales

. Conocimiento
. Vivir
. Pensar
. Mirar
. Experimentar (sexo, cigarrillo, alcohol, fiestas, etc. cosas no probadas antes)

II. b.iv. Servicios prestados

. ¿A quién? ¿A la humanidad? Creo que ninguno. Todavía parasitaba (todavía parásito). A veces, molestando a los profesores

II.b.v. Beneficios obtenidos

. Varios. Educación, viajes, experiencias

II.b.vi. Influencias sobre otros

No sé. Poco me ocupo de ver sobre quién influyo

II.c. Cosas iniciadas no terminadas

. El aprendizaje
. El buen acto del amor (amar, en todos los sentidos, de la mejor manera posible)
. La alimentación
. La asociabilización
. La defecación

II. d. Sufrimientos morales y motivos

VER Decepciones}

LO COTIDIANO.- ¿Quien me busca?, si no estoy, estoy en las agendas.

LA AGENDA (ELECTRÓNICA).- [Para hoy,] 1995/ 3/ 9 THU: Enviar [la] carta [a M* en Maracaibo]. [Llamar] # [a la] casa de bolsa. [Llamar] # [a la oficina de] bienes raíces [a quien le estoy redactando documentos jurídicos]. Devolver [los] CD [a] Ricardo Bello [en el posgrado]. 1995/ 3/ 13 MON: Examen [de] procesal civil. Buscar [un] reloj [que me estaban reparando]. Posgrado. etc.
LO COTIDIANO.- ¿Estoy?
LA AGENDA (ELECTRÓNICA).- Aquí y en todas partes, eres la realidad virtual.
LO COTIDIANO.- ¿Virtual, acaso?
LA REALIDAD VIRTUAL.- Y virtuosa, como las olas en el mar, y las vibraciones de sus (n)algas.
LAS (N)ALGAS.- Flotar... dormir, dormir... flotar.

Supongo que desde afuera cabe la pregunta ¿qué le pasa a éste, de qué se queja?

Allí es donde me uno al problema de Sancho:
¿qué le pasa a aquél, de qué se queja?, o mejor: ¿qué nos pasa, de qué nos quejamos?

Creo que la vida tiene (y otras muchas cosas) su gran virtud como, al mismo tiempo, su peor defecto: ella no es sino lo que uno se representa (o cree) que ella sea.

Es decir, no existen patrones válidos de medición, sino que las valoraciones de lo vivido son absolutamente subjetivas y, por supuesto, dependen del carácter, los gustos, el ambiente, la educación, las esperanzas, y el humor de cada quien.
{III. DE LOS QUINCE AÑOS HASTA AHORA
III. a. i. Principales satisfacciones
. Por fin, la madurez (cierta madurez, la poca que tengo), que puede consistir en la formación más o menos estable de una personalidad (mía), de un carácter (mío), de unas expectativas (mías), de una manera de entender la vida (la mezcla que resulte), de unos sentimientos básicos, etc.
. El desarrollo sentimental y personal  hacia donde me propuse adolescente (seguridad en mí mismo, capacidad de observar y comprender multitud de situaciones, etc.)
. El buen manejo de un mecanismo de expresión (la literatura, y la palabra en general)
. Tranquilidad con el mundo (aunque cínica y burlona, poco participativa, desconectada)
. Cercanía de personas valiosas (la familia salida de las propias manos: los amigos, las parejas, las amigas, etc.)
. Facultad de desechar lo que me molesta (sociabilizar con personas desagradables, por ejemplo). La capacidad de ser indiferente o estar ajeno a ambientes molestos (el último, la universidad, se ha ido)
. Buen humor como estado de ánimo habitual (es difícil lograr molestarme. Lo que me fastidia lo echo a la mierda, definitivamente, si puedo)
. Inicios de estabilidad económica (aunque en nuestra economía eso no existe. No puedo completar mis expectativas, que incluyen viajar con frecuencia; prefiero un trabajo que me obligue a)
. Cierto nivel de cultura (comprobado en los ambientes “culturales”)
. El desarrollo de una obra literaria propia
. La desaparición de la voz de la conciencia
. La desaparición de la timidez, absolutamente
. El dominio de las relaciones sociales (tanto, que mi máscara de flirteo es la sinceridad. Máscara sincera. Paradójico, pero válido)
. La completa satisfacción con mi propia persona (tengo que ocuparme de mi autoestima, generalmente para bajarla) y la nula necesidad de demostrarlo
. La indiferencia por la opinión ajena (salvo personas cercanas. Mientras más se depende de la opinión que de uno tienen los otros y menos de la propia, menos feliz. Y al revés, por supuesto)
. La casi completa independencia

III.a.ii. Preocupaciones

. Una grande, mi situación laboral. Necesito un trabajo en derecho internacional. La diplomacia, para mí, es el único trabajo interesante.
. El alto nivel de exigencia que tengo para las mujeres. No conozco, hoy, alguna que me mueva. Me acompañan dos mujeres atractivas e inteligentes (con seguridad), pero no hay enamoramiento. Probablemente el “luto” de Virginia, como me dijiste
. El haber terminado con Virginia, prueba de la fragilidad de todo. No por necesidad de volver, sino por poner en entredicho cualquier relación amorosa prolongada.
. El progresivo deterioro de nuestra economía. Conmigo encerrado
. Desde hace unos meses he ido perdiendo todo lo que tenía. Desde el carro hasta la computadora, pasando por las amigas
. Sentirme un débil muñeco de una divinidad mucho más descarnada que cualquiera (¿es el dios de los leones un león?) El no-azar que puede transformar mi vida utilizando segundos, minutos, horas, días, años, o lo que prefiera. De otra forma, concepción helénica de la divinidad, sujeto a los caprichos injustificados de los dioses. No veo normas de conducta claras, no respeto al decálogo, ni al Corán, ni al Tai-chin. Moral autoconstruida, reconstruyéndose permanentemente

III. a. iii Deseos

. Uno principal. Llenarme de recuerdos (buenos, prefiero). Vivir con cierta intensidad (bien, prefiero). Huir de la monótona cotidianidad (aunque buena, hace parecer los meses días y los años meses. El más grotesco de los símiles). Viajar, como mecanismo de tranquilizamiento
. Continuar desarrollando mi obra literaria
. Permanecer viviendo (adentro, conociendo, sintiendo)
. Mantener la facilidad para encontrar parejas, y guardar los buenos amigos que ya tengo
. Prolongar mi buen ánimo, aún volteadas las cosas, y devenga en pordiosero (experiencia extraña e intensa, fuerte, aunque desagradable)

III. a. iv. Decepciones

. Cruelmente engañado con fraude de un falso embarazo, por una mujer que yo no quería como pareja. Me casé aclarando que no iba a vivir con ella. Bonito matrimonio. Y maduré diez años en una semana, perdí inocencia, cara bondadosa, disposición a cooperar, candidez, ingenuidad, etc. Y aprendí a participar en las cosas sin participar, mecanismo de prudente defensa, luego convertido en esquema de vida (afortunadamente permanezco tonto y abierto con las personas cercanas. La confianza me tranquiliza, y la tranquilidad anula la distancia habitual) A veces acusado de seco, antisocial, que veo el espectáculo de las gradas (dicho por un homosexual de quien alquilé habitación en Barcelona, supongo que molesto porque no me quería ir con él a la cama -creo que no se me hubiese levantado, es difícil imaginar acariciar unas nalgas peludas), que es raro verme suelto, etc. Acusaciones que poco me preocupan, sinceramente. El fraude ocurrido a los dieciocho años. Poco después, una satisfactoria relación con una mujer diez años mayor que yo, en Caracas. Aprendí lo que me faltaba
. Sentirme mejor desde la separación de mis padres. A los diez y seis años. Más aire, más libertad, más independencia. En general, bienestar

III. a. v Luchas

. Continúo escéptico y antisolidario. Las Luchas me molestan. Descreo de los grandes proyectos y discursos. La experiencia enseñándome a disfrutar y vivir el instante. No hay más. Lo que queda son palabras. La literatura, además, me ha enseñado a descreer de las palabras. Las Luchas son disfraces de pícaros o fantasías de ingenuos. Y no soy pícaro ni ingenuo

III. a. vi. Trabajos

. El esfuerzo de graduarme en una universidad que, por muchas razones (abusos de autoridad, desidia, incapacidad generalizada, mediocridad legitimizada, ignorancia y mala educación como maneras correctas de trato, retrasos crónicos, etc.) despreciaba íntimamente
. Trabajar en un oficio que de vez en cuando obliga a tratar, sonriendo, al ambiente del punto anterior
. Ocuparme de unos artefactos y vehículos dados a dañarse

III.b.i. Lo aprendido

. VER Satisfacciones
. Muchísimas cosas, en realidad. Tantas, que me da pereza escribirlas

III. b. ii. Progreso

. Me siento mucho mejor con cada cumpleaños, no tengo de qué quejarme

III. b. iii. Intereses principales

. Vivir una vida que, cuando viejo, pueda decir sinceramente que no perdí el tiempo. Creo que más nada

III. b. iv. Servicios prestados

. Si hice alguno, fue inconscientemente. No era mi intención. Pido disculpas

III. b. v. Beneficios obtenidos

. Sólo los que me he procurado. Además de los que han llegado por azar

III. b. vi. Influencias sobre otros

. Algunas parejas han absorbido seguridad en sí mismas desde mí, también gusto por el arte y parecidas tonterías
. Algunos conocidos han querido copiarme. Pobres

III. c. Cosas iniciadas no terminadas

. Todo lo que hago. Espero no dejar de escribir, amar, follar, mirar, comer, bañarme, vivir, fumar, beber, caminar, etc.

III. d. Sufrimientos morales y motivos

. Principalmente los problemas familiares. La innecesaria represión. La paternal molestia en mi proceso de sociabilización. Afortunadamente, luego del divorcio, salía por lo menos dos veces por semana con los amigos. Fiestas, generalmente, de los 17 a los 20 años. El interés principal era conocer mujeres
. El sinsentido matrimonio. La sensación de haberme jodido la vida por usar mal el sexo. La justificada autoacusación de estupidez
. Un enamoramiento inmaduro (el peor estado de ánimo es el del enamorado no correspondido) de una admirable amiga (una de las mujeres más hermosas y con más personalidad que he conocido) Hace poco supe que ella era más inmadura que yo. No comenzó una relación conmigo porque yo no usaba el pelo largo ¡Joder!
. Terminar con mis parejas siempre es doloroso, como la mayor parte de las cosas buenas que terminan}
Sancho es (o era) para mí, un modelo de habilidad en la forma de entender la vida: alegre, nunca mal intencionado, jamás envidioso, dispuesto a ayudar en cualquier momento, etc., en verdad, una persona, en el aspecto de lo que se admite como alguien bueno y feliz, excepcional.
El que a Sancho le haya venido una (bla bla bla bla ...)
Viene entonces la pregunta ¿está el modelo mal enfocado?
EL MODELO (buscando enfoque).- Debo hablar con Sancho antes de responder, y aprovechar mi viaje (dentro de tres días) a Nueva York para ver cómo regreso de la cabeza.

Lástima que no podamos hablar personalmente, no sé si continuaré esta carta cuando regrese, espero estés bien, te quiero mucho,

PS: Espero no haberte aburrido con tanta tontería.
PPS: Sé que no, no te preocupes.
PPPS: Esta carta no es para ser devuelta, pero si lo haces, me gustaría muchísimo, y no por estar trabajando una manera para volver a estar contigo, no es esa mi intención.
PPPPS: Aunque si ocurriera, quedaría bastante bien.
PPPPPS: Mentira, tómalo como quieras, un abrazo fuerte, que te crujan los huesos. Creo que ¡Feliz Año 1995! toca ¿no?

* * *


A veces me parece que las coincidencias están previstas, no sé dónde, pero previstas.

Hoy (26 de enero, o algo así) he recibido la que creo es la más hermosa carta que me haya venido alguna vez, y esa carta es tuya; no tiene fecha (como explicas), yo no la podría fechar, y de cualquier forma no importa fecharla o no (excepto porque no ha sido escrita recientemente), porque lo importante es su dulzura, y la evidente verdad de que pretendiendo hablar de mis virtudes, hablas de las tuyas.
Es tan sincero lo que escribes, tan indudablemente espontáneo, que he quedado admirado de tu belleza interna (aunque ya la conocía desde que estuvimos juntos, pero no por eso me admiro menos cada vez que se muestra), la que llega de leer lo que has escrito, o mejor, lo que has sentido, porque sólo puede sentir lo que has escrito una persona de una calidad interna excepcionalmente hermosa, y por suerte, esa persona aquí eres tú, y para mayor suerte aún, la persona a quien la carta está dirigida soy yo, diciendo exactamente lo que alguna vez quisiera yo ser como pareja, hablando como si ya lo fuera, lo que me ha traído tanto orgullo que no sabes cuánto lamento no tenerte cerca para abrazarte, por un largo tiempo, con todo el cariño y el "estar bien" que me has hecho sentir. Y el abrazo estaría hecho de admiración hacia ti mucho más que de deseo.
De verdad, te mereces más de lo que cualquier persona es, independientemente de quién sea.

Las coincidencias que veo: el que yo te preparara una carta cuando tú me preparabas otra y ninguno de los dos esperaba carta del de más allá.

La ironía de comparar lo que dices que soy, con la primera, e insegura, mitad de esta carta mía.

"Te recuerdo junto a mí, tu respiración profunda, tu presencia fuerte, que se queda -aunque salgas 30 min. a comprar vino y perderte en las calles-; tu presencia que aún se sentía en el autobús de regreso a Maracaibo, cuando nos vimos por segunda vez en Mérida, tu fuerte y agradable presencia.

(...) eres aquel bosque que conocimos juntos, que se me parece a ti...
Y se me parece a ti porque tiene tantas cosas y es tan sencillo a la vez (...)" etc.
No comento tu carta porque en la introducción escrita hace cuatro días me pediste que no lo hiciera... y no lo hago, aunque me piquen las manos.
Te quiero muchísimo, como conocida, amiga, novia, esposa, viuda, como lo que sea, porque conociéndote he encontrado a una de las personas más puras y, al mismo tiempo, menos ingenuas (como tu dices, en algunos los antónimos parecen poder convivir sin problemas) que he visto en todo lo que he podido ver.
Me encantaría verte, lástima que la distancia no nos permita solamente vernos cuando nos queremos ver.
Me pides no hablar mucho de estas cosas, te complazco cambiando molestamente el tema:
{
(...)

Por último exprese sus opiniones generales sobre:

1) Su físico, que le parecía antes y qué le parece ahora?
Qué cosas le gustaría cambiar en este sentido?
Sólo he sentido problemas con él a los doce años y sus alrededores (no me gustaba mi nariz, ni mi pelo, ni mis dientes) Hoy poco me preocupa. A veces, mucho crecimiento de la barriga. Supongo es la cerveza
2) Su propio yo (su manera de ser, su manera de actuar, su carácter)
A veces tomo demasiado. Utilizo el ingenio para producir un humor ácido que no todo el mundo disfruta. Me siento algo indiferente por la mayoría de las cosas. Del resto no hay quejas de mi mismo
3) ¿Cómo se lleva con sus familiares y ellos con usted?
Generalmente bien. A veces mi mamá amanece fastidiosa, agresiva.
4) ¿Cómo se lleva con sus amigos y conocidos y ellos con usted?
Bastante bien. Gran respeto mutuo y disfrute de la compañía. Nos divertimos bastante cuando salimos, y hay mucha confianza entre nosotros
5) ¿Cómo se siente y cómo se comporta con los desconocidos (personas a quien Ud. considera superiores en edad, prestigio o inferiores).
En general no establezco comparaciones. Las superioridades son fortuitas, y más aún las jerarquías, en general. El esfuerzo tiene méritos si uno aprecia el empeño y la voluntad. Cuando el empeño y la voluntad son entendidos como sentimientos iguales a otros (por ejemplo, el altruismo, o la maldad) la posición en las jerarquías desaparece. Cada quien según sus necesidades, conclusión final
6) Cómo reacciona ante el miedo y el peligro (entre cosas, personas, o ideas)
Al miedo pocas veces lo siento. Sólo acompañado de la sorpresa (prendo la luz y un ratón corre en la cocina), o amenazas físicas reales (un mal piloto manejando a alta velocidad en un carro que ocupo). El miedo sicológico creo que lo desconozco
7) Cuáles son sus distracciones favoritas
Escuchar música leyendo o escribiendo. La principal, hacer el amor. Buen cine. Buenas conversaciones. Caminar viajando. Buena compañía
8) Qué concepto tiene de la vida: cuál le parece que es su papel en ella? Cuáles considera sus obligaciones principales?
“Los hombres son la medida de todas las cosas” Protágoras
“Todo en la vida es sueño y los sueños sueños son” Calderón
9) Qué piensa de la muerte?
¿Qué puedo pensar? No sé nada
10) Cuáles son sus principales intereses en la actualidad?
Resolver mi asunto laboral, principalmente.
Continuar bien acompañado. Llenarme de vivencias.
Continuar mi obra literaria
11) Qué piensa del amor y la amistad?
De entre las relaciones humanas, las más valiosas.
De entre las vivencias, las más valiosas
12) Qué opina sobre el matrimonio?
La apuesta más delicada
13) Qué opina sobre la religión?
Una manera de entenderse parte del universo. Sentir comunicación con la divinidad. Desgraciadamente, no me convencen los dogmas, y tiendo a ser escéptico con las religiones, aunque no con la existencia de Dios, de la cual no dudo (un par de experiencias me la han mostrado, golpeándome el entendimiento)
14) Qué opinión tiene usted sobre las diferencias raciales?
Las diferencias raciales son una de las mentiras más crueles del devenir histórico
15) Cuál es su concepción de la democracia?}

El problema de Sancho: las cosas están volviendo a la normalidad, aunque él recibe aún algunos tranquilizantes, el tratamiento le resultó bastante bien, y ha comenzado a estar de nuevo con su esposa.


En relación a mí: las cosas volvieron a la normalidad (las visitas volvieron al lugar de antes y las preocupaciones por el futuro dejaron de estar).


Y en relación a la carta: no tiene otra cosa que terminar con la imagen tuya y la buena sensación que me viene al recordarte. De verdad siento muchísimo cariño, mayor que el sentido por cualquiera de las otras mujeres por quienes he sentido amor, supongo es culpa tuya.

Y dejo hasta aquí lo escrito por no caer en recordar los ¿viejos? tiempos, que no tiene sentido, como dijiste.

Muchísimas gracias por haberme enviado la carta, fue un gesto tan noble como delicado, propio de ti.

EL POETA (animado).- Digno esto de ser celebrado y cerrado con un buen poema, traducción mía:

De Charles de Orleans


CAUSA Y EFECTO


No hay fuego sin humo,

Ni melancolía sin pensamiento,
Ni bienestar sin esperanza,
Ni alegría sin placer,
Ni amanecer antes
de haber anochecido.

Carcajada sin risa,

Suspiro sin recuerdos,
Querer sin ardiente deseo,
Duda sin contento roto.
Es cosa probada:
No hay fuego sin humo.

Te quiero muchísimo, ya lo sabes, espero estés siempre bien.


He dicho todas mis frases;

Que los sabios las enmienden,
Lo digo según conozco:
No hay fuego sin humo.





* * *

{Creo que 28 de enero de 1996
No hay fuego sin humo. No hay agua en mi casa. Hoy a medias bañado. Comenzar yo, y terminar ella, el agua. Comenzar un baño no terminado. Por suerte, no llegué al champo. Lavados huevos, brazos, y manos. Las últimas inevitablemente, lavando a los demás.
Tres días y la cabeza volviendo a su lugar. Algo de aire. Lo dolido convirtiéndose en recuerdo, suavizado. La depresión está por irse. De ella, quedando los recuerdos de lo sentido (el peor sentimiento que conozco) y unas cortadas en una mano, gesto ebrio y torcido de sincera, y por reconocida, disfrutada,  autodestrucción. Hace un par de días, ebrio y torcido, como te escribo, en un baño, con mi llavero que es una navaja pequeña, cuatro cortadas en el dorso de una mano. Quería ver sangre mía. Me corté pero no hubo sangre. Cortadas pequeñas. Al día siguiente el gesto ebrio y torcido olvidado. Sorprendiéndome al recordar, mirándolas. Entre risa y susto, por la cercana locura. ¿Alguna vez me imaginé cortándome en una mano por el simple y grotesco gusto de hacerme daño?}
Y así:
"Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo". La frase no es mía, pero se quiere repetir en mi cabeza desde hace unos diez minutos.
Espero no morir, pero si lo hago, quisiera hacerlo en París, como Vallejo, sin saber del aguacero, pues me supongo moribundo desinteresado por la meteorología.

El desvarío es virtud de locos, la locura virtud de gente insatisfecha, el deseo insatisfecho virtud de tontos, y la tontería  virtud de aquellos que, queriendo decir mucho, no pueden sino decir poco de lo mucho que quisieran, y que, por no poder, no dicen. Y así, por loco, insatisfecho, tonto, y amordazado, no puedo sino desvariar ahora que te escribo.


Hoy has estado en Maracaibo y en Ciudad Ojeda, en los Registros, también has estado dentro del teléfono, en una conversación que llegaba hasta Valencia, y antes y después, has estado dentro de mi cabeza, y afuera, cuando te he recordado, has estado allí, mientras yo te miraba recordada.


Tocarte, por teléfono, aunque no tanto como en la vida real, es siempre placentero; y escucharte, por teléfono, aunque tampoco tanto como en la vida real, es siempre animador... ¿de dónde sacas tanto espíritu?, puedo escucharte aunque estés callada, y sigues estando allí aunque te hayas ido,  estas dos frases son las que mejor te describen, si de alguna forma es necesario describirte.

{¿Describir a Magly? Alta. Flaca. Cabello largo y negro. Buen pecho y trasero. Bastante inteligente. Ella, no el culo. Bonita nariz y bonitos ojos. Bonita cara. En general. Quizá le falta algo de barbilla. La boca destacando. Grande. Muy bonito sexo. Aunque algo estrecha. O yo un poco grueso. Generalmente le duele cuando entro. Cariñosa. Habladora. Inestable. Recuerdo la curva de la espalda. La cintura delgada. Terminando en el buen culo. A veces infantil. A veces no. No el culo. Ella. El culo nunca. Cuello delgado. Cabeza redonda. Buena educación. Aunque maracucha. No se ha preocupado en saber mucho de nada. Quizá de derecho. No le he preguntado. A veces hace mucho ruido. Pero no suena cuando duerme. Yo al revés. No sueno despierto sino dormido. Roncando. Dice ella. Salta suave cuando comienza a dormir. Brinquitos cortos. Salta muy fuerte en la noche. Muy pocas veces. Sentándose en la cama. Desubicada. Con miedo. Me levanto, por su brinco, y le digo que no tenga miedo. Que estamos en Mérida, o Quíbor, o Caracas, o Apartaderos, o donde sea. Que está conmigo. Que no tenga miedo. Ella se calma y se vuelve a acostar. Le doy un beso en la frente. O en la boca, y hacemos el amor. O no lo hacemos, según las ganas. Y esperamos hasta la mañana. Es difícil hacer el amor cuando hay mucho sueño. Más bien incomoda. Muchas veces me sorprende. Entregada. Cuando le da la gana. Como todos, supongo. Nobleza. Mucho más de la normal. Divertida. De humor no muy rebuscado. De humor algo simple, más bien. Pero humor agradable. Buena besando. Aunque no es de las mejoras bocas que he probado. Descuidada con el trabajo. No se preocupa gran cosa por el dinero. Afortunadamente. Cuidadosa con los estudios. El tercer mejor promedio de toda su universidad. Universidad grande. Supongo su promedio por inteligente, principalmente. A veces nos hemos encontrado en sus épocas de exámenes. No le importaba. Muy buena conversando. Sobretodo en la cama. Lo que no es haciendo el amor. Suavemente torpe. Pero lo olvido recordando su persona y su cuerpo. Que disfrazan bien. Aunque a veces no tanto. Y me molesto cuando quiere ir al baño después de irse ella y cuando me toca a mí. Casi nunca se lo digo. Se pone triste. No se da cuenta. O se hace. Quizá porque, como dije, muchas veces le duele. Pensando, si fuera en la cama como mis ganas sería perfecta esposa. Es muy cariñosa. A veces bastante dulce. Más de lo que acostumbro. Aunque está bien. Maravilla su facilidad de adaptación. Excepto en reuniones de intelectuales. Que no abre la boca. La abre después, para burlarse. En realidad, tiene mejor sentido del humor del que dije arriba. No sé si es absorbente. Nunca hemos pasado la cotidianidad juntos. Esto ayuda, creo. La no cotidianidad. Intuitiva. Conmigo sincera. Clara. Normalmente se ocupa en parecer normal. Tanto, que alguien normal no nota que ella no lo es. Normal significa que se divierte con lo que a la mayoría. Comparte los temas de conversación. Aunque se esté durmiendo. Muy sociable. Alegre, aunque se sienta distinto}
Te debía esta carta, hasta que me la has pedido diciéndome que una tarde estuviste esperándola.
Te debo, más bien, no esta carta, sino todas las cartas y todo lo que pueda yo pensar relacionado contigo, que es mucho, y frecuente, y valioso para mí y, por lo tanto, inevitable, loco, insatisfecho, tonto, y amordazado.

Estoy sintiendo extraña la forma del tiempo, diez segundos son cinco minutos, y al revés; cada pensamiento tarda más de lo que debería, como si hubiese algo de contemplación, de rezo, en lo que estoy por decir, y al revés, de nuevo.

La contemplación está en lo recordado, el rezo en lo que debería decirte, la detención del tiempo... en ti misma, que vienes a ser esto último cuando te recuerdo.

¿Qué te escribo?

O mejor, ¿qué se puede escribirte?
Nada, pensando, nada. Porque contemplar es detener las imágenes para regodearse uno con ellas, y el regodeo no fluye, sino regodea.
Y el regodeo, cuando es de recuerdos, de alguna manera tiende a poner triste.
Y la tristeza no es buena, ni alegre, ni divertida, sino, más bien, triste.
Y como no soy ni quiero ser triste, aunque sí regodeador, me regodeo con tus recuerdos sin ponerme triste, contradictoria, pero lógicamente, porque ¿cómo entristecerse por los buenos recuerdos?, de los malos sí, es justo entristecerse, pero ¿de los buenos?
Nuestra separación no justifica el entristecimiento, pues, una vez, creo, te escribí que, pensando así, no se buscaría lo bueno, para evitar el entristecimiento al no encontrar la repetición. Estos razonamientos no son sino maneras de desviar mis ánimos, mi extrañeza.

De cualquier forma, siempre está el deseo grande de volver a verte. Y si llega tu pasantía en Caracas (según Francisco, no es difícil), creo que no es lejana esperanza.


{Algún suave aire indio. No sé dónde, en algún lugar. Quizá los ojos algo chinos. Tiene también un bonito lunar cerca de los labios. Los de abajo. La piel firme. Parece goma. Oscura la habitación, es lo mejor de su cuerpo. De día, lo mejor de su cuerpo es mirarlo. En especial, la curva de la cintura cuando está arrodillada y con las manos apoyadas sobre la cama. Y sus nalgas. Conmigo se interesa por tonterías artísticas. Hasta que se cansa. Le da hambre o se quiere tomar un jugo a mitad de museo. Me da risa. No le hago caso. Termino la exposición. Es de naturaleza antiturista. Apenas si salimos de las habitaciones para cenar. Pareciera quererme mucho. Conmigo perdió la virginidad. O ganó el sexo. Hace cerca de dos años. Aunque una vez, sincera, me dijo que intuía que jamás íbamos a tener una relación definitiva. Matrimonio o algo parecido. Yo le pregunté por qué. Me dijo que no sabía, que lo intuía. Yo también lo intuyo. Lástima. Es una hermosa mujer. Pero no pedí yo la fragilidad de todo. Como dije arriba, un tanto ridículo con la depresión. Al final, jamás sé lo que viene. Tampoco ahora. Tiene buena escritura. Suave, como el sabor de su vagina. Y su olor. Huele poco. Sabe bien. Hasta su saliva. Puedo besarla en la mañana sin cepillarnos los dientes. Como ven, no tiene mal aliento. Los dedos largos. En general, es alargada. El tórax, sobretodo. El cuerpo según Modigliani. Tiene una virtud especial para asumir problemas. En especial familiares. El padre que desapareció de la casa tres o cuatro años y ella que no le agrede, cuando habla de él. No ha tenido una vida fácil, aunque tampoco particularmente difícil. Alguna vez, ido el padre, problemas económicos de la madre para mantener bien a las tres hijas. Siempre preocupada de la educación de ellas, pagando liceos privados aún en los malos tiempos. A veces Magly trabaja, pero no por necesidad. Excelente educación. Imposible descubrirle gestos vulgares. Ni en la mesa, ni en la calle, ni en la cama, ni en su grupo. Muy correcta hablando. Criterio amplio. A veces lo practica. Se mantuvo conmigo aún sabiendo de mi novia. Un tiempo. Seis meses, alrededor. Me dejó cuando alguien la cortejó bien. Un año. Terminó después con él y volvió conmigo. El ex novio, medio psicópata, yo no. Creo que por eso volvió conmigo y terminó con él. Nos mantiene unidos el gusto. No hay responsabilidades. Situación indefinida, pero agradable. Por sincera, sobretodo. Muy buenos recuerdos con ella. Siempre hemos estado bien juntos. Dos o tres problemas en casi dos años. Comenzamos escribiéndonos. Ella enamorada de mí por cartas. Yo agradecí la literatura, por primera vez. Antes, cuando me conoció, en un congreso de estudiantes de derecho, no quiso tener nada conmigo. Ella no estaba de ánimo. Yo sí. Juntos en la noche, en el día apenas saludaba, cuando estaba con su grupo. Gregaria e infantil, como escribí. A veces. Después me llamó desde Mérida. Más o menos tres meses después. Alguna vez que fue allá, lugar del congreso, y me recordó. Y comenzaron las cartas. Le he escrito más que a cualquier otra cosa. Causa, suena mejor. Cosa es como de objeto, dicen. Más de seiscientas páginas. No todas buenas. Algunas sí. Mucho hablar, de cualquier cosa, como cuando estamos juntos. Las cartas hablando mudas. Muchas. Ella me ha escrito más que yo}


* * *


Hoy es cuatro de marzo de mil novecientos noventa y cinco, han pasado dos meses de carta, un viaje a Nueva York, una vuelta a la normalidad, algunos exámenes finales, varias páginas de escritura, más que varias páginas de lectura, sesenta almuerzos, ningún desayuno, muchas cervezas, suficientes temblores de tierra, una despedida de un trabajo al reclamar por un cheque que no te llegó a tiempo, unos días en los Andes, más de seis conversaciones telefónicas contigo, unas tres o cuatro películas, variadas asistencias a cursos y posgrado, etc.


Ahora está pasando, como los sesenta días, el Claro de luna de Debussy, en un par de audífonos colgados de mis orejas, ¿cuántas cosas faltan por pasar?.


La carta está terminada, sólo falta el envío.


La leí. Es gracioso el cambio en los estados de ánimo. Acabo de matar a dos zancudos que estaban haciendo el amor, no sé si por zancudos o por envidia.


(Quien trajo la carta, una vez leída, como acaba de ser, se va)


EL PUBLICO (reducido).- ¿A dónde vas ahora, narrador?

{¿A dónde voy? -Al sitio de donde vengo. Pienso. Termina aquella carta casi un año de vieja y con ella, aquí
dejar mi segundo libro y el de ensayos en unos concursos. Diez mil bolívares en fotocopias. Joder.
Recoger un dinero en la inmobiliaria. Diez mil bolívares, también. Llamar a Israel Centeno (un amigo escritor, la cabeza dañada, dependiente de calmantes, divertido, barbi-túrico, o barbi a secas, nombrado) para saber de él y de la publicación de mi segundo libro ofrecida por él. Así, no más concursos. Dinero ahorrado. ¿Te dije? Me llamó Ricardo Azuaje (otro amigo escritor, lo contrario a Israel, éste, Pequeña Pirámide de Amor, de carácter suave, muy buena conversación, a veces participa bien en nuestro humor ligero) para saber si la novela terminó. La quiere publicar. ¿Quién esperaba ésto publicado? Todavía no está. Subsidio del gobierno necesitado. El subsidio, no el gobierno. Aparentemente, los están dando. Si es verdad, dos libros míos este año. Quedo sin obra inédita. O sin nada que escribir. Es igual.
¿Qué más?
Llevar a reparar la moto. ¿Podía estar buena? ¿Te dije? El jeep (el que usamos, además del Renault) se suicidó. Se quemó solo. Lo vendí. Lo están reviviendo, pero feo, extravagante, rines, alfombra, etc., ya no es mi jeep, ya no está hecho mierda, como él era natural. Ahora es otra cosa. No es el jeep.
Leo. Escribo. Principalmente porque no soy analfabeta. Trabajo. Bien. Satisfecho. Buen ambiente. Buena remuneración. Buen trabajo. Quiero guardar para viajar. Pienso en Canarias. Si mantienes el ofrecimiento. Antes, un paseo por Aruba. Se vence en abril el pasaje. No conozco Aruba. Escríbeme recomendándome. Hotel Tamarín cien dólares dos días. Con comida. ¿Pueblos? ¿El Hierro? una islita de montañas, en África. Cuatro horas en ferry desde Tenerife. Un amigo en Tenerife. Si voy lo veo. Lo vemos. Es escritor también y campeón de bicicleta montañera también también. Él. Yo no tengo bicicleta. Ni carro. Uso el de mi mamá. No me quiero comprar. Pago el teléfono y las reparaciones y lo uso cuando ella no. Que es casi siempre. Como te dije. Prefiero gastar viajando
¿Es mi cabeza de natural sequedad? Parece. Soy de cabeza seca.
Primero de febrero de 1996. Un enero raro. Toqué fondo y techo... paredes, jardines, puertas, ventanas, etc. Toqué todo. Volví con una mujer, terminé con otra, volví a terminar con la que había vuelto y a volver con la que había terminado. Además, durante, quince días de rotura adentro. Desnudez. Fragilidad. Feo. Dar la vuelta al mundo en quince días, para terminar adonde estaba, adonde estoy. ¿Para qué el viaje, entonces?
Buen humor, vuelto; el pensar que en otro lugar están pasando cosas más interesantes, vuelto también. Como ves, soy yo otra vez.
¿Qué guardas hoy, tu?
¿Qué hay dentro de la mujer de más rápida cabeza que he conocido?
¿Sigue pegada a tu cuerpo, o ya se fue?
¿Dime dónde, en qué país
está Flora, la bella Romana;
Archipíades, nacida en Taís
qué fue de su prima alemana;
Y el eco, hablando cuando suena una mano
sobre los ríos o bajo los estanques
cuál belleza fue más que humana?
¿Pero dónde están las nieves de antaño?

¿Dónde está la sabia Eloisa

para quien ser casta era todo,
Pedro Esbaillart en San Denis?
De su amor siempre probado.
Pareciera, ¿dónde está la reina
qué hizo de Buridan
 lo mandó en un saco al Sena?
¿Pero dónde están las nieves de antaño?

¿La reina Blanca, como la lis

quien cantaba con voz de ángel,
Berta la urraca, Beatríz, Alis,
Haremburguis, que pintó el Maine,
y Juana, la bella Lorenesa
Qué inglés grita en Ruán;
Dónde están, Virgen soberana?
¿Pero dónde están las nieves de antaño?

Príncipe, no preguntes

dónde están, ni de estos años,
que esta frase deje tu espíritu
¿Pero dónde están las nieves de antaño?

Disueltas, supongo. ¿O están allí?

¿Hubo, antaño, nieves?
Hubo, ayer, en el cumpleaños de Luis José, tequila, una muy bella mujer allí aparecida, bella como pocas veces se ven, su esposo, y su padre, dándome una despedida graciosa, con risas. Mías, porque de ella, risas difíciles  escuchando los gritos de su padre, que fue lo escuchado al subir yo al carro, veinte metros y una pared intermedia, porque siendo las cinco de la madrugada y estando su esposo dormido desde hacía rato, prefería ella continuar hablando conmigo, con el cuñado de Luis José como persona interpuesta, antes que cumplir sus deberes de esposa, barquisimetana, de buena familia, además. Por eso los regaños del padre. El qué dirán, quizá. Con más tequila y soledad hubiésemos acabado en la cama. Yo regalaría tres dedos de la mano izquierda por hacerlo. En algún momento ella me preguntó si la estaba retando, que si no estuviese casada aceptaría el reto. Joder. Los ojos color miel. La cara allí, no más lejos que mi mano abierta. La cara tan perfecta que parecía sueño. Tortura no poder besarla. Además, afinidad natural. Muñeca inteligente, abierta. Se vuelve siempre. Se busca lo mismo. Y así, conversaciones después, terminó la fiesta con su padre esperando mi ida (pedida por Luis José, para evitar problemas) para gritarle a ella apenas cerrada la puerta. Joder con el padre. Joder con el esposo. Parece difícil de dominar, la muñeca. Joder con encontrar una mujer como esa, allí, así, y no en otro lado. Mujer llegada sin avisar, para dejarme deseándola, riendo, escuchando los ruidos del padre, y sabiendo muy difícil (casi seguro no) volverla a ver. Porque soy pasivo y (¡lamentos!) no la voy a buscar}

"... No te había avisado, así que bajé de lo que ahora era un autobús de lujo para buscar un teléfono monedero". Esto, como autor del sueño, me trae más de una interpretación. La primera es ésta. El autobús me lleva adonde estás. No me esperas, así que debo avisarte. Tanto, que me bajo del autobús (es decir, dejo de ir adonde estás, para avisarte que voy hacia allá, aunque ya no vaya, bajado). ¿Qué puede significar?. Se complica la interpretación. Ver qué se me ocurre leyendo otra vez... estoy escuchando  piezas de piano de un compositor impresionista francés, Debussy, atmósferas alucinadas. Ellas y la interpretación del sueño dañando mi cabeza. Sigo con el sueño. ¿Por qué me bajo a avisarte, por qué no puedo llegar sin avisarte, y por qué después me lamento tanto de no haberte avisado?. Esto quedaría resuelto si entendiera qué significa "avisarte". ¿Qué significa avisarte?. Joder, ¿qué puede significar avisarte?. No sé, sigo, quizá después aparece algo. Me viene cierta sensación de inseguridad cuando pienso en el "aviso".

EL AVISO.- SEMÁFORO
EL AVISO.- DADA ES NADA
EL AVISO.- PROHIBIDO FUMAR
EL AVISO.- EL PRÍNCIPE DEBE SER COMO EL LEÓN Y LA ZORRA
EL AVISO.- CURVA FUERTE HACIA LA DERECHA
EL AVISO.- QUIEN SE DROGA, SE SPECIA
EL AVISO.- VIETATO FORNICARE
EL AVISO.- NO DESEARAS A LA MUJER DEL PRÓJIMO
EL AVISO.- UN HOMBRE LLAMADO ODISEO TE CEGARA Y SE LLEVARA TUS OVEJAS
EL AVISO.- MORIR, DORMIR... DORMIR, MORIR
EL AVISO.- EL ALCOHOL DESTRUYE FAMILIAS
EL AVISO.- NO PARE
EL AVISO.- PIENSO, POR LO TANTO, EXISTO
EL AVISO.- DADA ES COMO TUS SUEÑOS, COMO TUS ESPERANZAS, DADA ES COMO TUS DESEOS
EL AVISO.- PROHIBIDO RUIDOS INNECESARIOS
EL AVISO.- PASOS SOBRE LA NIEVE: LENTO Y TRISTE
EL AVISO.- ZONA DE DERRUMBES
EL AVISO.- CANTA, OH DIOSA, LA CÓLERA FUNESTA DEL PELIDA AQUILEO
EL AVISO.- DADA ES NADA
EL AVISO.- CAPRICCIO SOBRE LA PARTIDA DEL HERMANO MAS QUERIDO
EL AVISO.- NO PISE LA GRAMA
EL AVISO.- REGULADOR ELECTRÓNICO DE VOLTAJE
EL AVISO.- EL ENUNCIADO
EL AVISO.- DADA ES NADA
EL AVISO.- HAY  UN TIEMPO PARA CADA COSA, Y UN MOMENTO PARA HACERLA BAJO EL CIELO:
HAY TIEMPO DE NACER Y TIEMPO DE MORIR; TIEMPO PARA PLANTAR Y TIEMPO PARA RECOGER LO PLANTADO.
UN TIEMPO PARA DAR MUERTE Y UN TIEMPO PARA SANAR; UN TIEMPO PARA DESTRUIR Y UN TIEMPO PARA CONSTRUIR.
UN TIEMPO PARA LLORAR Y OTRO PARA REÍR;  UN TIEMPO PARA LOS LAMENTOS Y OTRO PARA LAS DANZAS.
UN TIEMPO PARA LANZAR PIEDRAS Y OTRO PARA RECOGERLAS; UN TIEMPO PARA ABRAZAR Y OTRO PARA ABSTENERSE DE HACERLO.
UN TIEMPO PARA BUSCAR Y OTRO PARA PERDER; UN TIEMPO PARA GUARDAR Y OTRO PARA TIRAR FUERA.
UN TIEMPO PARA RASGAR Y OTRO PARA COSER; UN TIEMPO PARA CALLARSE Y OTRO PARA HABLAR.
UN TIEMPO PARA AMAR Y OTRO PARA ODIAR; UN TIEMPO PARA LA GUERRA Y OTRO PARA LA PAZ.
FINALMENTE, ¿QUE LE QUEDA AL HOMBRE DE TODOS SUS AFANES?
EL AVISO.- SONY LE DA LAS GRACIAS POR HABER CONFIADO EN SUS PRODUCTOS
EL AVISO.- SONY
EL AVISO.- Es decirte, atrasado, que quiero tu compañía. Me ha pasado varias veces, por estar de "free" (me acusaste), esperando que las cosas "se den" para empezar algo, ocurre que, cuando las cosas "se dan", ese alguien ya no quiere acompañarme, porque ha encontrado a otra persona. Creo que ese problema pretende resolver el sueño. El "aviso" es:  "¡Espérame un poco, voy saliendo, ahora sí puedo!",  para, llegar y no poder, estás ocupada. El miedo, y lo que no quiero ocurre. La situación resuelta en mi contra, quizá satisfaciendo mis remordimientos que, aunque no creas, deben existir (escribo más de la cuenta, no es raro, no me escribas miserable otra vez, gracias). Entonces, el aviso es ese "Ahora sí puedo" que encuentra una respuesta negativa.

{Virginia vino hoy a devolverme la novela. Trajo  un papelito anunciando algo así como que sintió tanto dolor que no pudo comentarla. Habíamos quedado en que iba a dejar la novela cuando yo no estuviese. No hizo falta. Le devolví el papelito. Molesta, repitió no sé cuántas veces lo de la plancha. Tomado de aquello que mientras ella pensaba en planchas para el matrimonio yo pensaba en cómo planchar cuando no estuviese en Venezuela. Dijo que aparecía aquí como una idiota, pensando todo el tiempo en planchas. Que estaba impresionada de lo poco que nos conocimos durante tres años. La plancha. Le dije que entendió mal. Que yo no escribí eso. La plancha. Que estaba tratando el tema de mis ganas de emigrar, contra su idea, más calmada, de casarnos y quedarnos. Que además era un juego de palabras. La plancha. Me reí diciéndole que esa era mi venganza. La plancha. Me dijo que todos somos iguales, una mierda. Hombres y mujeres, supongo, pero especialmente los hombres. Le dije que sí, que solo cambia la forma. Pero las mismas necesidades mierdas, los mismos deseos mierdas, las mismas satisfacciones mierdas, y los mismos placeres mierdas. Que cómo podía haberle dicho al volver de Nueva York que la había extrañado. Le dije que la extrañé, alguna vez, lo que no suponía que no iba a hacer otras cosas. Que cómo pude hablar con Magly de matrimonio. Nunca le he hablado. Entendió mal la frase de que la quiero mucho como novia, esposa, viuda, amiga, etc. Que eso se lo escribí cuando habíamos terminado, Magly y yo, que fue una frase, no una proposición matrimonial, etc. Que de todos modos yo era un pupú. Reconocí que sí, a veces, pero que también a veces no era tanto. Reconocí que la infidelidad es fea. Aunque me defendí diciendo que uno no está educado para pensar que la infidelidad es mala. La de uno. Machismo, por supuesto. Que cuando fui infiel pensaba en no afectarla a ella, principalmente. Y más o menos lo hice. El no afectarla ella. Y el ser infiel. Simultáneamente. El viejo proverbio de disfrutar la vida sin hacer daño. Igual me maldijo un rato. Le dije que para algo había servido la novela. Para que cuando me recuerde, piense mal de mí. Fastidiando, por supuesto. Después se fue pasando la rabia. Cambiamos el tema.

Dentro de un mes quizá se casa. Con el profesordiscípulodeunpremionóbeldeeconomía con quien ha estado saliendo. Le deseé suerte, aunque sin venia (papal, supongo, lo de la venia es de ella, no sé qué significa, de cualquier forma el papa está por venir, dentro de dos días, venia pedida). Las cosas corriendo por donde mejor les parece, siempre. Es casi cierto, la historia de Virginia termina aquí. La mía, no sé donde. Con la publicación del libro, supongo, y la necesidad de llevarlo a imprimir. Cortando en algún lugar lo que no busca acabar.
La novela es una cosa y yo otra. Siempre digo. No sé si es verdad. El estado de ánimo de la novela, el tono, no es el mío habitual. Siempre digo. Esto quizá pueda ser verdad. La novela debe ser leída como si no fuera mía. No pueden. La novela agrediéndome, siempre, al final. Mala hija la novela. Conociéndome, dice mal de mí. ¿Quién ha visto antes un cuerpo semejante?. Monstruo, me dijo hoy Virginia. Mi prima, manipulador, me dijo que la estaba usando. A Magly... no creo dársela. La sinceridad tiene un límite. Y aunque ya exagerado yo, tampoco estúpido. O estúpido una, y dos veces. Pero no estúpido tres veces. Hasta que lo sea. La obra detrás. La obra mordiendo a su dueño. Mano que alimenta mordida. Cría cuervos y amanecerás ciego. Yo amo la vía que sigues: honesto. Pero por favor, páralo. Hieres. Joder. ¿Es verdad? ¿Hasta dónde se puede caminar sin tropezar con los otros?}

El domingo, mañana, me reúno con Ricardo Azuaje. Centro Comercial Chacaíto. Seis de la tarde. El Papa en el Teresa Carreño.  Yo lo vi en Roma. Simulo que fumo y echo al suelo la ceniza. Siempre repito ésto, petulante. ¿Qué más? Entrego la novela. Posible publicación. Por medio de Ricardo. Un subsidio del CONAC. Así, manuscrito impreso. No es mal momento para acabar con él. Se va aquí la primera parte de la tragedia. Virginia, nombrada. O de la comedia, así llamándose Magly. Otras páginas escritas, pero no revisadas. La escritura seis meses vieja. Pide revisión. Agregados, además. Manuscrito entregado. No hay más. Quizá, después, tiempo del subsidio encontrado y la publicación preparada, otras ciento cincuenta páginas. Libro mediano, entonces. Pero ahora, entregada, libro pequeño. No hay más. Quizá mejor así, más fácil de vender. De leer. Aunque para mí es lectura fácil. Fácil de leer. No de vender. No importa.

¿Qué más?

EL AUTOR.- Cualquier idea debes tener de lo encontrado aquí, y muy probablemente sea eso lo que lees. Pudiste buscar y encontrar algo, lo que has buscado. Eso que buscaste debe salir de tu mano, y de la mía, y mejor, que salga de cualquier mano. Puede también salir de tu pie, si caminas bastante. Puedes salir tu, si quieres, pero no de mi mano. Salir de mi mano y dejarme manco son el mismo acto. Porque aunque no se persevere, siempre se encuentra. Por ejemplo: Infelicidad alcanza el malo, cuando busca la desgracia ajena;  tristeza el triste; orgullo el orgulloso, y todos saben lo que han buscado. Ignorancia el ignorante, cuando cree serlo. Maldad el bueno, acariciando el trato ajeno. Aburrimiento el libertino, porque el vicioso nunca se complace en sus placeres. Y lucidez cualquiera, porque no hay que buscar las cosas que llegan solas. Como se ve, todos encuentran porque ninguno busca. Estupidez encontramos quienes vemos lo hecho por los artistas. Sobre todo, cuando los creemos artistas. Y tiempo, cualquiera que está buscando algo fuera de  una obra de arte, porque, como dije, se encuentra lo buscado, especialmente fuera de las obras de arte. De cualquier forma, el tiempo aparece de cualquier forma, unas menos felices que otras, pero aparece igual... al final,  sólo importa el tiempo que aparece, y no cómo aparece...

-callado el narrador, sale inserio (¿cómico?)

Amantes, damas, caballeros,

Clérigos, músicos, autores,
Todos los sofistas, todos los poetas,
Todos aquellos que tienen melodiosa voz,
Y quienes alguna vez han cantado al organillo,
Y quienes alguna vez han amado el dulce arte de la música;
Comiencen el duelo, lloren, es justo,
La muerte de Modernidad, la noble retórica.

Laúdes, violines, violas,

Salteriones, todos los instrumentos,
Guitarras, flautas dulces,
Transversales, y ustedes, las ninfas del bosque,
Tímpanos también, hagan trabajar los dedos,
Y el coro, que no replique,
¡Hagan sus deberes, celebren, gentiles compañeros!
La muerte de Modernidad, la noble retórica.

¡La reina ha muerto,

Viva la reina!

¡Viva la reina,

La reina ha muerto!

¡Viva Ricardo Azuaje

Viva Israel Centeno!

¡Viva el Consejo Nacional de la Cultura!

¡Viva el subsidio para la publicación!

¡La Reina ha muerto,

Viva la Reina!

¡Viva la Reina,

la Reina ha muerto!

¡Viva la modernidad,

la noble Retórica!

¡La reina ha muerto!


Entonces,

viva la reina,
y viva el CONAC

EL FIN (el primero, provisional)



























(EL POETA,  prometiendo, esforzado, ha hecho regresar a EL PÚBLICO. Interrumpió el monólogo de EL INVESTIGADOR y las intenciones de EL EDITOR. Fortuna, porque distinto no continuaría la representación. Sin público. Con publicación. EL PUBLICO cansado, EL INVESTIGADOR no, EL POETA esforzado, pero sin cansarse)


EL POETA.-

De las coronas dos, poderosas dos,
fueron para O... honor y gemido;
ya no iba a su zodíaco, lúcido y querido,
de imágenes siempre luminosas,
o al culo de formas misteriosas
que le faltaba el centro, con tanta luz escondido;
porque a usted, Señor encanecido,
le vino el pensamiento de hallarlo
entre las líneas gozosas de su propia boca.

¡Goza, Príncipe Feliz, del exceso!,

¡Oh Wilde!
y de ese prominente animal que tienes
(co)rómpelo en virtudes soberanas,
deslízate dentro, O ..., con tus regios dedos,
quienes a tantos reyes han servido,
con dilatados triunfos en tu mente,
con abreviadas glorias en tu mano.

Escuchen éste, nuevo también:


Este monarca absoluto

que con la mano y el coño
pudo ponérselo duro,
al dueño
del matinal atributo;
como en el celeste bruto
que debe al sol su ebriedad,
sin que la minoridad
aminorase a su alteza,
quien más bien se fortalece
si tocan con suavidad
la tanta perversidad
que bien le crece en la mente.
PARTE DEL PUBLICO.- Aquí está el arte del poeta: equilibrio y claridad! (quedando así resuelto el primer problema, el de EL PÚBLICO, de nuevo atraído, no ocurrida la publicación)

PROBLEMA SEGUNDO

Julio del 96. Desde marzo sin escribir novela. Uno se cansa. Se tranca, más bien. ¿Qué puedo escribir que no repita lo anterior?
Aquí el esquema me ayuda. Está la voz del cotidiano. ¿Qué más? Escribir cotidianidades.
Volví a la bigamia. Magly, acompañada por una mujer que deseaba desde hace un par de años. Conocida donde Virginia. Se llama Antonia. Hija de españoles, es una de las mujeres más bonitas que he tratado. Bonita en el sentido literal, de dulzura, fragilidad, delicadeza, etc.
La relación con Magly en su mejor periodo. Ella suelta. Yo, hace algunos meses, con carencia afectiva, la presioné para soltarnos. Y nos soltamos. Pero un mes después pasé a visitar a Antonia, que no estaba, y le dejé dicho con su mamá de mi visita. Antonia me llamó a la semana. Quedamos en salir. Salimos el viernes. Fuimos a un café y tomamos cerveza. Salimos el sábado. Jugamos pool en una discoteca. Dejamos de jugar. Nos sentamos. Hablamos un rato, para terminar besándonos. Salir de la discoteca y continuamos besándonos en el carro. En la boca, pero dentro del carro. En el pecho también la besé. Después, en mi casa, anduve un poco obseso con los besos. Todavía queda algo de obsesión.
Lo de Antonia está bastante bien. Tan bien como lo de Magly. A veces siento remordimientos por mi bigamia. Sobretodo cuando Magly me hace prometerle que le contaré todo lo que haga, porque nuestra relación siempre ha sido sincera y otra cosa no sería nuestra relación. Esas son sus razones, no las mías, yo no tengo razones, prefiero no razonar. Sólo entiendo que no me llegan ganas de terminar con alguna de las dos.
1- Pregunta: ¿qué hará el autor cuando deba decidir?
Respuesta Primera: No hará nada, porque el futuro es incierto, y es seguro que no tendrá que decidir. Repuesta Segunda: Sí hará algo, esperar.

PROBLEMA TERCERO

Llovizna. L* pasea. L* se acerca a una estatua. L* manosea el trasero de la estatua. La estatua ofende gritando a L*. L* se avergüenza, pero se alegra de la soledad. L* agrede sexualmente de palabra a la estatua. La estatua está quieta.
Llovizna. L* se aleja. La estatua está quieta. Una niña se acerca a la estatua. La estatua está quieta. L* se acerca a la niña. La niña le habla a L*. La niña habla de su madre. La estatua está quieta. L* se complace. La niña dice que la estatua es fea. La estatua está quieta. L* se complace. L* manosea el trasero de la estatua. La niña ríe. La estatua ofende gritando a L*. L* se avergüenza, pero se alegra de la compañía de la niña. La niña ríe. L* agrede sexualmente de palabra a la estatua. La niña dice que la estatua es fea. La estatua está quieta.
Llovizna. La niña dice que la estatua es fea. La estatua está quieta. La madre de la niña se acerca a L*. L* habla a la niña. La madre de la niña ofende gritando a L*. La niña ríe. L* se avergüenza, pero se alegra de la compañía de la estatua. La estatua está quieta. La madre y la niña se alejan. La niña ríe. L* se aleja.
Llovizna. L* pasea. L* manosea el trasero de una estatua.
5.- ¿Es L* falso o verdadero?
R.- Verdadero, porque L* es mi amigo, y existe tanto como Ud. o como yo, como la niña, su madre, la estatua, tus ideas, existe tanto o más que cualquiera.

PROBLEMA CUARTO

De la bigámica justificación: Mi debilidad. El no tener a Magly a mano. Esta nueva mujer gustándome desde hace tres años, cuando la conocí. Y el exceso de buena suerte, en estas cosas. Su cuerpo, su boca, su olor, dándome vueltas adentro. Joder. ¿hay otra justificación?
3.- Pregunta. ¿Sabe alguna de las dos de la otra?
Respuesta. Antonia me vio salir de un cine con Magly, meses atrás. Magly me vio saludar a Antonia. Antonia, antes del abrazo que se volvió beso, en la discoteca,  me preguntó por Magly. Le dije que estaba en Maracaibo, que se iba a España. No dije más porque no me preguntó más. Concluyendo, Antonia sospecha de Magly, pero no al revés.
EL POETA (EL PUBLICO se ocupa en indecencias).-
Adiós amor, dulce muchacha.
Adiós puente, grasa, cama, enchufe,
Adiós púrpura, causa, vestido grato,
Adiós burdel, tan cerrado como un palo,
Adiós muelas lisas, bellos senos,
Adiós danza, y adiós a quien te baila,
Adiós conocidos, tráguense mis deudas,
Adiós Barcelona, París, Puerto Cabello.

Adiós sombrero, hecho de todos sus favores,

Adiós buen vino, hipócrita, dulce compañero,
Adiós pez del mar, y no el de agua dulce,
¡Todos son hoy mis billeteras!
De aquí me voy por un contrato,
Adiós París, Barcelona, Puerto Cabello.

Adiós, estoy clavado de espinas,

Que amodorradas visten hoy mis entrañas,
¿Podría yo sentir su calor?
Sólo si su amor cambia por ser más duradero.
Adiós París, y adiós a tu aguacero.

Cada lugar dejado se construye y se gasta,

Digo así, se reconfortan mis dedos,
Adiós París, pequeña marranera.

PROBLEMA QUINTO

MINISTERIO DE SANIDAD Y ASISTENCIA SOCIAL
Departamento de Salud mental
Hospital siquiátrico de Bárbula
Bárbula - Edo. Carabobo

INFORME PSICOLÓGICO


NOMBRE: Armando Luigi

EDAD: 25 años
FECHA DE NACIMIENTO: 5 de Junio de 1970
REFERIDO POR: El mismo
FECHA DE INFORME: Febrero 1996


Pruebas Psicológicas aplicadas: Autobiografía, Raven, Machover, MMPI, Rorschach, Heston.


Paciente varón de 25 años, 8 meses de edad cronológica, quien asiste a la consulta de este servicio para ser evaluado psicológicamente. Colabora y realiza las tareas encomendadas sin dificultad. Muestra interés y concentración, se estableció un buen rapport.

En la prueba de Matrices Progresivas de Raven, se encuentra que este joven presenta un nivel de inteligencia considerado como Rango I, Percentil 95 y clasificado como muy superior al promedio. Es muy reflexivo, rápido en sus respuestas, excelente análisis comparativo de las situaciones, razonamiento abstracto y autocrítica adecuada.
En el test de Machover realiza sus dibujos desnudos, bien proporcionados con tendencia a la simetría y respentado la fisionomía humana, evidenciándose su habilidad artística. La expresión facial refleja preocupación artística e igualmente proyecta rasgos de ansiedad y rigidez.
El perfil del Inventario Multifásico de la Personalidad (MMPI) es válido, esencialmente el de una persona normal, aunque el factor K se encuentra encima de T 70, lo que indica una actitud depresiva hacia la debilidad psicológica. Evidencia necesidad de impresionar en forma favorable y de ofrecer respuestas socialmente aceptables con relación al control de él mismo y a principios morales establecidos.
Refleja independencia de pensamiento y negativismo. En su perfil de personalidad igualmente notamos tendencias a ser medianamente pesimista y depresivo;  independiente e inconforme en especial en sus relaciones interpersonales, que tiene capacidad para establecer relaciones sociales satisfactorias. Tiende a la inestabilidad, a la soledad y hacia intereses abstractos abandonando el interés por las personas y por asuntos prácticos.
En el test de RORSCHACH encontramos un gran número de respuestas globales lo que traduce a un grado de inteligencia brillante, con una capacidad de producir asociaciones originales, lo que indica su alta creatividad y la cultura que posee este joven. Su inteligencia es más abstracta que concreta. Buena capacidad de adaptación a la realidad. En la lámina número IV su produce un “Choque” en el tiempo de reacción lo cual pudiese evidenciar algún conflicto emocional hacia la figura paterna. En general no se observan psicopatológicos en su personalidad.

Dra. María Antonieta López

Psicóloga I
FPV:02.449
4.- Pregunta: ¿Son confiables los diagnósticos psicológicos?
Respuesta: Sólo si su amor cambia por ser más duradero

PROBLEMA SEXTO

(...) la nueva visión, que daba al hombre la posibilidad de pensar el mundo desde su propia perspectiva, sin la intervención continua de demonios, ángeles, maldiciones, brujerías, y otras fuerzas oscuras que hacían la cotidianidad medieval, llevó a lo que hemos preferido llamar el Humanismo, estructura simbólica tan afín a nuestro pensamiento que es difícil pensar en razonamientos distintos. (...) aquí, el hombre es pensamiento, y es la razón cura de males, remedio de pecados y defectos (abunda la literatura de la época alabando a la diosa razón: El Criticón de Baltasar Gracián; El Elogio de la Locura, de Erasmo de Roterdam; las obras de Quevedo; los Ensayos, de Montaigne, etc.), y es esta fe en La Razón lo que ha determinado prácticamente toda la evolución del pensamiento en el mundo Occidental; esta Razón ha significado: la Reforma primitiva y la elaboración de nuevas doctrinas (...); la Contrarreforma, llevada principalmente por jesuitas eruditos; la revisión del mundo, un poco como mecanismo funcional perfecto, de los racionalistas europeos: Descartes, Leibniz, Newton, Spinoza, etc. (...)

PROBLEMA SÉPTIMO

8 de julio de 1996
9 am primera masturbación
Para masturbarse deslizaba su glande contra la cama hasta que el frotamiento le traía el orgasmo. Se acostaba boca abajo, abrazaba la almohada, cerraba los ojos, y comenzaba la operación. Nunca oyó de alguien que se masturbara según este procedimiento, lo que no le hacía pensar ser el único en aplicarlo, pero por ser difícil encontrar declaraciones sobre la masturbación propia los mecanismos escuchados no eran abundantes, y las probabilidades de encontrar coincidencias eran pocas. Esta práctica le había estirado el prepucio tanto que cuando el pene estaba flácido parecía una ciruela pasa. A veces jugaba, cuando era adolescente, sentado en la poceta, a construir un cerebro arrugando el prepucio, aprisionado el pene entre las piernas. Además de la invención de juegos, el prepucio estirado le impedía utilizar preservativos. Apenas colocárselos y el exceso de piel los devolvía, llevándolos primero hasta el borde del glande, y luego, durante el coito, quedando dentro de la vagina utilizada. Evidentemente, y por el riesgo de las enfermedades de transmisión sexual, esta imposibilidad de utilizar condones determinó, de alguna manera, su conducta sexual. No más de doce mujeres en veintiséis años. Sólo tres de ellas por una relación sexual única. Las dos primeras ocasiones, prostitutas. Y la tercera, una cubana recién llegada a Venezuela. Hay una cuarta mujer con quien se acostó sólo una vez, una escritora joven venezolana, amiga desde varios años atrás y pelirroja. Estaba terminándole la menstruación cuando copularon, así que el coito no fue bueno. Cada posición distinta a la común (el hombre montando a la mujer) le provocaba a ella dolores. Por otra parte, y volviendo al tema del prepucio exagerado, Armando nunca había sentido deseos de circuncidarse. Quizá en parte por la importancia que tenía para él la masturbación, y la dificultad o imposibilidad de masturbarse con la mano o de cualquier manera distinta a la descrita arriba; quizá en parte por descuido; quizá en parte por cualquier otra razón, más o menos oscura. Miedo a cambiar su conducta sexual moderada, haciéndose promiscuo, pudiera ser.

Para celebrar la masturbación recorrió las imágenes de las mujeres esperando la más estimulante. No sabía por qué, pero una mañana despertaba deseando a una mujer, otra mañana a otra mujer, y en ocasiones, se despertaba deseando a mujeres que jamás se le hubiese ocurrido desear en su vida despierta. Esta mañana tenía una erección sin ninguna mujer en particular en la cabeza.

De cualquier forma, allí, detrás, en la memoria, estaban las novias, las compañeras del liceo, las actrices, las amigas actuales, las aventuras amorosas, las fotografías...
Utilizó uno de los materiales más frecuentes. Recordó los primeros besos de Mari Pili, en la playa de una isla del parque nacional Morrocoy.
Casi inmediatamente Armando saltó de recuerdo, porque en la playa no hicieron el amor, a pesar de cuanto la había deseado antes, y no por negativa de ella, que estaban acostados desnudos en la arena desde hacía un par de horas besándose y tocándose, sino por la impotencia sexual que le produjo a él el caminar de la gente y sus linternas.

Recordó entonces la primera vez que se acostaron (utilizando el verbo “acostarse” como imagen poética de copular). La semana siguiente a lo de la playa Mari Pili volvió a Valencia. Mari Pili era prima hermana y gran amiga de María Teresa, la novia de Armando en aquella época, y cuando visitaba Valencia, porque ella y su familia vivían en Barquisimeto, se alojaba en el apartamento de los González Padrón, la familia de María Teresa.

Sin importar si había o no compañía para Mari Pili utilizaban las noches para salir. La mayoría de las salidas eran a la discoteca del hotel Intercontinental, un lugar medianamente tranquilo con música en vivo. Aquí estaban cuando Armando y Mari Pili, bailando, acordaron encontrarse mañana en un lugar de la calle cercano al apartamento de María Teresa. Mari Pili le diría a sus tíos que iría a ver tiendas, María Teresa estaría trabajando.

Al día siguiente Armando, en el Renault, recogió a Mari Pili donde habían acordado. No usó el Jeep porque, siendo descapotado, llamaba bastante la atención, y no era conveniente dejar saber a María Teresa que Mari Pili había salido con él, porque hubiese sospechado, si es que no sospechaba ya, que ellos mantenían algún tipo de relación cercana a lo sexual; y ésto podía significar la ruptura con Armando y el fin de la amistad con Mari Pili, además de los problemas familiares que vendrían detrás. Así, como ni Armando ni Mari Pili sabían adónde iban a parar sus cosas, preferían mantener el asunto silencioso.


Acostados, se abrazaron y comenzaron a besarse, excitándose. Armando saboreaba la boca pequeña de labios gruesos de Mari Pili. Tenía ella buen aliento y movía acertada la lengua. Resumiendo, Mari Pili besaba perfectamente.

Pasaron algunos minutos con los besos y las caricias. Las manos deslizando sobre la tela de la ropa, luego sobre las pieles, debajo de la tela, hasta que Mari Pili propuso se desnudaran.
Cada quien se ocupó de su propio vestido. No tardaron en quedar completamente desnudos. El se admiró otra vez de la belleza de ella; puso atención en el cuerpo delgado, los pechos pequeños de pezones rosados y erguidos, el monte de venus negro y bien recortado, contrastando con el cabello, que era largo y castaño claro, intencionalmente ondulado. Recordó que ella había sido modelo, en Barquisimeto.
- Qué bonita eres. No entiendo cómo Luis José pudo terminar contigo -dijo Armando. Ella continuó callada. Con una mirada comprobó la erección de él. El recuerdo de la playa, muy probablemente.
Armando se acostó sobre Mari Pili. Sintieron las pieles, suaves, calientes. Volvieron a besarse, acariciando una lengua con la otra.
Utilizando la mano colocó el pene en la entrada de ella y, lentamente, la penetró. Luego le sería difícil recordar momentos más placenteros, porque era Mari Pili una de las mujeres que él más había deseado en su vida. La vagina de ella estaba caliente, húmeda, y era algo estrecha. Los cuerpos calzaban bastante bien, aunque el ángulo de abertura de las piernas de ella no era tan grande como las caderas de él; así, quedaba Armando algo aprisionado.
Comenzó a moverse lentamente, deslizando el pene dentro de ella. Abrazándola; gimiendo suave ambos; besándose de vez en cuando; sintiendo el coito, principalmente.
En ésta única posición hicieron el amor la primera vez; estaban demasiado excitados para buscar variantes.

Luego del orgasmo de Armando llegaron algunos minutos de suave conversación y caricias en los genitales.

Armando no recordaba lo dicho, pero sí le llegó de la memoria su segunda erección, cercana.
La resolvió colocándose en ángulo, poniendo las piernas de ella sobre su cadera, dejando la vagina expuesta a su pene, y penetrándola. La mezcla de semen y lubricación mantenían el útero de Mari Pili particularmente mojado.
Primero suave, lentamente, luego aumentando progresivamente la velocidad, así fue ejecutando el segundo coito. Le acariciaba con los dedos la punta de los pezones mientras le miraba los ojos, el rostro, de rasgos delicados, hermosa. Ella lo veía también, buscaba sus ojos, le acariciaba la cara.
En esta posición continuaron mientras la excitación aumentaba. Cuando ya el movimiento era rápido él le sugirió arrodillarse en la cama apoyándose ella en las manos. Casi inmediatamente él la penetraba desde atrás, agarraba las caderas de ella, se admiraba de la vagina penetrada, del ano, y de las nalgas, y ejecutaba un movimiento algo violento que correspondía a la excitación de ambos. Poco después Mari Pili se quejó suave y se tumbó de lado en la cama, sintiendo el único orgasmo que le traerían los coitos de Armando.

En este punto la propia eyaculación deshizo el recuerdo de Armando, acabando así la primera masturbación.


9:30 am segunda masturbación, despertar, y baño

Después de masturbarse por segunda vez Armando decidió levantarse.
Se acercó hasta el lavamanos, a dos pasos de su cama cruzando la puerta que separaba el baño de su cuarto. Abrió la pila de agua fría, y acercó el rostro para mojárselo. Preparó el cepillo de dientes agregándole crema dental.




10 am primera llamada de Virginia

10:20 am vestido de trabajo
10:30 am llegada de Eudoro
10:30 am llegada de Virginia, entrega del trabajo de investigación y un par de libros
10:45 am salida al trabajo
11 am llegada al trabajo
11:15 am revisión de las Gacetas Oficiales
11:30 am llamadas telefónicas
11:45 am vuelta a la casa
12 m llegada a la casa
12:10 pm segunda llamada de Virginia
12:15 pm segunda llegada de Eudoro y salida al tribunal
12:30 pm llegada al tribunal, inserción de diligencia
12:45 pm vuelta a la casa
12:50 pm almuerzo
1:30 pm lectura de la primera parte del trabajo de Virginia
2 pm llamada de Magly
2:30 pm llamada a Virginia
3:15 pm llamada a Antonia
4 pm salida a la oficina
7 pm retorno de videocintas y alquiler de videocinta
8: 30 pm cena (interrumpida por)
8:30 pm llegada de Luis José
8:50 pm llamada de Antonia
9:20 pm salida a la casa de Antonia
9:30 pm llegada a la casa de Antonia. Conversación con la madre de Antonia
9:45 pm salida al cumpleaños
10 pm - 1 am transcurrir del cumpleaños con Antonia
2 am inicio de los chistecitos de los asistentes de la fiesta
3:45 am fin del cumpleaños
4 am vuelta a la casa
4:15 am película en video
5 am dormir
9:30 primera masturbación









NOTA:

Lo que sigue debe imprimirse como si fuese fotocopia de los diarios señalados, con los fragmentos de noticias alrededor y siguiendo el diagramado de prensa.
Igualmente, en la contraportada, debe hacerse saber al lector de la veracidad de la muerte del autor según las razones que siguen:



Diario EL CARABOBEÑO, sábado 13 de julio de 1996.


Este viernes 12 de julio en un hotel de la capital.

Ultimado con Arma Blanca Abogado Valenciano

Armando Luigi fue acuchillado diez y seis veces

en el tórax mientras dormía en un
hotel capitalino. La Policía Técnica Judicial
inició averiguaciones.


Por Zandra Pirela

Caracas, julio 13 (REDACTA).- Un hombre resultó muerto por arma blanca el pasado viernes en el hotel Cristal, ubicado en el paseo Asunción de Bello Monte, en el bulevar de Sabana Grande, casualmente diagonal a la panadería La Poma.
Familiares del hombre, quien era abogado en Valencia, informaron que, presuntamente, el homicidio tuvo como móvil el pasional.
Al parecer, Armando Luigi entró en la habitación del hotel antes mencionado acompañado por una dama aún no identificada, quien, al parecer, fue la autora del crimen. En estos momentos el personal del hotel está siendo interrogado en las instalaciones de la PTJ.
Se presume que, luego del retrato hablado, los familiares del abogado podrán identificar al homicida.
Hasta ahora los cuerpos policiales no han querido informar sobre los posibles sospechosos, pero se espera que el crímen sea resuelto a la brevedad.
Extraoficialmente se supo que la policía ha ordenado interrogatorios en las personas que pudieran estar relacionadas con el asesinato.



Ha fallecido trágicamente el Sr.


ARMANDO LUIGI

(Q.E.P.D.)

Su madre: Iraida Castañeda, Su hermana: Ilana Luigi de López, y demás familiares invitan al sepelio que se efectuará el día domingo 14/6/96, que partirá de la Funeraria Seres Previsivos, hacia el cementerio Jardines del Recuerdo. Hora !0:00 a.m.



AGRO* * *A, AGRO* * *A, AGRO* * *A, Y AGROPECUARIA L.*.I.


Participa el sensible fallecimiento del señor


ARMANDO LUIGI CASTAÑEDA

(Q.E.P.D.)

Abogado interno de estas empresas.

El grupo Vestey se une al duelo que aflige a sus familiares y amigos, a quienes hacemos llegar nuestras sinceras palabras de condolencia.



Diario EL NACIONAL, domingo 14 de julio de 1996.


FUNDARTE

ALCALDÍA DE CARACAS
Cumple con el penoso deber de participar el sensible fallecimiento del señor

ARMANDO LUIGI CASTAÑEDA

(Q.E.P.D.)

autor de esta casa editorial.

Ante tan lamentable pérdida, el Director de la Institución, Nestor Francia, junto al personal, hacen llegar a la familia del escritor fallecido su más sincera expresión de condolencia por tan irreparable desaparición, palabras de pesar extensivas a sus amigos y allegados.
Caracas, 14 de julio de 1996.




Crónica Criminal, domingo 14 de julio de 1997


Porque les era infiel...

Mataron a su compañero


Tres mujeres, mataron a su amante porque se enteraron que les montaba cachos a cada una con las otras dos. El suceso ocurrió en el Hotel Cristal,  habitación 31, en el Paseo Asunción de Bello Monte, en el Bulevar de Sabana Grande, justo al frente de la célebre panadería “La Poma”, en esta ciudad Capital. El occiso, conocido escritor pornográfico publicado por el Gobierno, estaba tranquilamente acostado en su habitación viendo películas triple X X X en el televisor cuando las tres mujeres irrumpieron en ella y a cuchillazos lo mataron.

Según relató, Jesús Ariza, encargado del hotel, las tres mujeres preguntaron por el finado y sin decir para qué ni dejar tiempo de avisarle subieron a buscar a su víctima. Asegura el mencionado “Chuchú”, que el muerto, quien respondía al nombre de Armando Luigui Castañeda, había alquilado horas atrás la habitación acompañado por una de las tres damas. Según las describió, todas las mujeres estaban “bien buenas”, por lo que aseguró que el muerto debió tenerlo “de oro”. Unos minutos después de subir, las mujeres se despidieron, sin mostrar ninguna conducta sospechosa, y al día siguiente, cuando el servicio revisó la habitación, encontró el cadáver del muerto.
El occiso, recibío unas cuantas cuchilladas en toda su humanidad, y por más que los médicos hubieran hecho lo posible por salvarlo si el hombre se hubiera atendido rápidamente, no hubiesen podido con todas las heridas recibidas.

1 comentario:

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